El Correo de Burgos

INTEGRACIÓN EN BANCA CÍVICA

Banca Cívica impondrá a sus socios rigurosos criterios de convergencia financiera

Burgos

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R. G. U./ Burgos

El de Banca Cívica no es un proyecto defensivo en tiempos de pésima coyuntura económica. Por el contrario, será un desafío a la capacidad de las cajas que finalmente lo integren para ser capaces de ganar dinero en un entorno en el que será más necesario que nunca disponer de capital, pese a los problemas de liquidez del sector, para trabajar con tipos de interés más bajos, con una reducción de la facturación de un tercio y esperando menor beneficio que hasta ahora.

Y todo con un nivel de gastos equivalente al actual después de que las entidades hayan sujetado su despilfarro. Así dibujó el viernes el escenario en que se hará realidad este Sistema Integrado de Protección su principal promotor, el director general de Caja Navarra, Enrique Goñi, durante la presentación de la cuenta de resultados de su entidad.

El proyecto que llevan adelante Caja Navarra y CajaCanarias y que espera a Caja de Burgos sólo es apto para las entidades que se vean con fuerzas para acelerar hacia un nuevo concepto de hacer negocio dentro del arco de las cajas de ahorro llamad o Grupo Banca Cívica que les va a exigir someterse a un férreo compromiso de convergencia en el que unas se vigilarán a las otras para que no decaigan ni la solvencia ni la rentabilidad.

Objetivos leoninos

Los objetivos que se plantea son sumamente ambiciosos y difíciles de cumplir. Goñi puso como ejemplo la solvencia individual que deberán alcanzar y mantener los socios de Banca Cívica en 2013: un 14,2%. Una cifra astronómica si se tiene en cuenta que el mínimo actual que fija el Banco de España es del 8% y que el mejor dato de las cajas que negocian su integración lo tiene precisamente Caja de Burgos con un 9,96%.

Estos criterios de convergencia, como los bautizó Goñi, son tan ambiciosos y estrictos que, de hecho, ninguna de las seis cajas que se han barajado para sumarse a Banca Cívica está cerca de aproximarse a ellos en criterios de solvencia. Y menos aún Caja Ávila y Caja Segovia, las futuras ‘socias’ de Caja de Burgos, cuyos ratios de solvencia (medidos en core capital, variable que mide la relación entre capital y reservas y los activos ponderados por riesgo) son la mitad en el mejor de los casos (Ávila) del 14,2% autoimpuesto por Banca Cívica para sí y para sus socios en el ejercicio de 2013.

En concreto, Caja de Burgos tiene un core de9,26%, frente al 8,82% de Caja Navarra y el 6,62% de Caja Segovia; todas con datos de final de 2009. Ávila y Canarias, tenían en el primer trimestre del año pasado un 7,09% y un 8,19%, respectivamente.

Esos «corredores» de solvencia, liquidez, rentabilidad, morosidad y eficiencia, obligan al Grupo Banca Cívica pero también «se aplican a todas las cajas para que todas compitamos hacia la excelencia».

Aviso a rezagados

Enrique Goñi equipara la integración de las tres cajas con la Unión Europea, una reunión de estados soberanos que buscan lo mejor para sí mismos pero también para el conjunto de Europa en la creencia de que cuanto mejor le vaya al órgano común más se benefician sus miembros y que, además, se dota de mecanismos de control y vigilancia para que todos mantengan los mismos niveles de compromiso y prosperidad.

Por ello, Banca Cívica también contará con sus propios mecanismos de defensa de los niveles de solvencia, principalmente. Así, según explicó Goñi, si el core capital de una de las entidades asociadas se reduce hasta el 11% el resto de cajas la forzarán a presentar un plan financiero para que remonte la situación en un plazo de seis meses. Si su solvencia cae al 9,5% -un punto y medio por encima de los requisitos actuales del Banco de España- se activará la alarma y la caja ‘infractora’ «tendrá que hacer, básicamente, lo que entre todas hayamos acordado», detalló Goñi.

Respecto a la morosidad, menos en el caso de Segovia, el resto de las cajas vinculadas al proyecto se mantienen por debajo del 4%, frente al 5,05% de media en el conjunto de las cajas de ahorro españolas. La idea es que el Grupo Banca Cívica y cada caja individualmente sea capaz de limitar su morosidad a dos terceras partes de la media del sector.

Mutualizar el resultado

En el proyecto de Banca Cívica esta integración se concreta en cuatro niveles, según explicó detalladamente Enrique Goñi en la rueda de prensa celebrada en Pamplona: integración financiera, operativa, de negocio y estratégica.  

eIntegración financiera. El primer escalón, y el más «innovador» de la unificación del negocio de las tres cajas es la integración financiera. Se establece un sistema de participación mutua en los resultados individuales de cada caja proporcional al peso de cada una dentro de Banca Cívica. El sistema de mutualización de resultados establece que cada entidad podrá atribuirse su parte proporcional del resultado del resto pero no inmediatamente sino un 35% el primer año y un 50% el segundo.

Se incluye un ‘sistema de protección mutua de garantía y liquidez’, ya que se trata de un SIP, y un sistema de cash pulling dentro de la tesorería global.

eIntegración operativa. Ya detallada por el presidente de Caja de Burgos, José María Arribas, en versión de Enrique Goñi se trata de mantener «los negocios locales cerca de los clientes locales, pero los que estén aguas arriba, pasarán al Grupo».

eIntegración operativa. Completada la consolidación del negocio, las tres entidades pasarán a ser percibidas por el sector como un mismo grupo financiero con un solo rating que califique las emisiones de deuda y una única cuenta consolidada que supervisará el Banco de España.

eIntegración estratégica. Se trata de la implantación en todos los socios del modelo de Banca Cívica sobre la base de la integración financiera. Todo el grupo hará Banca Cívica y entre todos se buscarán economías de escala -con un mismo sistema informático, por ejemplo- y una mejora de la eficiencia, global e individual, o de liquidez.

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