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Baloncesto / Adecco LEB Oro

Victoria a medio gas

Autocid fulmina a un endeble Ciudad de Vigo en la primera mitad / Luego se relajó y se fue de un partido que tuvo al tedio como protagonista

Burgos

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27-8 40-19 57-41 71-60

Autocid Ford Burgos: Chris Hernández (10), Chus Castro (6), Zach Morley (19), Aloysius Anagonye (9) y Peter Lorant (10) -cinco inicial-; Iván Corrales (-), Alberto Miguel (2), Jason Blair (10), Manu Gómez (5) y Joan Cabot (-).

 

 

 

 

 

 

Autocid Ford superó el trámite e hizo subir la primera victoria de la campaña a su casillero ante un Ciudad de Vigo ramplón y que acusó notablemente su falta de rodaje (llegó a Burgos con tan sólo dos semanas de entrenamiento). Los burgaleses, jugando a medio gas, terminaron por contagiarse del juego insulso de su contrincante y convirtieron el choque en un auténtico ‘tostón’ durante la segunda mitad.

Apenas un cuarto bastó a los de Andreu Casadevall para cimentar su victoria. Y luego los azulones se echaron a dormir en vista de la inoperancia de su rival de turno, que sólo cuando el CB Atapuerca perdió toda la intensidad con la que saltó de salida a la pista, pudo maquillar el resultado (71-60).

El inicio del choque sufrió un retraso de un cuarto de hora a consecuencia de un apagón que dejó sin iluminación en el municipal burgalés cuando se procedía a la presentación de ambos equipos sobre la cancha. Afortunadamente todo quedó en un susto y la normalidad regresó al pabellón de forma progresiva, pero no total, porque una parte de los focos ya no volvió a funcionar.

Además, el club local hizo entrega instantes antes del inicio del encuentro de una camiseta de Autocid Ford al seleccionador nacional femenino, Evaristo Pérez Torices.

Aplastante fue la superioridad del cuadro de Andreu Casadevall desde el salto inicial. La diferencia entre ambos conjuntos a día de hoy es abismal, mayor si cabe teniendo en cuenta que los gallegos llevan apenas dos semanas de preparación. Autocid Ford convirtió el choque en un auténtico monólogo con dos armas principales: su juego interior y las rápidas transiciones al contragolpe. Sin una defensa excesivamente agresiva fue capaz de anular por completo el inoperante juego ofensivo del Ciudad de Vigo, que llegó al descanso con una cifra ridícula de puntos en su casillero (19).

Morley inauguró el marcador de los locales esta temporada en casa. Y la avalancha de juego del CB Atapuerca fue ya imposible de frenar por un rival que ofreció demasiadas facilidades a los castellanos. Anagonye y Peter Lorant eran dominadores absolutos de los dos aros, anotando constantemente canastas fáciles bajo el tablero ante la pasividad de la defensa visitante, que les dejaba recibir con facilidad muy cerca de la posición de tiro.

Ciudad de Vigo plantó cara apenas dos minutos (8-6). Ahí Autocid Ford apretó un poco los dientes y puso tierra de por medio con pasmosa facilidad. Los burgaleses endosaron a su todavía en rodaje contrincante un escandaloso parcial de 17-0 (25-8). Lorant, Morley y Castro llevaban todo el peso ofensivo de los suyos, mientras que en el bando gallego solo Frost era capaz de anotar con ‘relativa’ comodidad. El duelo se fue convirtiendo en un monólogo absoluto para llegar con 27-8 al término del primer cuarto.

Las constantes rotaciones del Ciudad de Vigo no surtían ningún efecto, aunque al menos lograron minimizar la vía de agua en el arranque del segundo acto (29-12). Los locales se sentían tan superiores que bajaron notablemente el pistón. Pero entonces reaccionó Casadevall en el banquillo exigiendo más agresividad a los suyos. Gómez y Blair jugaban ahora en la pintura, mientras que Corrales entró en la dirección del equipo y Alberto Miguel actuaba como alero.

Vigo seguía mostrándose como una escuadra absolutamente roma en el lanzamiento, con paupérrimos porcentajes de tiro y muchas pérdidas de balón, lo que ponía el choque en bandeja a un cuadro azulón que ya jugaba a medio gas. En cuanto ponía un poco el pie en el acelerador, puesto que controlaba totalmente el rebote, y se ponía las pilas en el contragolpe las rentas siguieron creciendo hasta el 40-19 del descanso.

Y ahí terminó prácticamente la contienda, al menos para Autocid Ford. La entrada de los burgaleses en pista, de nuevo con el quinteto inicial sobre la pista fue nefasta. Salvo cuatro puntos iniciales de Morley, que volvió a dejar patente su extraordinaria calidad en varias acciones individuales, el bagaje ofensivo de los castellanos quedó reducido a la mínima expresión.

Los azulones dieron el partido por finalizado demasiado pronto y se dedicaron a sestear contagiándose del cansino ritmo de su rival de turno. Tras cuatro minutos de descontrol el técnico catalán trató de cambiar el rumbo del choque con un tiempo muerto. Arengó a los suyos y situó a los dos bases en pista (Chris Hernández e Iván Corrales, el primer haciendo las veces de escolta) para ganar en control y serenar los ánimos. Pero ni por esas.

Lo que en el primer cuarto habían sido virtudes se trocaron ahora en errores, con constantes pérdidas de balón y mala selección de tiro. Vigo, sin hacer nada del otro mundo, fue recortando las rentas en el marcador, si bien sin dar nunca sensación de que la remontada fuera posible. Aún así los visitantes se pusieron a 12 (52-40). Pero cuando peor pintaban las cosas para Autocid los colegiados sancionaron con una técnica al banquillo visitante que allanó considerablemente el camino para el CBAtapuerca, que estiró de nuevo su ventaja en el luminoso (57-41).

Los burgaleses se habían ido hacía tiempo del choque y dejaron pasar con apatía y sin intensidad los últimos 10 minutos del choque. Vigo se situó en zona complicando aún más el espeso juego ofensivo local, que además ayer careció por completo de la que parecía ser su mejor arma, el juego exterior. Pero enfrente no había rival para poner en aprietos a los de Casadevall por más que estos se esforzaran en facilitar las cosas a Vigo (71-60).

 

 

 

D. O. C. / Burgos

Autocid Ford superó el trámite e hizo subir la primera victoria de la campaña a su casillero ante un Ciudad de Vigo ramplón y que acusó notablemente su falta de rodaje (llegó a Burgos con tan sólo dos semanas de entrenamiento). Los burgaleses, jugando a medio gas, terminaron por contagiarse del juego insulso de su contrincante y convirtieron el choque en un auténtico ‘tostón’ durante la segunda mitad.

Apenas un cuarto bastó a los de Andreu Casadevall para cimentar su victoria. Y luego los azulones se echaron a dormir en vista de la inoperancia de su rival de turno, que sólo cuando el CB Atapuerca perdió toda la intensidad con la que saltó de salida a la pista, pudo maquillar el resultado (71-60).

El inicio del choque sufrió un retraso de un cuarto de hora a consecuencia de un apagón que dejó sin iluminación en el municipal burgalés cuando se procedía a la presentación de ambos equipos sobre la cancha. Afortunadamente todo quedó en un susto y la normalidad regresó al pabellón de forma progresiva, pero no total, porque una parte de los focos ya no volvió a funcionar.

Además, el club local hizo entrega instantes antes del inicio del encuentro de una camiseta de Autocid Ford al seleccionador nacional femenino, Evaristo Pérez Torices.

Aplastante fue la superioridad del cuadro de Andreu Casadevall desde el salto inicial. La diferencia entre ambos conjuntos a día de hoy es abismal, mayor si cabe teniendo en cuenta que los gallegos llevan apenas dos semanas de preparación. Autocid Ford convirtió el choque en un auténtico monólogo con dos armas principales: su juego interior y las rápidas transiciones al contragolpe. Sin una defensa excesivamente agresiva fue capaz de anular por completo el inoperante juego ofensivo del Ciudad de Vigo, que llegó al descanso con una cifra ridícula de puntos en su casillero (19).

Morley inauguró el marcador de los locales esta temporada en casa. Y la avalancha de juego del CB Atapuerca fue ya imposible de frenar por un rival que ofreció demasiadas facilidades a los castellanos. Anagonye y Peter Lorant eran dominadores absolutos de los dos aros, anotando constantemente canastas fáciles bajo el tablero ante la pasividad de la defensa visitante, que les dejaba recibir con facilidad muy cerca de la posición de tiro.

Ciudad de Vigo plantó cara apenas dos minutos (8-6). Ahí Autocid Ford apretó un poco los dientes y puso tierra de por medio con pasmosa facilidad. Los burgaleses endosaron a su todavía en rodaje contrincante un escandaloso parcial de 17-0 (25-8). Lorant, Morley y Castro llevaban todo el peso ofensivo de los suyos, mientras que en el bando gallego solo Frost era capaz de anotar con ‘relativa’ comodidad. El duelo se fue convirtiendo en un monólogo absoluto para llegar con 27-8 al término del primer cuarto.

Las constantes rotaciones del Ciudad de Vigo no surtían ningún efecto, aunque al menos lograron minimizar la vía de agua en el arranque del segundo acto (29-12). Los locales se sentían tan superiores que bajaron notablemente el pistón. Pero entonces reaccionó Casadevall en el banquillo exigiendo más agresividad a los suyos. Gómez y Blair jugaban ahora en la pintura, mientras que Corrales entró en la dirección del equipo y Alberto Miguel actuaba como alero.

Vigo seguía mostrándose como una escuadra absolutamente roma en el lanzamiento, con paupérrimos porcentajes de tiro y muchas pérdidas de balón, lo que ponía el choque en bandeja a un cuadro azulón que ya jugaba a medio gas. En cuanto ponía un poco el pie en el acelerador, puesto que controlaba totalmente el rebote, y se ponía las pilas en el contragolpe las rentas siguieron creciendo hasta el 40-19 del descanso.

Y ahí terminó prácticamente la contienda, al menos para Autocid Ford. La entrada de los burgaleses en pista, de nuevo con el quinteto inicial sobre la pista fue nefasta. Salvo cuatro puntos iniciales de Morley, que volvió a dejar patente su extraordinaria calidad en varias acciones individuales, el bagaje ofensivo de los castellanos quedó reducido a la mínima expresión.

Los azulones dieron el partido por finalizado demasiado pronto y se dedicaron a sestear contagiándose del cansino ritmo de su rival de turno. Tras cuatro minutos de descontrol el técnico catalán trató de cambiar el rumbo del choque con un tiempo muerto. Arengó a los suyos y situó a los dos bases en pista (Chris Hernández e Iván Corrales, el primer haciendo las veces de escolta) para ganar en control y serenar los ánimos. Pero ni por esas.

Lo que en el primer cuarto habían sido virtudes se trocaron ahora en errores, con constantes pérdidas de balón y mala selección de tiro. Vigo, sin hacer nada del otro mundo, fue recortando las rentas en el marcador, si bien sin dar nunca sensación de que la remontada fuera posible. Aún así los visitantes se pusieron a 12 (52-40). Pero cuando peor pintaban las cosas para Autocid los colegiados sancionaron con una técnica al banquillo visitante que allanó considerablemente el camino para el CBAtapuerca, que estiró de nuevo su ventaja en el luminoso (57-41).

Los burgaleses se habían ido hacía tiempo del choque y dejaron pasar con apatía y sin intensidad los últimos 10 minutos del choque. Vigo se situó en zona complicando aún más el espeso juego ofensivo local, que además ayer careció por completo de la que parecía ser su mejor arma, el juego exterior. Pero enfrente no había rival para poner en aprietos a los de Casadevall por más que estos se esforzaran en facilitar las cosas a Vigo (71-60).

 

 

AUTOCID FORD 71

CIUDAD DE VIGO 60

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