El Correo de Burgos

Una tradición con mucho gusto

La Sociedad Gastronómica Los Cucos celebró el XXVII Festival de la Matanza

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Burgos

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L. B. / Burgos

«Desde que se creó esto» lleva Félix Lozano afilando el cuchillo por estas fechas para darle al cochino el golpe de gracia. «Bueno, ahora ya no. Ahora sólo le abrimos, no nos dejan matarlo», explica. Lo hacen él y su buen alumno, y probable sustituto si es que alguna vez se cansa, Bernardo Ibeas. Ambos son socios de honor de Los Cucos, la Sociedad Gastronómica que ayer, como cada año desde hace 27, tomó la plaza de La Flora a golpe de sabrosa tradición, es decir, para celebrar la fiesta de la matanza y, de paso, invitar a un pedazo de morcilla, pan, vino o caldo mondongo.

Lozano reconoce que el 'protocolo' ha sufrido muy pocos cambios y recuerda los «improperios» que un sector del público -«serían defensores de los animales, supongo»- le lanzó el primer año que ejecutó al cerdo en plena plaza. «Entonces podíamos matarlo aquí y se preparaba todo un espectáculo, es cierto que impactaba un poco, por los chillidos sobre todo, tenía que ser así, como se hacía en el pueblo toda la vida», comenta.

Ayer, al filo de la una del mediodía, Lozano e Ibeas cumplieron con sus labores. Tras chamuscarlo, abrieron al animal y le sacaron las vísceras para dejarlo postrado al oreo. «Como manda la tradición» y al son del grupo de danzas Mª Ángeles Saiz.

En torno a ellos se arremolinaban centenares de burgaleses deseosos de catar las viandas, aunque no las del cochino protagonista del evento. Él irá a parar a las Hermanitas de los Pobres. Y en este caso también manda la costumbre.

Superado el trance, comenzó el reparto. Presidido, eso sí, por la flamante recién proclamada Reina de la Sociedad Gastronómica Los Cucos, Sara Vélez, refugiada en un paraguas por si arreciaban la lluvia que tímidamente hacía acto de presencia. No fue así, para regocijo del presidente de la agrupación, Félix Barriuso, que dijo haber tenido «mucha suerte» con esta tregua meteorológica.

Barriuso hacía recuento. 120 kilogramos de morcilla, 100 barras de pan y más de 100 botellas de vino. En resumen, «un importante esfuerzo económico que este año, a falta de subvención, hemos tenido que afrontar completo», precisó.

No obstante, el presidente no se plantea abandonar esta tradición, prefiere no pensarlo ya que, junto la fiesta del esquileo -las dos, señas de identidad y «buques insignia» de la agrupación-, está muy arraigada en la capital burgalesa.

Actualmente, la Sociedad Gastronómica Los Cucos cuenta con 75 socios. Tampoco podrían inscribirse muchos más, no cabrían en la sede. «Demanda no nos falta. De momento el relevo generacional está asegurado», señala el presidente.

Y para celebrarlo toca, eso sí, después de recoger los bártulos de La Flora, comida de hermandad. Y es que tras el de los burgaleses, llega su turno.

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