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Día de Santiago Apóstol

Blancas y moradas ristras adornan Burgos en la feria del ajo

La crisis económica ha disminuido las ventas de la hortaliza este año

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Burgos

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V. RODRÍGUEZ SALAZAR / Burgos

Como es tradición desde hace más de 30 años, las ristras y mandones de ajos con sus blancas y moradas combinaciones se han instalado desde el pasado viernes en la ciudad burgalesa en vísperas a la festividad de Santiago Apóstol.

La feria que suele realizarse el fin de semana más próximo al día de Santiago, este año cuenta con alrededor de 150 ajeros provenientes de todos los pueblos de la provincia de Burgos, quienes esperan terminar de vender el resto de la producción que comenzaron a ofrecer en las fiestas de sus comarcas.

Los precios varían, todo depende las destrezas del comprador para regatear, de los ánimos del productor y de si los ajos están en trenzas o mandones, mínimo con nueve y máximo con veinte euros los visitantes en la feria se pueden llevar 30 cabezas de la hortaliza.

Uno de los vendedores, Fernando Díaz, ganó el premio al mejor trenzador de ristras de su pueblo, Castrojeriz, localidad donde el concurso se caracteriza por la demostración de destreza y agilidad en esta labor en la que participan todos los años productores de ajos del lugar. «Hago el trenzado en 10 minutos, y me he ganado 100 euros» manifestó el joven.

Este tejedor, tradición que heredó de su padre, vende 30 cabezas de ajo, perfectamente trenzadas en 13 euros, sin embargo expresó que este año «se venden más manadas que trenzas, la gente busca más lo  

barato».

Los productores expresaron que la crisis económica se está reflejando en las ventas de este año: «A pesar de que es producción propia, más barata que la de un revendedor, las ventas están normales, no se vende como antiguamente» señaló Alejandro Pérez González, otro agricultor de Castrojeriz, quien lleva más de 40 años produciendo y vendiendo ajos en Burgos.

Pérez, al igual que sus compañeros informó que durante la tarde del viernes y mañana del sábado la asistencia de compradores a la feria había sido poca, sin embargo, en la tarde aumentó la afluencia: «Como hoy es la víspera y mañana la feria, esperamos que mejoren las ventas».  

Por su parte, Francisco Javier Cerna, vendedor de Castellanos de Castro, se une a la opinión de los demás productores asegurando que el año pasado vendió un total de 1.200 euros, y este espera vender por lo menos 400 euros, menos de la mitad.

Según Cerna las ventas no sólo han disminuido este año por la crisis, ya que «también hay más competencia, el año pasado había menos de la mitad de ajeros que este año» añadió.

Por otra parte, entre los visitantes hay quienes van a comprar los ajos recién cosechados, y otros como Jesús Ruiz van como todos los años a dar una vuelta para visitar a sus amigos o encontrase con vecinos en la tradicional celebración. Algunos hasta ayudan a los productores a ofrecer sus hortalizas, así, recuerdan como sus familiares realizaban esta actividad «Mi padre vendía ajos aquí, hace muchos años mi abuela le enseñó a trenzar ajos para ganarse la vida», dijo Jesús.

A pesar de la situación, los agricultores esperan volver a sus pueblos con la cosecha del 2011 vendida.

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