Así vivió Burgos un apagón histórico

Desconcierto, falta de noticias, con los dispositivos electrónicos desgastando la batería en vano y los comercios y bazares agotando las reservas de linternas y pilas de todos los tamaños. Ese fue durante horas el paisaje de una ciudad de Burgos paralizada por el apagón en toda España. No fue hasta pasadas las 17:40h cuando se empezó a generalizar por la ciudad el suministro eléctrico y se fue extendiendo la normalidad.

Sin clases en algunos colegios o en las universidades, unos bares abiertos y otros cerrados, con las entidades financieras, oficinas y servicios públicos inactivos por falta de energía eléctrica y en otros lugares en los que sí se contaba con generador, sin conexión a internet o telefónica. 

Difícil conseguir noticias de qué estaba ocurriendo en los supermercados, en los consultorios médicos o en los hospitales. En este último caso se contaba con la tranquilidad de saber que se disponen de equipos de energía de emergencia que proporcionan la electricidad suficiente para mantener los sistemas asistenciales operativos. Aunque las agendas hayan quedado trastocadas por el apagón, ninguna operación quirúrgica en curso, por ejemplo, se malogró al irse la luz. De hecho, fuentes de Sacyl confirmaron que los tres hospitales públicos de la provincia funcionaron con generadores durante las más de cinco horas de apagón.

El caso más evidente de que la ausencia de energía trastocaba la vida diaria de los burgaleses estuvo en la regulación semafórica, que dejó de funcionar desde el minuto uno, aunque no en todos los semáforos ya que algunos guardaban energía en baterías alimentadas por paneles solares, y obligó a desplegar patrullas de la Policía Local en los principales cruces de la ciudad. 

En especial en la plaza del Rey donde confluye el tráfico de la bajada de la autovía de ronda, la calle Vitoria y la avenida de Cantabria. Los voluntarios de la Protección Civil municipal también fueron desplegados y los bomberos tuvieron que intervenir en multitud de rescates. Como el caso de un joven, que tuvo que ser auxiliado porque se había quedado atrapado en el interior de un ascensor por culpa del apagón.

Por otra parte, las operaciones ferroviarias quedaron suspendidas en la estación de trenes al perderse a tensión eléctrica en la catenaria. En la capital burgalesa los autobuses funcionaron con normalidad cumpliendo sus recorridos habituales, al igual que los taxis.

Sin electricidad, la telefonía, especialmente la móvil, se vio gravemente afectada y durante toda la jornada fue muy difícil establecer conexión con centros de trabajo, familiares e, incluso, comunicar situaciones de emergencia por falta de cobertura o por la señal interrumpida.

El Ayuntamiento cerró las bibliotecas municipales, mientras que en la Casa Consistorial se siguió prestando servicios con normalidad.