Vecinos y conocidos del matrimonio destacan el carácter «solitario» del marido

Los vecinos del número 1 de la plaza Sierra Nevada pasaron de la incertidumbre a la consternación y la rabia en apenas tres horas; el tiempo que transcurrió desde la llegada de los bomberos a la comunidad hasta el levantamiento de los cadáveres de Fernando y Montserrat hacia las 17,30 horas.

La muerte violenta del matrimonio del 2º A sobrecogió a un vecindario que conocía a la pareja y a sus dos hijos desde hace al menos quince años. «Ella trabajaba en Hipercor. Era muy trabajadora, alegre y activa, pero él era más serio y casi siempre iba solo», comentaba un matrimonio de su mismo bloque. Su versión coincide con la imagen que del marido ofrecían conocidos y hosteleros de la zona.

Cuentan que Fernando D.A. solía alternar en los bares del barrio los días festivos a la hora del vermú, casi siempre sin su mujer. «Él era un hombre bastante correcto y yo solía charlar con él, aunque a ella no la conocí» señalaba el camarero de uno de los establecimientos que hasta hace varios meses solía visitar el ahora fallecido.

Fernando trabajaba en la planta burgalesa de Bridgestone, como su hijo. Varios testigos del fatal hallazgo señalaron que fue el joven quien dio la voz de alarma a los servicios de emergencia cuando llegó a la vivienda, pasadas las 13,00 horas, porque no podía abrir la puerta.

Poco después llegó el camión escala de los bomberos, que tuvieron que acceder al interior del domicilio a través de una ventana. Los sollozos del hijo menor del matrimonio en el rellano confirmaron a los curiosos congregados en torno al trajín de la escalera el fatal desenlace. «No sabíamos cómo ayudar. Les hemos ofrecido nuestra casa y lo que quieran, porque tanto el chaval como su hermana son encantadores», señalaban. Todavía consternados, a media tarde de ayer algunos testigos comentaban lo ocurrido en la plaza a los recién llegados de las ‘vacaciones’ de Semana Santa.

 

 

 

N. V. / Burgos