La Facultad de Teología presenta el libro 'La muerte y el morir'

N.E. / Burgos

Teólogos, filósofos, médicos, enfermeros y psiquiatras se han unido para dar forma al libro 'Fichas sobre la muerte y el morir' coordinado  por el vicedecano y profesor de la Facultad de Teología José Luis Cabria. Estos profesionales han aportado su experiencia y sus reflexiones para crear un libro divulgativo y atractivo que pretende romper ese «pacto de silencio» que existe en la sociedad actual con respecto a la muerte.

La Facultad de Teología acogía ayer el acto de presentación de este libro, editado por Monte Carmelo. El director de la obra explicó que este libro pretende que los lectores, al reflexionar sobre la muerte, aprendan a vivir mejor. «Se piensa en la muerte para pensar en la vida, en la urgencia de vivir la vida con intensidad», aseguró Cabria, que añadió que «si sabemos dónde vamos, cual es el final de nuestro camino, podemos aprender a llegar mejor a esa meta, a vivir mejor».

El autor explicaba que a lo largo de los 60 capítulos de este trabajo se habla de la muerte desde distintas perspectivas como la cultural, la histórica y la filosófica y destacaba el esfuerzo realizado por los profesionales para presentar un trabajo divulgativo que sea de interés para los distintos sectores de la población. Cabria indicó que las distintas fichas se pueden leer de forma independiente y, entre ellas, destacó el trabajo del profesor de la Universidad de Deusto Juan Luis de León que ha abordado el tratamiento de la muerte en distintas culturas.

Este libro surgió como consecuencia de un curso de verano que se celebró hace unos años en Burgos que llevaba también por título 'La muerte y el morir'. El vicedecano de la Facultad de Teología recordó que se ha querido poner por escrito las conclusiones de aquel curso que contó con la presencia de Ángel Gabilondo, actual ministro de Educación.

Cabria reflexionó sobre el hecho de que la sociedad vive de espaldas a la muerte. «La muerte nos incomoda, los muertos ya no se velan en las casas sino en los tanatorios, los enfermos terminales reciben atención en centros especializados», señaló el vicedecano que puso como ejemplo que un joven de 18 años puede que no se haya ido nunca a un funeral y, sin embargo, a su edad ha visto miles de muertes en la televisión.