El Correo de Burgos

RECONOCIMIENTO DE LA CIUDAD

Agradecimiento sincero a los hijos de la tierra

El alcalde entregó ayer los títulos honoríficos de la ciudad entre los que estuvieron los fallecidos Carlos Saenz de Tejada y Alberto Ibáñez, el colegio Jesús María, el grupo Gavilla y los Tetines de la ciudad

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Burgos

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El alcalde Juan Carlos Aparicio ejerció ayer de anfitrión en la tradicional entrega de los títulos honoríficos de la ciudad, con los que los burgaleses reconocen la labor y entrega al desarrollo de la cultura burgalesa, por parte de personas y entidades. Gracias a todos los galardonados se repasó ayer gran parte de la cultura burgalesa -con los premios a la agrupación Gavilla y a los Tetines de la Ciudad- y de su historia pasada, de la mano de los muchos trabajos realizados por el fallecido historiador Alberto C. Ibáñez-, así como a algunos de los más tristes capítulos de su historia aún presente.

La recogida por parte de José Antonio Saenz de Tejada del reconocimiento a su hijo Carlos como 'Hijo Predilecto de la Ciudad de Burgos' a título póstumo fue así uno de los momentos más emotivos de la gala, al recordar el edil, el fallecimiento del joven guardia civil burgalés en el atentado perpetrado por ETA en Palma de Mallorca el pasado verano. «Pero su contribución a la democracia y al mantenimiento del orden público en el ejercicio de sus funciones en la Guardia Civil, prevalecerá siempre», afirmó.

«Le debemos agradecer a él»

El emocionado padre del fallecido agradeció a todos la concesión de este reconocimiento, «pero debemos ser los burgaleses y todos los españoles quienes debemos mostrarle respeto y agradecimiento a Carlos por defender nuestra democracia y nuestra libertad», comentó.

Junto a Carlos Saenz de Tejada, el Consistorio entregó ayer también a título póstumo, la distinción honorífica como 'Hijo Adoptivo de Burgos' al profesor y catedrático Alberto C. Ibáñez, el cual recogió su viuda Celia Manuel. «Agradezco mucho este reconocimiento porque a pesar de ser palentino de nacimiento, siempre quiso mucho a Burgos, a su gente y su historia, la cual estudió y transmitió a todos», comentó la viuda.

La Medalla de Oro de la ciudad se entregó en esta ocasión, al centro educativo Jesús María, el cual comenzó su labor educativa en 1933. Colegio femenino en sus inicios y ya con niños desde 1960, poco a poco fue ampliando su labor con la organización de una academia nocturna donde a las clases de cultura general y corte y confección se sumarían después contabilidad, enfermería, o mecanografía entre otras.

La superiora del colegio, María Campillo fue así la encargada de recoger dicho galardón, que no dudó en dedicar a todos los religiosos y seglares con los que han compartido  labor, así como a los padres y madres «que nos confiaron y confían la educación y formación de sus hijos», destacó «y con quienes nos une el deseo de hacer de ellos personas íntegras, cultas y profundamente cristianas», afirmó agradecida.

En representación de la agrupación cultural Gavilla, creada en 1984, Victoria Rodríguez recordó que «es de bien nacidos ser agradecidos», por lo que dio gracias a todos por el reconocimiento de la entidad como Buen Vecino de Burgos, a la vez que pidió dos cosas a los presentes: «Perdón por los errores cometidos, y ayuda para poder seguir luchando por la recuperación de la historia y la cultura de Burgos, como hemos hecho siempre desde la agrupación».

El capítulo final lo protagonizaron los tres Tetines de la ciudad, desde ayer tres miembros más del selecto grupo de Buen Vecino de Burgos, a quienes se reconoció su labor conjunta e individual en pro de la recuperación de la tradición burgalesa junto a los pequeños Danzantes de Burgos.

José María Yudego, hoy responsable de las labores municipales de protocolo, echó la vista atrás para recordar con una sonrisa «nuestra cabezonería que competía con la del entonces alcalde José María Peña en nuestro empeño común para crear en los años  80 la Escuela de Danzantes de Burgos». Tuvo también un recuerdo para su familia, por comprender que su amor por la figura del Tetín le alejaran de ella en fechas señaladas en que esa figura protagonizan los actos oficiales de la ciudad.

Igual recuerdo por exacto motivo tuvo también para su esposa, su compañero y amigo Ángel González a quien mostró su gratitud, «a la vez que siento gran felicidad por haber podido colaborar en el mantenimiento de la cultura burgalesa y gratitud a quienes nos han ayudado».

También José Luis Gutiérrez agradeció su reconocimiento como Buen Vecino, «además de sentirme orgulloso de formar parte de esta ciudad y de esta institución desde tan joven», afirmó emocionado.

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