El Correo de Burgos

David Peterson analiza el topónimo vascorrománico de Pradoluengo

El profesor de la UBU trata de situar cronológicamente en un artículo el periodo de «bilingüismo» en la villa textil y el asentamiento definitivo del dialecto romance local

Vista aérea de Pradoluengo, ubicada en las estribaciones septentrionales de la Sierra de la Demanda y hogar de vizcaínos y alaveses en los siglos IX y X.-LORENZO ARRIBAS

Vista aérea de Pradoluengo, ubicada en las estribaciones septentrionales de la Sierra de la Demanda y hogar de vizcaínos y alaveses en los siglos IX y X.-LORENZO ARRIBAS

Burgos

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Cualquier habitante de Pradoluengo conoce desde muy temprana edad la influencia de la toponimia vasca en la localidad y su prevalencia dominante en comparación con el resto de la Sierra de la Demanda. Lo que quizá muchos desconocen es que el nombre del pueblo podría ser en realidad un «híbrido vascorrománico camuflado». Así lo sugiere el profesor de la Universidad de Burgos (UBU), David Peterson, en un reciente artículo publicado por la Universidad del País Vasco (UPV). Al mismo tiempo, con documentación histórica que respalda sus investigaciones, trata de aproximarse a la época de convivencia entre el euskera y el romance en la zona.En el arranque de su artículo, Peterson señala que Pradoluengo «parece ser uno de los topónimos más transparentes de la provincia de Burgos». Todo parece indicar que su origen etimológico deriva del latín, fruto de la combinación de las palabras pratum (prado) y longus (alto). También pudiera entenderse que su significado exacto sería ‘prado alargado’, una teoría que «tampoco desentona» si nos atenemos al «contexto de un estrecho valle inserto en un espacio de gran tradición ganadera».Hasta ahí todo correcto. El experto en historia medieval asume que «la topografía parece apoyar la etimología obvia». Sin embargo, la presencia de pobladores alaveses y vizcaínos en la Alta Edad Media abre la puerta a otras «alternativas» verosímiles por las que «un origen euskérico es una posibilidad a tener en cuenta». De primeras, apunta Peterson, la fusión vascorrománica del topónimo podría deberse a la mezcla del étimo vasco padura (antaño laguna o humedal, después vega) y el latino longus.Las sospechas del profesor comienzan a confirmarse con las primeras referencias -localizadas en el Becerro Galicano emilianense de 1090 y el Becerro Galicano de San Millán en 1095- que citan la localidad de Paderluengo, Paterluego o Paderluengo. Lo que llama la atención y «choca con las formas adoptadas por el topónimo en la documentación medieval» es la irrupción de las formas primitivas pader y pater, pues «muy difícilmente» se hacen derivar del latín pratum.Lo mismo sucede con la incorporación de padre, heredero de las dos anteriores, en el Cartulario de Froncea del siglo XIII y el Libro de Montería de Alfonso XI en el siglo XIV, que incluye el étimo padro y el nombre de Had Luengo, al parecer una «errata» posiblemente «influenciada por la referencia al hayedo». En cualquier caso, el segundo elemento -longo- «no presenta ningún problema».Partiendo de esta base histórica, Peterson reafirma su idea de que Pradoluengo «dista de ser toponímicamente monolingüe», máxime cuando «la villa se sitúa dentro de la zona de mayor concentración de toponimia vasca fuera del actual País Vasco o Navarra». Su teoría se refuerza con el microtopónimo Padregutia, oriundo de Valgañón (La Rioja) y con «un segundo elemento claramente vasco», fruto de la evolución del latino palus (laguna o humedal) hasta padura. Por lo tanto, Padregutia significaría ‘vega pequeña’, aunque la diferencia entre Padregutia y Paderluengo radica en que «el elemento adjetival es vasco en Ezcaray, pero romance en Pradoluengo».Otro caso de estudio que avala la hipótesis de Peterson es el de Solduengo, probablemente con un «camino parecido» pese a la forma «medieval y quizás culta» de Sotoluengo, ya que la ‘l’ y la ‘d’ actuales «se explican mejor a partir del vasco zaldu que del equivalente romance soto». La opción más plausible, según el historiador, es la «latinización más o menos culta (...) de un híbrido vascorrománico».Finalmente, el profesor de la UBU subraya que la prevalencia de Paderluengo -«y no Padurluzea»-, también «a veinte kilómetros aguas abajo del actual Pradoluengo donde se observa la misma forma en 1084», deja entrever que «la repetición del híbrido sugiere que el vasquismo pader había sido plenamente absorbido en el dialecto romance comarcal en algún momento antes de las últimas décadas del siglo XI».

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