El Correo de Burgos

Música / Documental

Las Vegas 2, mucho más que una discoteca

Javier Castro y Jorge Bobadilla preparan un documental sobre la mítica sala de Melgar / Los Ramones o Motörhead en el mismo escenario que Mocedades, Tino Casal o Bertín Osborne / Todo era posible y el pueblo lo vivía con «normalidad»

Javier Castro está preparando un documental sobre la sala Las Vegas 2.-SANTI OTERO

Javier Castro está preparando un documental sobre la sala Las Vegas 2.-SANTI OTERO

Burgos

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Lo que pasó en Las Vegas 2 no debe quedarse en Las Vegas 2. Sería una pena que en un futuro no muy lejano nadie sepa que ocurrió «algo impresionante» en la mítica sala de Melgar de Fernamental por la que desfilaban, con total «normalidad», bandas internacionales como Los Ramones, Blind Guardian, Texas, Helloween o Motörhead. Tampoco faltaron grandes referentes nacionales que traspasaban las fronteras del rock de los 80. La Polla Records, Barricada, Héroes del Silencio, Los Suaves o Barón Rojo se alternaban sin problema con Locomía, Bertín Osborne, Tino Casal o Mocedades en el calendario de conciertos. No era raro recibir a 4.000 personas de golpe y los vecinos del pueblo se acostumbraron al despliegue de autobuses y caravanas cada fin de semana. Hoy en día, resulta inimaginable.Salvo que alguien invente la máquina del tiempo, la única posibilidad de revivir un fenómeno tan «bestia» es el futuro documental sobre Las Vegas 2 que preparan Javier Castro (vocalista de Cronómetrobudú) y Jorge Bobadilla (periodista musical). Quizá vea la luz en un «par de años». Con suerte antes porque «todo se está precipitando bastante». Al final la fecha de salida es lo de menos. Lo importante es el contenido y para ello es imprescindible reunir al mayor número posible de protagonistas. De momento, los propietarios de sala, varios operarios y unos cuantos «fans destacados» que no se perdían ni un solo bolo ya se han sincerado ante la cámara. También Obús, Celtas Cortos y Ramonín. Además, el ‘sí’ de Evaristo (La Polla) y Sangre Azul está asegurado. La lista es enorme y quedan muchos nombres por tachar, así que paciencia.Castro y Bobadilla -tanto monta, monta tanto- están empeñados en sorprender a propios y extraños con este proyecto. Tirando de contactos y dispuestos a llamar a todas las puertas, tratarán de recabar los testimonios de artistas como Bunbury, Juan Pardo, Joaquín Sabina o Bertín Osborne. Sería un puntazo, por ejemplo, juntar al cantante de rancheras con Evaristo en el mismo largometraje. Es su «gran reto» y por intentarlo que no quede. Por otro lado, Castro confía en cerrar definitivamente una entrevista con Texas y no dudaría en trasladarse hasta Escocia para hacerla.Por ahora, todos los grupos con los que Castro y Bobadilla han hablado tienen un común denominador: recuerdan Las Vegas 2 con «mucho cariño» y con un «altísimo nivel de detalle». Lo mismo da que lleven centenares e incluso miles de bolos a sus espaldas. La macrodiscoteca de Melgar era única en su especie y su estructura «debería copiarse» en cualquier ciudad porque es un «modelo a seguir». El cantante y alma máter de los Cronómetro sabe de lo que habla porque conoce su historia al dedillo. «Se construyó en poquitos meses y hubo más de 100 personas trabajando a destajo. Tenía acceso para camiones, varios camerinos, un escenario móvil que se amplía...». Desgraciadamente, dentro de no mucho se reconvertirá en supermercado. Por eso no quedó más remedio que adelantar el rodaje del documental para grabar unos interiores que pronto desaparecerán. Lo que ya no existe es aquel camerino repleto de firmas que alguien -a saber quién- pintó de blanco, borrando de golpe y brochazo un sinfín de recuerdos.«Fuimos afortunados por vivir esto», confiesa Castro, melgarense de pro y testigo privilegiado de múltiples ensayos gracias a su amistad con los dueños de Las Vegas 2. Que un grupo capaz de llenar estadios en cualquier punto del planeta recalase en la península para tocar en Madrid, Barcelona y Melgar era algo normal. Tampoco desentonaban los encierros de vaquillas, el certamen de Miss España o el sorteo de un coche cada 28 de diciembre. «Fue con el tiempo cuando nos empezamos a dar cuenta de que estábamos viviendo algo increíble». E irrepetible, al menos en los tiempos que corren.También habla con conocimiento de causa sobre Las Vegas 2 el codirector de la cinta. Bobadilla empezó a veranear a principios de los 90 en la pedanía de San Llorente de la Vega y no tardó en descubrir lo que se cocía justo al lado. Con «12 o 13 años» ya era un «pequeño heavy» que se quedó «flipado» al ver el cartel de Helloween en Melgar. Lástima no haber nacido antes. Era demasiado joven para acceder a la sala, aunque pudo desquitarse tiempo después con algún que otro bolo inolvidable como el de Héroes del Silencio.La música en directo acabó dando paso a la electrónica hasta el cierre. La sala comenzó a recibir a Djs de renombre y la propuesta «funcionó bastante bien durante un par de años o tres». Pero ya no era lo mismo. El ambiente se enrareció por la falta de eclecticismo cultural que imperó durante años en la discoteca. No en vano, el rock volvió de manera puntual en 2008 con Cronómetrobudú y Entrevías ejerciendo de anfitriones para recibir a Koma y Los Suaves. Para Castro fue un «honor» compartir el escenario de sus amores con dos pesos pesados. Ahora, lo único que quiere es dejar a todo el mundo «con la boca abierta». Lo mismo piensa Bobadilla, plenamente convencido de que «la gente no se lo va a creer cuando lo vea».

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