Avalancha en los supermercados de Aranda, donde está grave una mujer con coronavirus

Aunque el virus afecta sobre todo a personas mayores, una mujer de cuarenta años se encuentra grave tras haber dado positivo en Coronavirus en Aranda de Duero. Tras ser asistida en un primer momento en el hospital Santos Reyes, fue derivada hoy al hospital Universitario de Burgos (HUBU) con pronóstico reservado. Según ha podido saber este periódico la paciente es asmática y el virus le ha inducido un fracaso respiratorio.

También fue desplazado a Burgos un varón de edad avanzada. Dado su delicado estado de salud, tuvo que ser intubado antes del viaje.

Ninguno de los ocho afectados hasta el momento, están conectados familiarmente. Dos estaban ingresados en dos residencias de mayores de la localidad y su estado también es grave y hay dos sanitarios afectados, que, por suerte, se encuentran bien y permanecen recluidos en sus domicilios donde reciben el tratamiento.

Los trabajadores médicos insisten en la importancia de no centrarnos únicamente en los casos que han dado positivo ya que, “hay muchos más que no han sido diagnosticados”. Por ello, es primordial que los ciudadanos se queden en su casa, se laven mucho las manos y sobre todo “no se toquen la cara que es por donde penetra el virus” así como que se informen únicamente a través de fuentes fiables. En cuanto a los niños, los expertos aconsejan: nada de parques, nada de jugar con amigos y nada de llevarles a la compra.

Aunque la mayoría de los arandinos ha seguido la recomendación de quedarse en casa, todavía hay algunos que no entienden la gravedad de la epidemia y la importancia de seguir las instrucciones de los expertos sanitarios. “El aislamiento social es clave para frenar la curva”, advierten desde el hospital Santos Reyes.

Este mensaje también se dirige a los muchos madrileños que han buscado refugio en la Ribera. “Es importante que se queden en casa”, apremian.

Bares cerrados y supermercados llenos

Aunque la mayoría de bares y restaurantes del centro optó por el cierre, en la hora del aperitivo de ayer, algunos permanecieron abiertos, con las terrazas incluso puestas. “Ahí están todos; es increíble”, lamentaba una vecina que vive en la Avenida del Ferial.

En Mercadona, los compradores formaban colas antes incluso de que abriera. “Han arramplado con todo. En cuatro horas se habían agotado los tres trailers que habían llegado, uno más de los que llega normalmente”, explica sorprendida una trabajadora.

Ante la aglomeración de gente que recibe estos días Mercadona, el hipermercado ha decidido contratar un servicio de seguridad. Aunque va a dar una prima del 20% a los trabajadores “por el esfuerzo”, algunos comienzan a plantearse si “merece la pena”. “Estamos muy expuestos”, asegura un empleado inquieto porque todavía no han llegado las mascarillas que les han prometido.

En otros, como Día, las mascarillas que hay las han traído los trabajadores. Para ellos todavía no se ha anunciado una prima y según explican, tampoco están con la plantilla al completo.

Sin mascarillas en el hospital

Desde que el virus llegó, la vida en el hospital Santos Reyes se ha convertido en un reto diario. A la presión y el estrés por la situación se une la precariedad de un hospital que tiene muchas carencias, empezando por una UCI que no está preparada y que no cuenta con intensivistas y por unos respiradores que se cuentan con los dedos de una mano.

Mención especial merece la escasez de mascarillas. Y es que, de las que son más eficaces en situaciones de riesgo hay muy pocas. El personal ha optado por reutilizarlas a excepción de cuando se trata a un paciente `positivo´ que entonces se tira directamente con el fin de evitar riesgos; pero la preocupación es palpable. “Tenemos miedo pero hay que estar al pie del cañón”, explica un médico.