Antolín cuadruplicará su producción de grafeno y estará en las principales ferias de nanotecnología

R. G. U. / Burgos

Si hay un material asociado con el progreso y la modernidad en el siglo XX y lo que llevamos del XXI ese es el omnipresente plástico, que forma parte de casi cualquier equipamiento tecnológico, mecánico o doméstico. De plástico son nuestros móviles y cualquier equipo electrónico y también muchas prendas de vestir, vasos, calzado y buena parte de los componentes del automóvil. Bien podría decirse que la introducción del plástico en la industria favoreció una nueva era de productividad a precio asequible.

Ahora, en la segunda década del siglo XXI se abre paso de cara a la comercialización el nuevo material que hará olvidar completamente al plástico y sus limitaciones. Se trata del grafeno, creado por primera vez en 2004 a partir del carbono. El grafeno consiste en un material bidimensional formado por una sola capa de átomos de carbono que se disponen en forma de red hexagonal, similar a un panal. Es un extraordinario conductor de la electricidad y del calor, mejor que el resto de materiales conocidos; de mayor resistencia que el acero y de una enorme flexibilidad. Sus aplicaciones industriales son infinitas y están a punto de empezar a llegar al consumidor una vez que los fabricantes mundiales han sido capaces de depurar los procesos y tecnología para fabricarlo, rebajando su coste de producción. Para ello, el número de investigadores implicados en este proyecto ha llegado a unas 25 personas, en colaboración con prestigiosas Universidades en el ámbito nacional e internacional.