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EXPOSICIÓN / ARCO DE SANTAMARÍA

El primer café, con Santa Teresa

El artista salmantino Venancio Blanco expone en el Arco de Santa María medio centenar de dibujos en servilletas de bar inspirados en la mística abulense

Una de las esculturas que completan la exposición.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
L. B.
Burgos

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Recién superado «un percance», gracias a otro milagro de Santa Teresa de los muchos que, dice, jalonan su vida, el artista salmantino Venancio Blanco paseaba ayer sus 92 años por el centro de Burgos. Y lo hacía para honrar a la mística abulense, con la que desayuna todos los días, aseguraba dichoso. «Ella me habla cada mañana y yo la escucho con atención. Una vez me dijo: invéntame y te mandaré a alguien para que te exponga. Y aquí estamos», relataba con media sonrisa en el Arco de Santa María, cuyas paredes se visten hasta el 31 de octubre con medio centenar de servilletas que, a modo de lienzo cotidiano, sostienen los dibujos en los que Blanco acostumbra a plasmar el pensamiento inicial del día.

Trazos certeros en negro sobre blanco que acompañan el primer café con leche de la mañana en un bar próximo a su taller y que recogen sencillas escenas soñadas por el autor con la fundadora de las Carmelitas Descalzas como protagonista, en las que, a veces, un burro «robado a Sancho» o San Juan de la Cruz la hacen compañía.

El director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Gonzalo Santonja, era ese ‘alguien’ prometido por Teresa de Jesús al artista salmantino para difundir esta obra, reunida por la Fundación Venancio Blanco. Y como tal ejerció en la inauguración de la muestra que se completa con una serie de esculturas en bronce vinculadas a los temas recurrentes de la obra de Blanco: la maternidad, la religión, los toros... Santonja celebró el conjunto como una «suma de prodigios» que evoca a la perfección la vida y obra de la inspiradora.

«Es sabido que muchos de sus escritos vieron la luz en hospederías y posadas de su época, al hilo de su camino, y por la mañana. Igual que ella, Venancio recibe al día con el lápiz», subrayó ante un público escueto con mayoría de artistas locales que no quisieron perder la oportunidad de charlar con Blanco al término del evento de las satisfacciones de su oficio.

Ya de cerca y sin micrófono, pintores y escultores le escuchaban mudos alabar a los santos como musas, en especial cómo no a la de Ávila, cuyo quinto centenario se conmemora en 2015 y motiva citas como la que ocupa estas líneas y el Arco de Santa María. «¡Qué mujer tan extraordinaria! Necesitamos más santos así. Y casi siempre están en los pueblos, son gente sencilla», opinaba el autor, que aún espera «sorpresas de ella» como la que le traía a Burgos. «Estoy contento y orgulloso y seguiré trabajando los años que me quedan», afirmaba.

Desayunando con el dibujo, que así se titula la muestra, ha recorrido ya distintas localidades de la región a lo largo de este año para festejar la efeméride. La capital burgalesa se convierte en la última parada de la ruta. La exposición puede contemplarse de martes a sábado de 11 a 14 y de 17 a 21 horas y los domingos de 11 a 14 horas.

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