El Correo de Burgos

BIENVENIDA A LOS REYES MAGOS

Miles de sonrisas infantiles acogen a los Reyes

Los burgaleses dieron ayer la bienvenida a Sus Majestades a la capital burgalesa, a pesar del frío invernal

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Burgos

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A más de uno no le hubiera importado ayer ser un poquito carbonero para, mientras se esperaba la llegada de los Reyes Magos, luchar con los pies calentitos contra los 2 grados de temperatura que recibieron ayer a Sus Majestades a su llegada a la capital burgalesa. Los carboneros fueron así los encargados de cerrar la cabalgata de ayer, desde su caldera humeante y llena de carbón destinado a aquéllos que se han portado mal este año. Desde ahí sentados recordaron a todos que algunos nombres seguían apuntados en su libro de ‘Malos’, «y ya queda poquito para que se puedan portarse bien y recibir algún regalo esta noche, la más mágica de todo el año».

Sin embargo, y tras saberse muchos de ellos afortunados, miles de rostros infantiles sonrientes dieron la bienvenida a Melchor, Gaspar y Baltasar, al pasar ante sus ojos en su carrozas cargadas de regalos. Pero a éstas las precedieron numerosos y variopintos personajes que con sus piruetas y colorido hicieron las delicias de grandes y pequeños, gracias al trabajo realizado por hasta 27 compañías y agrupaciones de artistas.

Caballos gigantes, globos...

Tras el tren turístico y los camiones de los bomberos, todos ellos lujosamente decorados y transportando a pequeños pastorcillos que repartían caramelos desde las ventanillas, apareció la estrella de Belén que como es tradición, guió a los Reyes hasta el portalillo donde les esperaban Jesús, José y María.

Un original caballo gigante fue el encargado de tirar de los primeros vehículos cargados de regalos, tras los cuales se iban los ojos de los miles de personas que desde Gamonal hasta la plaza del Rey, marcaron el camino hasta el pesebre a Sus Majestades, camino en el que la lluvia fue por suerte, la gran ausente.

Globos gigantes, carneros zancudos y niñas-burbuja fueron la avanzadilla que precedió la llegada de las carrozas reales, siendo Melchor y el lujo de su carroza la que abrió la comitiva real. Elaboradas por los artistas de Gamonal, con Cristino Díez a la cabeza, éste fue el primero en saludar a los burgaleses desde su carroza, donde el lujo oriental dejó paso a unos inquietos hombres-tornillo que se movían al son de las notas del tambor y al dulzaina.

El cielo ya completamente oscuro se llenó de pompas para recibir al paje del rey Gaspar tras el cual, un original camello de luz dejó paso a inmensos elefantes, jirafas y caminantes nacidos de un gigantesco y original ejercicio de papiroflexia.

Finalmente, llegó Baltasar, que a pesar de cerrar el trío sigue siendo el más esperado por todo. No defraudó y con una gran sonrisa, empezó a regar las calles con caramelos que tras volar apenas llegaban a tocar el suelo antes de ser 'cazados' por miles de manos.

Los reales invitados lanzaron más de 5.000 kilos a lo largo de todo el trayecto, desde su salida poco después de las 18 horas de la avenida Eladio Perlado -en el barrio de Gamonal- hasta su llegada dos horas después al centro de la capital burgalesa.

Espera con el Chamberlán

Mientras la cabalgata avanzaba sin prisa y con apenas pausas desde Gamonal hacia el centro, ya en la plaza del Rey el chambelán real caldeaba el ambiente animando a todos los que ya esperaban allí a  Sus Majestades, a recibirles con cantos y palmas. ¡Melchor, Gaspar y Bal-ta-sar! ¡Si eres buen chaval, regalos lograrás!».

Fue en torno a las 20 horas cuando Sus Majestades llegaron al centro de la ciudad donde tras saludar a los cientos de personas que allí les esperaban, se acercaron al pesebre situado en el pasaje del Paseo del Espolón a adorar al Niño Jesús, quien en brazos de su madre dormía tranquilo.

Los Reyes saludaron también a los niños allí presentes, mientras avanzaban por el pasillo que los Danzantes y Tetines de la ciudad iban haciendo entre bailes y música hacia el Teatro Principal. Ya en el balcón del teatro, Gaspar afirmó que habían recibido miles de cartas de los niños burgaleses, «en las que nos pedís regalos muy variados y en otras que siga habiendo amor y salud en vuestras familias», comentó en su discurso.

Él a cambio les pidió que ellos también hagan un regalo a sus padres: ser aplicados en el colegio, colaborar en las tareas de casas y obedecer a los papás. Tras él, Melchor pidió a grandes y pequeños que os acordéis de los niños que viven en países sin libertad ni igualdad donde sufren los efectos de la violencia, la pobreza y la enfermedad, por lo que vosotros debéis valorar lo que tenéis».

Finalmente, Baltasar hizo su petición de paz y amor extensiva al alcalde y a todos los gobernantes del mundo «para que la felicidad reine entre todos los hombres», deseó. Como punto final de sus palabras, invitó a grandes y pequeños a irse a casa y comenzar los preparativos previos a la recogida de los regalos. «Tenéis que limpiar bien vuestros zapatos y meterse pronto en la cama para así poder disfrutar de una noche mágica», comentó.

El punto y final de la cabalgata lo pusieron los fuegos artificiales, mientras los servicios municipales de limpieza y los componentes de las agrupaciones de Bomberos, Protección Civil y ambos cuerpos de policía -Local y Nacional-, despejaban la céntrica calle Vitoria para irse también, a poner los zapatos.

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