La comunidad peruana reivindica sus valores en las Fiestas Patrias

Perú consiguió la independencia el 28 de julio de 1821. Por ello, desde hace 16 años, los peruanos de la asociación ‘Hijos del Sol’ que viven en nuestra ciudad, se reúnen para celebrar sus Fiestas Patrias. Este año la cita se celebró en la parroquia de la Anunciación, en la calle Clunia y fue presidida por el sacerdote burgalés Víctor García, misionero en Perú pero que estos días se encuentra de vacaciones en su pueblo.

Las cifras de peruanos en Burgos han ido creciendo con el paso del tiempo. A comienzos de este año se habían empadronado en la provincia 241 personas extranjeras con nacionalidad peruana a las que habría que sumar otras 500 con doble nacionalidad, ya que tal y como comunicaron desde la asociación a este periódico, hay aproximadamente 750 residentes en Burgos nacidos en Perú.

«Como en casa»

Hilda Vizarro, una de las integrantes de la asociación y antigua presidenta de ‘Hijos del Sol’ durante más de diez años, manifestó que actualmente, ya en la capital, «desde un principio» se ha sentido acogida. «No ha habido ningún tipo de problema», apuntó. Aterrizó en tierras burgalesas hace quince años y desde entonces, aunque para ella es «algo peculiar, me siento como en casa. No sé si es por el idioma pero soy parte de la comunidad burgalesa». Vizarro explicó que su capacidad de adaptación es «tan rápida» que recuerda su vivencia burgalesa entre sonrisas y anécdotas. «Celebramos que estamos unidos y que a pesar de todo lo que haya, salimos adelante».

Tradiciones

La segunda parte de la celebración expuso la diversidad de costumbres y tradiciones del país, manifestadas mediante danzas como la marinera norteña, que por un momento trasladó a los presentes a su tierra natal. Caracterizada por el uso de pañuelos, se trata de un baile que muestra el mestizaje entre culturas. Su origen se atribuye a un baile colonial llamado zamacueca. Mientras que el hombre danza como es habitual, con zapatos, la mujer no los usa. La marinera demanda también gran esfuerzo físico y sacrificios por parte de los bailarines. Se caracteriza por ser ágil, elegante, libre, alegre y espontánea, mostrando durante todo el baile un coloquio amoroso en el cual la dama coquetea con picardía, astucia e inteligencia expresando su afectividad, mientras el varón galantea, acompaña, acecha y conquista a su pareja. «Es un homenaje al mar por la vestimenta que se usa y que se mueve como si fueran olas del mar».

Se efectuó también una rifa para obtener fondos en beneficio de la entidad. Este acto estuvo abierto a todas las personas que quisieron acercarse y conocer un poco más la realidad del país peruano conviviendo al menos, por un día, con aquellos que se afincan tanto en la ciudad como en la provincia desde hace años.

De esta manera, la fiesta de ayer supuso un gran homenaje al hombre y a la mujer peruana que lucha día a día. Destacó que valores como el trabajo, el esfuerzo y la esperanza, son los tres pilares que los definen. Actualmente, Vizarro trabaja en Cáritas desde hace años y también es la delegada de migraciones. «Estoy haciendo lo que hacía en mi país, trabajar para los más necesitados».