Rat-zinger: «Nunca nos presentaremos a las elecciones. Y si lo hacemos, que nadie nos vote»
Si no es la banda más macarra de Bilbao y alrededores, al menos está en el top. De nuevo en Burgos gracias al Dale Gas, este sábado en el Andén 56, su intención es que «no quede nadie en pie»
Hubo una época en la que punkis y heavies se llevaban a matar. De eso hace ya mucho tiempo, por suerte. Las crestas y las melenas conviven hoy en paz por obra y gracia del rock, que todo lo abarca. De aquellos polvos, surgieron eso lodos con ganas de fusionar sin miedo al que dirán. Y Rat-zinger, veteranos de una nueva hornada dispuesta a revitalizar la escena, dieron un puñetazo sobre la mesa allá por 2009 demostrando una actitud tan iconoclasta como sincera.
El nombre del grupo -en honor a Benedicto equis uve palito- se las traía y por eso saltaron al ruedo con Cartas al Vaticano (2010). De ahí a Crónicas de la destrucción en 2012 y el gran salto, de Bilbao al resto del planeta, con su Rock'n'Roll para hijos de perra dos años después. Sin pelos en la lengua, cada letra es un alegato contra el poder establecido, la bofetada capaz de arrancar una sonrisa al que la recibe porque, las cosas como son, ingenio no les falta. Dice Podri, el vocalista, que «la autocensura es lo que busca el sistema en bandas como la nuestra». Sin embargo, en el fondo sucede «al revés» porque «cuanto más quieren que nos acojonemos, más explícitos somos».
Vuelven los Rat-zinger a Burgos. No hace demasiado de la última visita, en 2022 junto a The Exploited, The Casualties y Lion's Law, con los que hicieron «mucha amistad». Aun así, da la sensación de que llevaban mucho tiempo sin dejarse ver por aquí y ya iba siendo hora de reencontrarse con toda esa gente que siempre les recibe, hablando en plata, «de puta madre». La cita, este sábado 30 de noviembre en el Andén 56, con motivo de la primera edición del festival Dale Gas en compañía de Tropa do Carallo -con Evaristo Páramos al mando-, Distorsión, La Peste y AQuemarropa.
Formar parte del Dale Gas es un «placer». Y como la ocasión lo merece, la banda se ha fijado como objetivo que «no quede nadie en pie». Con su último trabajo, Bala per cápita (2024), más fresco que una lechuga, buen parte del set se centrará en su presentación. Por experiencia, Podri sabe que «cuando tocas en sala notamos que los temas del disco nuevo son bien recibidos». Por contra, «en los festivales, donde hay gente más 'dispersa', tiran más los temas de toda la vida». Teniendo en cuenta que lo de este sábado es un festival en sala, lo suyo es que prime el «equilibrio».
Lo nuevo de Rat-zinger, con excelentes críticas en medios especializados, supuso un punto de inflexión debido a la marcha de Javi Puñales. «Fue un duro golpe, pero teníamos una bala en la recámara», relata Podrí aludiendo Dann Hoyos, que antaño ya había sacado su guitarra a relucir en algún que otro bolo y, por ende, «conocía la dinámica del grupo y los temas». Así las cosas, «su calidad inigualable como guitarrista ha permitido la continuidad sin parón alguno». Y lo mejor de todo: «Se respira muy buen rollo en la crew y seguimos más unidos que nunca».
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Sorprendieron, y han gustado, las colaboraciones de Bala per cápita. «Cada una surge de un modo diferente», explica Podri. La de Martillo, frontwoman de The Capaces, afloró una vez terminada la canción de Quiero ver arder porque «sabíamos que algo le faltaba al tema y vimos rápido que era ella». Con Kutxi, de Marea, se llegó a la conclusión de que su voz no podía faltar antes de culminar Ya no hay kinkis. En cuanto a Kosta, cantante y guitarrista de Boikot, lo más llamativo es su aportación como chelista para rematar Berlín.
Con quince años de andadura y los que quedan, lo de Rat-zinger es un «no parar». Del tirón, Podri avanza que «sacaremos No habrá piedad para nadie, Vol. III en 2025 y disco nuevo en 2026». Y ojo, porque tienen «más planes para el 27 y así hasta el fin de los días». Lo que no entra en sus cabezas, al menos por ahora, es meterse en política. Ni aunque los seguidores más fieles de Eskorbuto se lo pidieran de rodillas. «Rat-zinger nunca se presentará a las elecciones. Y si lo hace, ¡que nadie nos vote! Miedo me daría ese poder en nuestras manos».