El Correo de Burgos

ORDENANZA RUIDO

Sesenta pubs cuentan con un limitador de ruido en sus equipos musicales

Una decena de locales está todavía pendiente de su instalación. Ocho bares permanecen, en la actualidad, cerrados

Burgos

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R. TRAVESÍ / Burgos

El ‘tira y afloja’ que emprendió allá por el año 2006 el Ayuntamiento con los pubs y bares de copas de la capital comienza a decantarse hacia el lado de legalidad, lo que sin duda agradecerán los vecinos de esas zonas que reciben el nombre de ‘saturadas’, situadas sobre todo en el casco histórico.Y es que el objetivo último de todas estas medidas es conciliar la actividad de los hosteleros con el derecho al descanso que tienen los ciudadanos que residen en esos lugares.

La Ordenanza Municipal de Ruidos y Vibraciones obliga a la instalación de un limitador-controlador de sonido para controlar los decibelios de los equipos de sonido en todos los bares y pubs de las zonas saturadas y en los establecimientos denominados ‘especiales’ fuera de esas áreas, además de aquellos sobre los que pese una denuncia.

El Consistorio, a la vista de las denuncias de ruidos de los residentes y los expedientes abiertos por la Policía Local, decidió en un primer momento que una treintena de pubs debían instalar estos dispositivos, aunque posteriormente el número se amplió.

Tres años después y tras numerosos demandas que acabaron en los juzgados, entorno a 60 locales de copas de la ciudad cuentan en la actualidad con un limitador de ruidos. A ese número habrá que sumar alguno más que no se contabiliza por cierre, traspaso de negocios o reducción de licencia. La mayor parte de estos bares están concentrados en Las Llanas, las Bernardas así como alguno más en la calle San Juan o en Las Bernadillas, en el barrio de Gamonal. También hay otros dispersos como en la carretera de Valladolid o la zona del Carmen.

Es un número que prácticamente alcanzaría la cifra que se marcó inicialmente el Ayuntamiento de Burgos que rondaba los 70 establecimientos. Esa decena de locales que todavía no cuenta con el limitador se debe a que tienen recurrido las denuncias de Medio Ambiente.

Los datos que remiten los limitadores de ruido se comprueban, sobre todo el lunes tras el fin de semana, por los técnicos municipales del área de Medio Ambiente para conocer los locales que han sobrepasado los límites establecidos o donde ‘no hay alarmas’.

Es una información que facilitan los proveedores que prestan el servicio al Ayuntamiento. La primera empresa que se hizo con el concurso fue PD Audio y la otra adjudicataria recayó el año pasado en Audiotec.

El nivel de limitación de decibelios se fija por el tipo de insonorización de cada bar, que en el caso de los locales antiguos es muy deficiente. Otra cosa son las nuevas aperturas puesto que, antes de otorgar una licencia, los técnicos revisan la construcción y comprueban que cuenta con un adecuado aislamiento.

Hay algunos pubs que tienen un límite de 95 decibelios, aunque en ocasiones se supera en cinco decibelios. Un ruido que no puede soportar el oído humano durante un tiempo prolongado. La filosofía de la Ley del Ruido y la idea del Ayuntamiento es ir, progresivamente, rebajando la presión sonora a la que se somete al ciudadano.

«Cuando recibimos la queja de un vecino por exceso de ruido en un bar de copas, nosotros comprobamos si el hostelero ha sobrepasado el límite establecido. Si es así, abrimos un expediente», apunta la concejal de Medio Ambiente, Teresa Temiño. Otra cosa -precisa- es que el pub tuviera la puerta abierta o que el ruido procediera de la calle, para lo que es necesario que los agentes de la Policía Local levanten un acta. La Justicia, de momento, del lado del Ayuntamiento

El Ayuntamiento está ganando, de momento, la batalla judicial por el ruido en las zonas de copas de la ciudad. La Sala de lo Contencioso Administrativos del Tribunal Superior de Justicia valoró las denuncias que los bares de copas presentaron contra la Ordenanza Municipal de Ruidos así como los expedientes sancionadores a los hosteleros que no cumplieron con la colocación de los limitadores. En todos los casos, el Ayuntamiento salió bien parado, lo que obligó a los locales a instalar los dispositivos. El juez rechazó los primeros 16 recursos de los propietarios de los pubs en una sentencia que se hizo pública en marzo del año pasado.

El Consistorio ha abierto en los últimos años numerosos expedientes contra bares y pubs, pero no todos son por exceder el límite de ruido, sino que también existen por desconectar el sistema. «Hay muchos pubs que saben de antemano que superarán los decibelios y desconectan directamente el dispositivo», asegura la concejal de Medio Ambiente, Teresa Temiño.

La tramitación administrativa de cada uno de los expedientes es lenta y complicada porque, primero, hay que realizar un pliego de cargos; después, entra en acción el juez instructor, sin olvidar la validación de los datos que transmiten los limitadores. A todo ello, hay que sumar los recursos de los hosteleros por que certifican que el limitador de ruido no estaba bien calibrado o que el micrófono estaba estropeado. Argucias -según el Consistorio- para evitar la multa y la sanción. Aunque, la ordenanza deja claro que el mantenimiento de los equipos  y la adecuada transmisión del sistema corre a cargo de los responsables de los pubs.

Ocho locales cerrados

Al final, llegan los cierres judiciales de los locales por exceder los decibelios de la música. A día de hoy, son ocho los bares que están cerrados.

Muchos de los establecimientos sancionados han tenido que realizar obras para mejorar la insonorización y, entonces, se les ha permitido la reapertura. Los técnicos municipales son conscientes de la fuerte inversión que deben realizar los hosteleros para aislar de manera adecuada sus locales, pero es necesario para cumplir la ley. De todos modos, el Ayuntamiento está satisfecho con los esfuerzos de los propietarios de los locales. «Se ha producido un cambio importante porque el sector, ahora, ya acepta el sistema para colocar los limitadores», explican desde Medio Ambiente.

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