Tradición por bandera

Con la tradición como bandera única y compartida arrancaba ayer el ya histórico Castilla Folk, cita de rigor para abrir el verano que, fusionada en los últimos años con el programa festivo, pone el foco en el origen sonoro de aquí y de allá.

El pistoletazo de salida de tal viaje en el tiempo y en el espacio sabía a premio, saboreado a cubierto por la amenazante lluvia. Así, a cobijo de la capilla de Bernardas los valencianos Besarabia (Heidi Erbrich, Jaume Pallardó y Eva Domingo) celebraban con un recorrido por las músicas de la península balcánica su triunfo en la penúltima edición hasta la fecha del certamen de bandas folk ‘Burgos raíz y evolución’.

La última se batallaba un par de horas después en el escenario del paseo Sierra de Atapuerca, que albergó la pugna entre las tres formaciones seleccionadas de entre las 51 -de 27 lugares distintos- que aspiraban a saltar a escena, la mayor cifra de los cuatro años de vida del concurso promovido por los cuatro festivales de la provincia que lucen el folk como apellido , de nombre Castilla, Demanda, Pollogómez y Babieca.

Sus representantes elegían a las agrupaciones madrileñas Zagala y Bruna Sonora y la gallega Arifi para la final de esta cita que pretende «acercar culturas, difundir y promover el conocimiento de las tradiciones musicales».

Y así, ayer, Zagala (Josefina Gómez, Alba Chacón, Esther Sánchez, David Torrico e Iván Mellén) tiraba de la «fuerza vocal» que caracteriza a este grupo, empeñado en saber más de los cantes ibéricos basados en ritmos de danzas, salpicados, eso sí, de sonidos de otros lugares del mundo.

Bruna Sonora por su parte, pese a su juventud, hacía gala de la alquimia a la que en su primer trabajo ha sometido a temas populares para recomponerlos y exprimir su esencia para dar forma a nuevas composiciones interpretadas por una docena de músicos de amplia formación y dilatada experiencia liderados por Javier Bruna.

Arifi levantaba el viento del sur del Mediterráneo del que la banda (integrada por Iria Estévez, Vadzim, Toni, Gonzo Piña y Marco Mendoza) toma su nombre pese a nacer en Galicia. Su proyecto, afirman, apuesta por fundir «las músicas de raíz con ritmos arabe-andalusíes o más actuales» y presentarlas en directo como «experiencias únicas».

Al cierre de esta edición la suerte estaba echada y hoy, conocido ya el que en doce meses se encargará de abrir el festival, el programa, como la vida, sigue. Si el cielo respeta Mayalde tomará el testigo en la plaza de los Castaños a las 19 horas. Los salmantinos ‘nacidos’ como formación en 1980 «fruto de un matrimonio y siete años de alboroto juvenil desahogado en música» mantienen su apuesta familiar por «bucear en las memorias de los viejos de nuestra tierra». Así llevan tres décadas y sus hallazgos cobran forma en discos y conciertos como el que abre la ronda. De ‘cerrarla’, a las 21 horas en el paseo Sierra de Atapuerca, se encargarán las cuatro «cantareiras» de Ialma, residentes en Bruselas pero atadas a las tradiciones gallegas como «fuente inagotable de inspiración» para un repertorio «adaptado a una nueva realidad, en contacto con varias culturas, lenguas y estéticas musicales».

Magali, Marisol, Natalia y Verónica presentarán su proyecto más reciente, Camiño, «pulido pacientemente para dar lugar a la más bella expresión» de su «madurez artística», siendo además «una experiencia musical inédita», avanzan.

De Burgos al mundo, el Castilla Folk bajará mañana el telón con dos citas especiales. La primera, concertada con Alfonso Díez bajo los castaños a las 19 horas, por ser un emblema local de devoción por la cultura popular. Combina su pasión por el vestido -de la que ha dado cuenta en artículos, conferencias y exposiciones- con la dedicación a la música, al frente del colectivo Cantollano, con el que ha dado forma a siete trabajos discográficos.

Del broche de la jornada y la edición se encargará una formación histórica, mítica incluso, venerada por los aficionados al folk. Gwendal, el grupo instrumental de música bretona y celta, ocupará el escenario junto al MEH al filo de la medianoche para repasar los grandes temas de una carrera, jalonada por más de un millar de conciertos en todo el planeta, que destaca, según reconocen, por «la relación pasional con el público».