Los Bomberos aspiran a tener información más detallada sobre los garajes comunitarios

Los incendios en garajes comunitarios son una de las intervenciones más complicadas y peligrosas a las que se enfrentan los bomberos, en las que el humo que se genera cuando se incendian vehículos dificulta al máximo el trabajo.

Incendios como los que se han registrado en los últimos años en la calle María Moliner, un garaje comunitario que tiene cerca de 150 plazas y en el que los efectivos del parque de Burgos han tenido que acudir en al menos tres ocasiones en los últimos años. Por ello, desde el servicio de extinción de incendios del Ayuntamiento de Burgos quieren trabajar con las comunidades de vecinos, a través de los administradores de fincas, para conseguir que «haya un armarito con los planos del garaje», explica el subjefe de Bomberos, Javier Llorente. Conocer cómo es el garaje es clave para saber cuál es la manera más rápida y eficaz para llegar al lugar en el que se ha registrado el incendio. En el caso de los garajes públicos sí hay planos por planta y por eso se «va a intentar con las comunidades» de vecinos.

De hecho, en el incendio que se registró a finales de febrero en el garaje comunitario de María Moliner, en el que las llamas calcinaron un vehículo, los efectivos que acudieron al aviso en un primer intento trataron de acceder por la puerta del garaje, pero no pudieron, y localizaron otro acceso hasta llegar a la zona del incendio. La información que pueden aportar estos planos de situación sería muy útil para las intervenciones. De esta manera se puede evitar que el humo pueda invadir la escalera o accesos que llevan a las viviendas.

En un incendio de estas características también «puede haber derrames de combustible», por lo que se «echa espumante» para la extinción del incendio, cuyos trabajos para su control y extinción se suelen prolongar durante horas.

La importancia de este tipo de información también radica en que en Burgos hay «garajes muy raros», en cuanto a su disposición, con varios sótanos y diferentes configuraciones que hacen más complicadas las intervenciones de los Bomberos.

En este caso, Llorente apela a la concienciación de los vecinos y usuarios de los garajes comunitarios, a través de la adopción de medidas pasivas de seguridad. La más sencilla, y que está en la mano de todos, es que las puertas que comunican la zona de viviendas y los garajes estén siempre cerradas. «Esto es una cadena», apunta el subjefe de los Bomberos.