El Correo de Burgos

El Ayuntamiento descarta modificar la distancia mínima entre bares

La normativa municipal es más flexible que la nueva Ley regional de Espectáculos

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Burgos

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N. VILLAMIL / Burgos

 

El Ayuntamiento de Burgos descarta modificar la distancia mínima entre establecimientos hosteleros que contempla la Ordenanza Municipal de Ruidos y Vibraciones porque es más flexible que la que recoge la nueva Ley del Ruido de la Junta de Castilla y León.

La concejal de Licencias, Dolores Calleja, señala que frente a los 15 metros que contempla la normativa municipal, la norma regional impide abrir un bar a menos de 25 metros de distancia de otro. «No vamos a modificar nada, porque lo que no podemos a hacer es ponernos a cerrar bares», advierte. Así, el Consistorio deja la puerta abierta a la apertura de nuevos locales hosteleros cada 15 metros, aunque esta distancia ha de ampliarse en función de las características de la actividad.

La normativa municipa contempla esta distancia mínima para bares, restaurantes, bodegas, cafeterías y bingos que sólo utilicen música ambiental de bajo nivel- 80 decibelios-.

En el caso de salones recreativos, boleras, karaokes, pub y bares especiales o con megafonía, cambian los requisitos. La Ordenanza contempla para estos casos una distancia mínima de 75 metros entre este tipo de actividades; y entre éstas y discotecas y locales con baile, actuaciones y espectáculos.

Además, las discotecas y locales con baile deben guardar una distancia mínima de 300 metros entre sí. En las zonas saturadas de ruido la normativa es más estricta, aunque esto no afectará al proceso de adecuación de las licencias que concedió el Ayuntamiento a los establecimientos allí ubicados a la nueva Ley del Ruido de Castilla y León.

Los hosteleros, conformes

La Federación Provincial de Empresarios de Hostelería no encuentra en principio razones para reclamar al Ayuntamiento una revisión de las distancias mínimas que contempla la normativa municipal. Sin embargo, su presidente, José Luis López, no descarta que surjan problemas «en algunos casos puntuales».

Tampoco el presidente de la Asociación de Bares de Tarde y Noche, José Antonio Izquierdo, encuentra de momento razones para reclamar una revisión de la Ordenanza, aunque sí expresa su malestar por la declaración de Zonas Saturadas de Ruido que el Consistorio realizó en 2004 en algunos puntos de ocio de la ciudad, como las Llanas, las Bernardas y Bernardillas. Las consecuencias más importantes de esta declaración, que se realizó por decreto, son la imposibilidad de conceder más licencias ambientales o de apertura de negocios hosteleros en esas zonas, así como la inadmisión de modificaciones físicas en los locales ya existentes.

Para comprobar qué zonas eran susceptibles de obtener esta calificación, la Unidad de Control de Ruido del Ayuntamiento emitió sendos informes en los que se ponía de manifiesto que estas zonas tenían un nivel de ruido muy por encima del resto de la ciudad. Asimismo encargó a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León un estudio en el municipio de Burgos en el que se incluían unos mapas sonoros. Sin embargo, Izquierdo entiende que el Ayuntamiento debería haber esperado a la elaboración del Mapa del Ruido, aún pendiente de inicio por parte del Gobierno regional.

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