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BALONCESTO / ACB

Paso de gigante hacia la Final a 8

El Hereda San Pablo se reencuentra con su mejor versión / Apoyado en la defensa y su acierto desde el triple con 17 aciertos,  el conjunto de Peñarroya supera a un Tenerife que fue a remolque / Los locales disfrutaron de una máxima ventaja de 26 puntos

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Publicado por
DIEGO ALMENDRES

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HEREDA SAN PABLO  101

TENERIFE  79

Hereda San Pablo Burgos

: Renfroe (14), Benite (14), Rabaseda (6), Rivero (10) y Kravic (8) -quinteto inicial- Cook (5), McFadden (17), Salash (10), Sakho (8), Salvó (6), Barrera (3).

Tenerife:

Fitipaldo (2), Cavanaugh (3), Shermadini (12), Doornekamp (6), Salin (21) -quinteto inicial- Álex López (-), Yusta (9), Guerra (9), Marcelinho (4), Rodríguez (5), Sulejmanovic (8).

Árbitros:

Viator (Francia), Rosso (Francia) y Davydov (Rusia)

Eliminados:

No hubo.

Parciales:  32-20; 57-48 (descanso); 81-61 y 101-79 (final).

 

El Hereda San Pablo se reencontró con su mejor versión y deja encarrilada la clasificación para la Final a 8 de la Basketball Champions League después de superar a un sorprendido Tenerife que fue a remolque. 

Un triunfo el próximo martes en la cancha del Igokea dejaría a los burgaleses con pie y medio en la fase final, un objetivo al alcance de la mano si se ofrece el nivel exhibido ante el gran favorito al título.

El listón defensivo mostrado tanto en liga contra el Andorra como en Europa frente al Tenerife alimenta la esperanza en un equipo que volvió a encontrar la inspiración en el lanzamiento de tres. Hasta 17 aciertos protagonizó el conjunto de Peñarroya, dato escalofriante multiplicado por una efectividad del 50% de acierto.

El técnico local aprovechó la información acumulada en los dos dolorosos precedentes ante los aurinegros para dibujar el planteamiento a seguir en un partido vital.

Los azules cortaron las vías de anotación de Shermadini y colapsaron la pintura, asumiendo el riesgo que implicaba cambiar de defensor en cada bloqueo. El georgiano desapareció de escena y esa actividad defensiva permitió a los locales lanzarse en transición (9-8).

De salida, Renfroe y Rivero fueron los referentes ofensivos de un equipo cuyo baloncesto fluyó con toda la naturalidad. El cubano se multiplicó en ambos lados e imprimió ritmo al partido. Del resto se encargó el altísimo porcentaje de acierto disfrutado en los lanzamientos liberados (20-11). Todo marchaba como la seda a pesar de que, para entonces, Salin ya tirara del carro insular.

El encuentro estaba para la entrada de McFadden y el ‘terror de Flint’ no tardó en sumarse a la fiesta. La puesta en escena del escolta dio un nuevo impulso a los castellanos entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo. Un bombardeo sin cuartel en el que los burgaleses se fueron a un 7/10 en triples para estirar la cuerda al máximo.

El 37-20, redondeado con otro parcial de 5-0, dio paso a una fase muy diferente. Quedaba por ver la respuesta del San Pablo en el momento en el que el Tenerife comenzara a carburar y sin la ayuda extra del acierto y la cosa se complicó.

Los amarillos se metieron de lleno en partido. Los locales empezaron a fallar los tiros abiertos, confundieron el ritmo con las prisas y Guerra hizo muchísimo daño bajo los aros. Cada rebote concedido abría una herida que no dejaba de sangrar. Y Salin aumentó su producción para zarandear a un Hereda San Pablo groggy.

El parcial fue desolador. El 2-19 encajado en cuatro minutos devolvió la igualdad al marcador, un 39-39 que amenazaba con cambiar el signo del encuentro. 

Mientras tanto, los burgaleses se cargaron de faltas y la diferencia al descanso fue descomunal. Ese 14-6 tuvo una incidencia decisiva después, pero antes los de Peñarroya se las apañaron para escapar del problema con Salvó al ‘4’ y Salash como referencia pura en la pintura.

El bielorruso ofreció soluciones con su versatilidad y Renfroe asentó el renacer castellano para devolver la tranquilidad al colectivo. Los azules se fueron a los 57 puntos al descanso y el Tenerife dio por bueno el balance después de lo visto.

Tras el paso por los vestuarios los árbitros dieron un nuevo volantazo a su criterio y el rival se fue del choque por momentos. El Lenovo pasó de sumar 6 faltas en 20 minutos a acumular 5 en 80 segundos del tercer cuarto y no lo digirió.

Los de Vidorreta se perdieron en protestas y, a pesar de los fallos de McFadden desde la personal, el Hereda San Pablo hizo su trabajo para asegurar una renta que se disparó por encima de los 20 puntos.

El bloque burgalés dispone de un sinfín de recursos individuales y colectivos. Llegó el momento de Rabaseda y Kravic, protagonistas en una fase del partido en la que el Tenerife estaba desquiciado (69-48).

Esta vez los castellanos sí resolvieron con la contundencia que requería la situación y, cómo no, McFadden sumó otro acierto exterior para aclarar al rival que no había margen para remontadas.

Con el 77-55 el encuentro estaba en el bolsillo, pero los locales siguieron a lo suyo con un proyección superior a los 100 puntos ante el gran referente del torneo. 

Ya en el último cuarto Benite redondeó su gran actuación y Rabaseda también quiso su cuota de protagonismo ofensivo tras brillar en retaguardia para firmar la máxima ventaja del choque. 

El 92-66 refuerza la moral de un San Pablo en el que todos suman. Sakho ha dado un paso al frente y Barrera aprovecha cada oportunidad. Los azules están en disposición de optar a todo en el sprint final de curso y, de momento, su presencia en la F8 está cada vez más cerca.

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