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La tiempo determinará el resultado de la campaña de las cerezas

Lluvia o heladas en la temporada de floración pueden cambiar las positivas previsiones

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Burgos

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GERARDO GONZÁLEZ / BriviescaLos fruticultores del Valle de las Caderechas siguen con atención la evolución de la meteorología primaveral con la esperanza de que se mantenga estable y permita confirmar las buenas expectativas para esta campaña. La meteorología siempre es un factor clave para los productos del campo pero en el caso de los frutales lo es aún en mayor medida.Una sola noche de bajas temperaturas puede acabar con gran parte de las flores y convertir una prometedora campaña en un desastre para los productores.En conjunto la media de producción de las más de 130 hectáreas de cerezos con que cuenta el valle es de un millón de kilos en años normales aunque de esta cifra alrededor de 200.000 kilos cuentan con la Marca de Garantía. El hecho de que prime la forma tradicional de cultivo de los frutales hace que el trabajo y la inversión de todo el año penda de las ramas de los árboles, sujetos a heladas, pedriscos y plagas.Entre los peores recuerdos de los fruticultores destaca la campaña del 2001 cuando en una semana se perdió casi el setenta y cinco por ciento de la cosecha de cereza y manzana.Aunque contra las variaciones del clima los productores no cuentan con medios para salvaguardar su producción, salvo el aumentar el número de árboles que minimicen las pérdidas, si se ha trabajado en otros riesgos potenciales.Así para evitar en la medida de lo posible el descenso en producción tanto de cereza como de manzana la asociación de productores disponen de un moderno sistema de control. Este proyecto surgió como una aplicación a las actividades agrícolas del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático en su área de control de plagas y enfermedades de los cultivos vinculadas a incremento de las temperaturas. Los objetivos del mismo son la validación y adaptación de modelos agroclimáticos para el aviso de plagas y enfermedades que permitirá a su vez alcanzar objetivos complementarios.Entre estos está la racionalización de los tratamientos fitosanitarios en la medida de lo posible sin afectar al rendimiento.Uno de los problemas con que se tropiezan los productores al ser sus explotaciones atacadas por una plaga es que el uso de fitosanitarios de amplio espectro puede erradicar a la misma pero también ‘enseña’ a otras plagas como adaptarse para neutralizar el producto genérico. Dado que la Marca de Garantía que ostentan los asociados en sus cerezas y manzanas restringe el uso de productos en el tratamiento de los frutales esto también se tiene en cuenta en el sistema.También la propia idiosincrasia del valle ayuda puntualmente a evitar la ausencia de cerezas certificadas en el mercado ya que el proceso de desarrollo del fruto varía dependiendo de la zona geográfica. Esto permite que en las zonas más tardías se pueda recolectar cereza en los últimos días del mes de julio mucho más tarde que en otras zonas de España.Por esta singularidad la Feria de la Cereza se celebra en el valle el primero domingo de de julio con una creciente asistencia en cada nueva edición.Precisamente, esta primavera también preocupa a los productores el retraso en la fijación de las ayudas de la Diputación para el evento aunque confían que se resuelva con suficiente antelación para organizar la misma.

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