El Correo de Burgos

TRÁFICO

La apertura de un segundo carril en Plaza Vega alivia el caos de tráfico

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Burgos

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La apertura del segundo carril en la calle de Valladolid, junto a la derribada esquina de la Plaza de Vega ha aliviado los problemas de tráfico de una de las zonas más saturadas de la capital, en especial en las horas punta. La obra lleva terminada hace apenas unos días, pero los efectos se han hecho notar en un corredor de la ciudad que ha aumentado la densidad del tráfico tras el inicio de las obras del puente de Castilla, cortado al tráfico desde el pasado mes de octubre.

Tradicionalmente, el entorno de la Plaza de Vega era un punto conflictivo para el tráfico, ya que la calzada se convertía en un sólo carril cuando llegaba a la esquina de la Plaza de Vega con la calle de Calera para los vehículos que circulaban en sentido hacia la plaza del Conde de Castro. De los dos carriles, sólo permitía circular en ese sentido mientras que el carril de la derecha obligaba a girar hacia la Plaza de Vega.

Las obras de urbanización de la esquina de la plaza Vega arrancaron el pasado 20 de octubre y, según las previsiones municipales, tenían que acabar antes de Navidad, tal y como obliga el Plan E que impulsa el Gobierno. La demolición de los edificios de la esquina y la urbanización del entorno tenían por objetivo dotar de un carril más de circulación a la calle Valladolid y acabar con el «embudo» que suponía para la circulación. El coste de la obra ha rondado los 300.000 euros. La reordenación de este espacio era uno de los motivos principales que llevó al Ayuntamiento a llevar a cabo el derribo de la esquina de la Plaza de Vega. Una demolición que contó con vecinos del inmueble, en especial José Antonio Sierra, quien acusó al Consistorio de haber utilizado «artimañas legales» para favorecer a dos promotores inmobiliarios, que son propietarios de la mayor parte de los inmuebles desde hace años y al llevar mucho tiempo intentando que el resto de vecinos les vendan sus viviendas para derribar el edificio y construir uno nuevo. El 14 de septiembre, el Ayuntamiento iniciaba el derribo de la esquina. El Ayuntamiento contaba desde hace días con la una autorización judicial para ejecutar el desalojo y poder iniciar las obras de derribo. No obstante, la decisión adoptada por el equipo de Gobierno, así como la fianza solicitada para poder parar cautelarmente el derribo, estaba recurrida en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo. Un recurso que no se resolvería hasta días después, razón por la que los afectados no entendían por qué no se espera a la decisión judicial. El recurso se presentó ante la imposibilidad de los vecinos de pagar la fianza de cerca de 300.000 euros que había exigido la juez para paralizar el derribo de estos inmuebles.

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