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Museo del Libro / Otra iniciativa

Un trampolín para los jóvenes artistas

La poesía visual de Marcos Mesa estrena ‘Doble espacio’, la habilitación de las zonas comunes del centro como un lugar expositivo más abierto a los nuevos creadores

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Burgos

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A.S.R. / BurgosEl Museo del Libro Fadrique de Basilea exprime su superficie hasta la última gota. La inquietud de sus responsables por abrirse a la sociedad los lleva ahora a tender la mano a los jóvenes artistas. Han habilitado las zonas comunes del edificio como espacios expositivos abiertos a los nuevos creadores. El diseñador gráfico burgalés Marcos Mesa estrena este proyecto con la propuesta Arqueología poética, una colección de poesía visual que salpica las paredes hasta el 30 de agosto.El director del Museo del Libro, Rodrigo Burgos, explica que la chispa que desencadenó esta iniciativa fue recibir una semana tras otra la visita de alguna persona que le proponía colgar sus obras en el centro. Quedó en su cabeza y pensó que podía ser una buena idea brindar a los jóvenes artistas los descansillos de las escaleras o las salas previas a las distintas plantas para que mostraran sus creaciones, siempre con algún hilo en común a la historia del libro que se hilvana en el lugar. Jugaron con las palabras y decidieron llamarlo Doble espacio, abierto desde ya a nuevas propuestas.Entre dobles sentidos, apariencias y juegos con los objetos se mueve la colección de poesía visual de Marcos Mesa. Siete fotografías que dialogan con la planta dedicada a la Edad Media y a la más moderna, con la aparición de la imprenta de Gutenberg, sin olvidar el guiño al paso de una a otra.«Mi trabajo siempre tiene algunos matices de arqueología porque trabajo mucho con objetos que encuentro, que hablan de los lugares donde han sido hallados y poseen la fuerza de los sitios a los que pertenecen, y también con objetos que tienen historia en la vida cotidiana de las personas, con la nobleza de revelar las huellas de su uso», señala el artista.Mesa habla en ocasiones de un flechazo entre él y estos hallazgos y reconoce la importancia que en su tratamiento creativo tienen las texturas y la iluminación. «La luz puede transformar cualquier cosa, contrasta los contornos, hace que un objeto de hierro parezca flotante...», enumera y añade que por eso elige la fotografía como soporte, que se pliega a sus ideas como la perfecta amante.Trampantojos, metáforas, adivinanzas visuales... Pueden ser mucho los juegos que esconden las obras, pero Marcos Mesa sobre todo busca la complicidad con el espectador y con los propios habitantes de papel del Museo del Libro.

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