El sector del vino, «congelado» por los aranceles de Trump, da el primer semestre por perdido
El Fórum concentró ayer en la cita de ‘Alma de los Vinos Únicos’ a 130 bodegas y 2.000 profesionales del sector que afronta la guerra comercial buscando alternativas. «Es momento de volcarnos con el vino europeo»

El sector del vino vive con incertidumbre la situación generada por la política de aranceles de Donald Trump.
Pasear por la tercera y cuarta planta del Fórum Evolución era darse una vuelta por los buenos vinos de todo el mundo. El sector vitivinícola español, europeo y americano se citaba en una feria de catas para público profesional dentro de la cita Alma de los Vinos Únicos que ayer celebró su 25 aniversario en Burgos. Unos 2.000 sumilleres y expertos enólogos se han citado para rastrear las bodegas más singulares de la Borgoña francesa, rarezas norteamericanas, caldos alemanes y austríacos de larga tradición y las enseñas de las denominaciones de origen más relevantes del España o Portugal. Al mismo tiempo que el olor a buen vino inundaba el ambiente, también lo hacía la incertidumbre ante lo que pueden suponer para el sector las cargas impositivas de los aranceles anunciados por Trump.
Un 20% de pagos arancelarios hacen que las cuentas no salgan. Y las bodegas se resienten. «Hay mucho miedo, la gente está muy nerviosa y creo que llevamos ya unos años de atonía en general y el tema de los aranceles habrá que ver en qué queda», señalaba el responsable comercial de la bodega Remelluri (Rioja), Rafael Soto. Todos buscan alternativas. Los vinos de calidad y la búsqueda de nuevos públicos y otros países parece ser la alternativa.
En la bodega francesa, Domaine Faiveley, saben que hay momentos críticos, pero que los caldos con arraigo e historia salen adelante. Siete generaciones haciendo vino en Nuits, Saint Georges desde 1825 mira hacia adelante. «Tenemos un producto de calidad, nuestro mercado está principalmente en Europa, Estados Unidos es importante, pero nos rearmaremos y buscaremos alternativas, el mundo es muy grande y parece que alguno no lo sabe», reivindicaba Eve Faiveley.

La cita reunió a 130 bodegas con 800 referencias de vinos diferentes que atrajeron el interes de unas 2.000 personas.
En esa búsqueda de mercados alternativos trabajan las grandes y pequeñas bodegas. Aunque hay quien ve la situación con esperanza. «Estamos en un momento tenebroso, pero, aunque parezca mentira, las bodegas es a las que menos les afectan los aranceles porque exportan vino a un precio elevado y si bien es cierto que sube el precio quien paga 1.000 euros por una botella no le cuesta tanto pagar 1.200», explicaba el organizador de Alma de los Vinos Únicos, Paco Berciano. Otra cosa es el vino más económico. «Quien compra vino a cinco euros, le costará más pagar ese 20% más», señaló. Por eso considera que «este es un momento en el que tenemos que volcarnos con el vino europeo».
La situación es preocupante puesto que el sector tiene en el público norteamericano un buen consumidor. Por ejemplo, la Ribera del Duero exporta al país norteamericano dos millones de botellas al año que equivalen a 20 millones de facturación. Buscar esa alternativa llevará tiempo. La industria del vino da por finiquitado a cero el primer semestre del año. «Ahora hay una incertidumbre total en el sector que hace que las importaciones estén paradas, hoy hay un arancel del 20% pero no sabemos si mañana puede escalar la guerra comercial o, por el contrario, desaparecer porque hay acuerdo así que ahora mismo el sector está congelado, nadie se va a mover hasta que no se clarifique la situación», señala Soto.
Burgos, capital europea del vino
A parte del runrún del impacto de la guerra comercial con Estados Unidos, la cita con los vinos de calidad que cada año impulsa Paco Berciano y Maribé Revilla, fue un éxito. «Para Burgos es un privilegio que ambos sean embajadores de la ciudad porque en fines de semana como este, en días como hoy, se puede decir que Burgos se convierte en la capitalidad europea del vino, sin duda alguna», destacó la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala.
En el encuentro bianual, que celebraba sus 25 años, se han citado 130 bodegas, más de 2.000 catadores que han podido agitar en las copas, fabricadas en República Checa, alrededor de 800 referencias de vinos procedentes en su mayoría de España. Del territorio nacional parten el 40% de los bodegueros presentes en el Fórum Evolución. Junto a ellos los vinos franceses, especialmente de la zona francesa de Borgoña, y alemanes están entre las más numerosas. Además, los caldos alemanes y austríacos reinaban en la cuarta planta.
Ayala quiso destacar que la cita se ha ido consolidando y siendo un revulsivo para la atracción turística de la ciudad. «Antes, por lo que nos comentaban los organizadores, el público venía fundamentalmente el domingo para que, el lunes, pudieran participar en la cita, pero los éxitos y reclamos de la ciudad de Burgos han permitido que ya desde el viernes empezara a llegar gente que hace que tanto nuestros hoteles como nuestros restaurantes hayan estado llenos a más no poder», recalcó la alcaldesa.
Entre las bodegas algunos se estrenaban en su cita burgalesa, ya conocida por la cercanía entre el centro de la ciudad y su palacio de congresos. Un total de 20 se han acercado hasta el encuentro burgalés por primera vez. «Este año hemos tenido que habilitar el espacio de arriba porque han llegado alguna más, también hay bodegas más pequeñas, que se agrupan, y otras ya tenemos el cupo de botellas cubierto, pero vienen porque no hay nada más bonito para un productor que contarle al consumidor cómo hace su vino», resumió Berciano.
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