Cerrar

CORONAVIRUS

Devoción y marchas procesionales desde la ventana

Tres vecinos de un edificio en G-3 han salido a la ventana esta Semana Santa para tocar marchas a trompeta

Los tres trompetistas tocan las marchas procesionales desde la ventana. ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

A pesar de la crisis sanitaria, la devoción y el fervor de algunos cofrades y músicos de bandas se está dejando notar estos días a lo largo y ancho de la capital burgalesa. Es el caso de Alejandro y Jaime Ruiz- Capillas, dos hermanos que junto a su vecino Roberto Marañón deleitaron a sus vecinos del barrio de G-3 con marchas procesionales Jueves Santo, Viernes Santo y ayer.  «Aunque estamos en dos bandas distintas, estuvimos hablando y nos decidimos a tocar algunas marchas esta Semana Santa», comenta Marañón, quien añade que «otros días también hemos salido a la ventana a tocar algún tema», comenta Roberto.Los hermanos de 15 y 10 años tocan en la Banda de Cornetas y Tambores de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas, mientras que su vecino Roberto hace lo propio en la Banda de Cornetas y Tambores de la Sangre del Cristo de Burgos. Desde que comienza la temporada de ensayos entre los meses de septiembre y octubre, los músicos dedican «entre cuatro y cinco horas semanales», explica Alejandro. Muchas horas de trabajo y esfuerzo que después se ven reflejadas en solo una semana.Precisamente ese esfuerzo es el que luego pesa cuando una procesión no se puede llevar a cabo. «En este caso la Semana Santa se ha suspendido por otra cuestión mucho más seria y aunque hemos visto que el tiempo tampoco nos hubiera acompañado, siempre se te queda la espinita clavada de no poder haber salido con tu cofradía», señala Roberto, quien pertenece a su banda desde hace 28 años, «desde su creación en 1992, cuando empecé tocando la corneta» para después ‘pasarse’ a la trompeta.Alejandro también lleva la Semana Santa en la sangre y en la familia. Pertenece a la cofradía desde los 17 meses y fue él quien animó a su hermano pequeño «a entrar a la banda a tocar la trompeta». No solo las marchas procesionales unen a estos dos burgaleses sino el amor por la música. Alejandro estudia guitarra española desde hace seis años y aunque asegura que prefiere el instrumento de cuerda, si tuviera que tocar uno solo «toda la vida» elegiría la trompeta «por lo que significa la Semana Santa para mí y para mi familia».Por su parte, su compañero de trompeta en estos días y vecino el resto del año explica que en casa también ‘le da’ al piano y a la guitarra y toca en una charanga. Cuenta orgulloso que en casa ya hay relevo y es que su hija de cinco años toca el tambor en la banda infantil de la hermandad. «Desde su creación ya han pasado unos cuantos miembros de la banda infantil a la de adultos», señala Roberto.Son las ocho de la tarde, después de los correspondientes aplausos a los sanitarios y a profesionales que siguen trabajando estos días de confinamiento, Roberto, Alejandro y Jaime se preparan, afinan sus instrumentos y salen a la ventana de sus domicilios para tocar las últimas marchas procesionales del año, esperando que las próximas «podamos interpretarlas en la calle». 

Cargando contenidos...