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A PRIMERA hora de la mañana, aún no sabemos la decisión que haya tomado Pedro el que recorrió caminos desvencijados al destierro cuando lo defenestraron los suyos. Sanchez, hoy lunes y quizás en pocas horas diga si se va o queda al timón de esta España que puede navegar de por sí sola y con piloto automático. Nuestro presidente, que gobierna con pinzas, no puede dormir bien si en verdad tiene sangre en las venas como escribe en su carta enamorada de dimisión en diferido. Confunde la extensión de la piel de toro y sus islas, con el vallado de un patio de instituto donde es el delegado de curso. No es un truhán ni un señor y juega como nadie el tablero de las damas donde se come por no comer. Conoce las reglas de juego como nadie y en la medida que aprende a noquear, reconoce en sus adentros que no es el camino. Su preaviso de poner pies en polvorosa parece ser por varias razones a las que si se aplica la lógica aristotélica, nunca encontraremos sentido. Puede ser un toque para navegantes vascos y catalanes que se le quieren subir a las barbas y olvidan que sin él, el abismo lo traga todo en torbellinos de Ulises con la derecha gobernando. Otros cuentan con el codo apoyado en la barra del bar que el demonio y su rabo espanta moscas, apunta a secretos de estado y alcoba. Maletas llenas que se vacían en Barajas, ministros que guardan secretos de confesión y dan ultimátums. Todo va en función de las tragaderas que tenga este personaje de ficción que confunde las decisiones del Consejo de Ministros, con una partida de mus donde los reales decretos son sus órdagos en una timba de cartas marcadas. Sin embargo, hay que reconocerle que es el mejor en el dominio de la técnica parlamentaria y saca muchas cabezas en la carrera a Feijóo el gallego. Que hasta el momento, gobierna un partido hecho a su imagen y semejanza, resulta evidente. Presidencialista y caudillista, ejerce de líder indiscutible por encima de cualquiera de sus ministros grises que más que respetarle, temen. Ninguno de ellos se atreve a decirle que es el rey desnudo y serán quienes cuando le llegue su hora, hagan mutis por el foro y le nieguen tres veces como hizo el evangelista. Pan y circo milimetrado que alimenta nóminas que no llegan a fin de mes entre contubernios de Marruecos, Pegasus y viajes nada claros en el Falcon. No olvidar que la media España de Galdós es roja y todo esto lo avala. Hagamos apuestas, que se queda, o se marcha.