Raúl Berzosa: «La ciencia y la fe no son enemigas sino que se complementan»

AGENCIAS/ Burgos

El obispo auxiliar de Oviedo, Raúl Berzosa, que participó ayer en el ‘II Encuentro Universitario Camino de Santiago’ que tuvo lugar en la capital burgalesa, mantuvo que la ciencia y la fe, «cuando son auténticas», ni son enemigas, ni pueden ignorarse, «sino que tienen que complementarse, ya que son compañeras de viaje del único misterio, que es precisamente la vida».Y lo son desde los tiempos del Papa Pío XII.

El obispo auxiliar de Oviedo recordó que en las décadas de los 70 y de los 80, «sí había una gran lucha entre la religión y la ideología dominante, que era el materialismo». Sin embargo, puntualizó que hoy sucede lo contrario, puesto que la ciencia «abre puertas y ventanas al misterio» y en el que la Iglesia ofrece una «reflexión desde la Teología». Incluso, apuntó que una gran mayoría de científicos «no tienen ningún reparo en decirse creyentes o al menos abiertos a la trascendencia», según Ical.

Autor, entre otras publicaciones, de ‘Una lectura creyente de Atapuerca. La fe cristiana ante las teorías de la evolución’ y ‘Cien preguntas y respuestas sobre el misterio de nuestros orígenes’, Raúl Berzosa destacó a Efe la importancia de los yacimientos burgaleses declarados Patrimonio de la Humanidad, que considera que son una «mina» arqueológica y un «lujo» para Burgos.

Preguntas sin responder

Sin embargo, explicó que, dentro de una interpretación cristiana, Atapuerca es «sólo un episodio más dentro del misterio de la evolución, que comienza no hace un millón de años sino hace 15.000 millones de años». Berzosa señaló que los científicos quieren desentrañar lo ocurrido en todo ese tiempo pero quedan dos preguntas «para las que no hay respuesta en Atapuerca ni en ningún yacimiento» que son «quién ha escrito el guión, porqué y cómo». Sin embargo, las respuestas no vienen dadas, tal y como apuntó, en los yacimientos de Atapuerca ni en ningún lugar, por lo que las personas que tienen fe consideran que el autor es un Dios creador, mientras que los científicos se quedan en los umbrales.

Por ello, Berzosa recordó que actualmente la fe cristiana admite el tema de la evolución, aunque no se trata de una evolución «cerrada y ciega», fruto exclusivamente del azar y de la casualidad. Así, indicó que Dios ha hecho el mundo en forma de evolución y que el ser humano «está dentro de las tripas del creador».

En cuanto al papel de Atapuerca dentro de estas teorías, el obispo auxiliar de Oviedo, Raúl Berzosa, quiso distinguir entre el trabajo de campo y lo que son los yacimientos «objetivamente», que es Patrimonio de la Humanidad, y el aspecto en el que él esta trabajando, donde este lugar es «sólo un episodio más dentro del inmenso misterio que es la evolución».

Atapuerca, cruce de caminos

A este respecto, el obispo sostuvo que «sin querer», Atapuerca, que es Camino de Santiago, ha sido no solamente un hito importante en la Prehistoria, sino cruce de caminos en la cultura europea. Por ello, instó a que la Ruta Jacobea sea además de un camino cultural e histórico, «un camino de fe y de religión».

Tras la ponencia de Berzosa, titulada ‘¿Creación y Evolución? Ciencia y Fe después de Darwin’, fue el turno de la mesa redonda ‘El origen del hombre, misterio y reto’, en la que participaron el biólogo e investigador Alfredo Martínez; el profesor de Antropología de la Universidad de Navarra, José Ignacio Murillo; y el profesor de Teología Dogmática y miembro del Grupo de Investigación Ciencia, razón y fe, Juan Luis Lorda.

Esta actividad, que se enmarca dentro de un proyecto desarrollado por Encuentros en el Camino, fue puesta en marcha, según explicó su organizador, José María Caballero, por diversos profesores universitarios e intelectuales, con el objetivo de desarrollar una labor intelectual y de reflexión entorno al Camino de Santiago.

Esta cita tendrá continuidad en León en el mes de abril y en octubre en Santiago de Compostela, después del primer encuentro en la localidad navarra de Roncesvalles. En total, se recorrerán «cuatro hitos» de la ruta jacobea «pulsando el estado de la ciencia y la religión vinculadas al Camino».