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BALONCESTO ACB

Faltó la guinda

San Pablo cayó ante el Gran Canaria tras ceder en el último cuarto / La victoria hubiera sido el mejor regalo para una afición al que club homenajeó ayer

Sebas Saiz intenta la canasta ante la oposición de dos rivales.-SANTI OTERO

Burgos

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SAN PABLO 89

GRAN CANARIA 98Árbitros: Martín Bertrán, Aliaga y Padrós.

Parciales: 25-23, 43-43 (descanso), 69-70 y 89-98 (final).

San Pablo Burgos: Schreiner (8), Jenkins (12), Cancar (10), Saiz (15) y Thompson (9) -quinteto inicial- Fisher (5), Gailius (6), Huskic (9), López (13) y Vega (2).

Gran Canaria: Rabaseda (12), Eriksson (8), Radicevic (3), Báez (1) y Fischer (7) -quinteto inicial- Oliver (5), Mekel (9), Seeley (18), Balvin (9), Pasecniks (4), Paulí (8) y Aguilar (14).La de ayer era una jornada dedicada a la afición, uno de los pilares sobre los que se apoya el proyecto del San Pablo. La guinda la debía poner el equipo con una victoria, el mejor regalo para la animosa grada del Coliseum. Pero la escuadra local no pudo con Gran Canaria, que mostró su calidad en los momentos decisivos.

La escuadra castellana aguantó hasta el último cuarto a un rival superior en la pintura, pero cuando llegó el acierto exterior de los isleños personificado en un Aguilar que anotó 14 puntos en el último cuarto, hincó la rodilla. Tiró de coraje, de ilusión y de orgullo, pero no fue suficiente. Estuvo cerca, pero su rival no le permitió que regresara al partido.

Gran Canaria es un equipo de los importantes. Quintó en la Liga Endesa y con una plantilla repleta de jugadores de calidad.Quizás lo lógico es lo que sucedió en el último cuarto y no lo de los 30 minutos anteriores.

El ambiente volvió a ser de fiesta y es que las derrotas se digieren de otra manera cuando el objetivo está ya amarrado. Los azules tienen la permanencia en el bolsillo, lo que les permitirá disfrutar del final de campaña.

MÍNIMAS DIFERENCIAS

El primer cuarto estuvo marcado por la igualdad. Ninguno de los dos contendientes fue capaz de imponer su juego y el intercambio de canastas fue constante a lo largo de los 10 primeros minutos. Los de casa se apoyaron en el acierto de Jenkins en el inicio, mientras que la posterior entrada de Huskic también aportó frescura al ataque.

El nivel del cuadro canario aumentó con el paso de los minutos, lo que le permitió disfrutar de las primeras ventajas mediado el cuarto. Con el 15-17 Epi pidió su primer tiempo muerto. No quería que su oponente ganara en confianza. La estrategia surtió efecto y el mando en el marcador volvió manos locales. No obstante, las diferencias nunca fueron importantes y se llegó al final de estos primeros 10 minutos con un 25-23 que dejaba claro que las espadas seguían en todo lo alto.

Los centímetros y los kilos de Gran Canaria en la pintura comenzaron a hacer daño en el segundo acto. Lo anterior, añadido a un trío arbitral con un rasero diferente para cada equipo, hizo que el dominio en el electrónico se fuera alternando. Gran Canaria era superior en el rebote, lo que le permitía tener segundas opciones en sus ataques.

Al San Pablo le faltaba continuidad y jugaba a arreones. Tampoco su oponente estaba fino y alternaba fases de acierto con otras en las que le costaba encontrar el camino hacia el aro. Ninguno de los dos equipos lograba una ventaja importante y el choque llegó al descanso con empate (43-43).

El encuentro seguía sin definirse. Ninguno de los dos equipos era capaz de imponerse de forma contundente. La segunda mitad debía dictar sentencia en una contienda en la se preveía que los detalles serían los que decantaran la balanza en favor de uno u otro. El cuadro burgalés quería redondear el homenaje a su afición con una victoria y mantenía intactas sus opciones.

El paso por los vestuarios le sentó bien a los dos conjuntos. Los canarios aumentaron su acierto exterior y llevaron la iniciativa en el marcador. La mejor versión de Schreiner ayudaba a que San Pablo se mantuviera a una escasa distancia de su oponente, aunque el austriaco cometió la cuarta personal a falta de 4:38 para llegar al final del cuarto.

Tres triples consecutivos de los visitantes pusieron la máxima hasta entonces en el marcador (61-66). San Pablo necesitaba reaccionar si no quería que su oponente rompiera el partido. La ventaja aumentó y Epi trató de parar la sangría con un tiempo muerto. El rebote seguía siendo uno de los problemas.

Los de casa afrontaron el último minuto y medio de la manga con 8 puntos de desventaja (61-69). La distancia comenzaba a ser peligrosa, sobre todo porque el conjunto isleño parecía haber encontrado el sitio en la pista. Llegó la reacción burgalesa de la mano de Thompson y Álex López, y ni una dudosa técnica pitada a Gailius por simulación frenó a los locales. Fue el propio lituano quien sobre la bocina logró un triple que volvía a apretar al máximo el marcador (69-70).

APARECE AGUILAR

Con los dos equipos en un punto se afrontaban los últimos 10 minutos de un choque en el que ambos estaban convencidos de que podían lograr el triunfo. El acto comenzó con un triple de Aguilar y con una nueva jugada en la que los colegiados dejaron claro que para pitar una falta a favor de San Pablo debía suceder algo más que una simple infracción.

Otro triple de Aguilar volvió a poner la máxima en el marcador, que aumentó con dos tiros libres de Luke Fisher (69-78). El conjunto de Epi cometía errores que hasta entonces no habían aparecido y Gran Canaria metió la directa. Seeley hizo de estilete y con dos canastas consecutivas puso a los suyos con 10 puntos de ventaja (72-80).

El choque se ponía muy cuesta arriba a falta de 6:45 para el final. Los de casa no eran capaces de frenar el ataque isleño y su oponente anotaba con excesiva facilidad. La confianza visitante iba en aumento, justo lo contrario que la burgalesa.

La escuadra castellana afrontaba los últimos cinco minutos de partido en clara desventaja (77-86), por lo que Epi puso toda la pólvora sobre la pista. San Pablo no se rendía y 4 puntos consecutivos mantenían la esperanza. Aunque Aguilar, inspirado desde el triple, se empeñaba en enterrar las opciones burgalesas.

Los locales mantenían la fe, pero la complicación era máxima. El empuje del cuadro azul hizo que regresaran las dudas a la escuadra canaria. Con 85-91 su banquillo volvió a pedir un tiempo muerto. No quería que los de Burgos regresaran al encuentro.

La defensa castellana dio una vuelta más de tuerca. San Pablo buscaba la épica y el pabellón creía en el triunfo. Dos tiros libres de un inspirado Schreiner pusieron la diferencia en 4 puntos (87-91). Pero regresó Aguilar, ausente hasta el último cuarto. Otro triple del internacional su puso un jarro de agua fría para las aspiraciones burgalesas. El equipo no tiró la toalla, pero sus esfuerzos se quedaron sin recompensa y la victoria viajó hacia Gran Canaria.