El Correo de Burgos

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Un pintor en el teatro del mundo

El burgalés Sebas Velasco se recrea en los escenarios periféricos y se adentra en la inquietud y misterios de la noche sin esconder la huella del hecho pictórico en ‘Backlands’, la exposición que ocupa la Sala Código UBU hasta el 31 de julio

Sebas Velasco, junto a un óleo que recoge una calle de Belgrado, que le ha seducido por su toque americano con tintes del este.-Israel L. Murillo

Sebas Velasco, junto a un óleo que recoge una calle de Belgrado, que le ha seducido por su toque americano con tintes del este.-Israel L. Murillo

Publicado por
A.S.R.
Burgos

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El fogonazo de los neones entre las ramas desnudas de un árbol, una estación de autobuses en medio de la madrugada entre la vigilia y el sueño, el misterio escondido tras esa única ventana iluminada, los silencios que grita una casa solitaria... Sebas Velasco (Burgos, 1988) camina por la periferia de las ciudades y por esos bordes en los que la naturaleza lucha salvaje contra el cemento en busca de una nueva conquista, se deja envolver por las tinieblas y los sugerentes misterios de la noche y asume el desafío de convertir a la pintura en un personaje más de ese teatro que es el mundo en Backlands, la exposición que ocupa la Sala Código UBU hasta el 31 de julio.

Sebas Velasco, el artista que borra las fronteras entre el grafiti y la pintura de estudio, vuelve a su ciudad con una colección que resume sus últimos cuatro años de trabajo. Un tiempo marcado a grandes rasgos por la profundización en los desafíos que lanza la noche a un pintor, por la necesidad de hacer que sus cuadros sean generadores de relatos al más puro estilo hopperiano, por la constante inspiración hallada en el mundo del grafiti y las estaciones de paso, por el juego dramático de pinceles al sol y el afán por dejar constancia de la huella pictórica con más o menos descaro.

Sus óleos se insinúan libres de prejuicios. Se desnudan para la mirada más inquieta, pero se quedan elegantemente vestidos para quien solo busque emociones y sensaciones en ellos.

«Por un lado quiero reflejar esos distintos ambientes, pero por otro se encuentra el reto pictórico de acertar con la luz, la atmósfera, la perspectiva o el dibujo, presupuestos más técnicos, más realistas, que dejan ver la propia pintura, con unas zonas más aguadas, otras con más empaste, la huella del pincel... Me interesa que la pintura también se vea», apunta el autor burgalés que tiene a Antonio López como una de sus grandes referencias, aunque no la única. Junto al manchego, con el que el año pasado realizó un curso en Albacete, se colocan Velázquez, Goya, la legión de pintores a caballo entre el siglo XIX y el XX -desde Sorolla a los hermanos Zubiaurre-, Lucien Freud, Richter, Alexander Tinei, Michaël Borremans o Justin Mortimer.

Ellos están ahí, pero Velasco cuenta su propio relato en cada pintura, se mueve por los escenarios sin cortapisas, y guarda siempre un final abierto para que el público se sienta partícipe de él. La función nunca es la misma.'To be continued' en San Francisco

Sebas Velasco decidió a los 13 años que el dibujo le interesaba más que cualquier otra cosa y se empeñó en hacerlo suyo. Paso a paso. Sin más pretensiones que la pintura por la pintura. Ha absorbido enseñanzas, ha pateado las calles y ha viajado con el equipaje siempre abierto a nuevas experiencias. Paso a paso también se empieza a hacer un hueco en el mercado del arte. Ha expuesto en su país -en diciembre lo hará en la SC Gallery de Bilbao-, pero también en Alemania, Gran Bretaña y ahora cruza el Atlántico para hacerlo en Estados Unidos. La 886 Geary Gallery de San Francisco mostrará su obra durante el mes de julio. Será el inicio de una relación con el gigante norteamericano que se puede fraguar en nuevos proyectos en un futuro no tan lejano.

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