El Correo de Burgos

INSERCIÓN LABORAL

Fundación Lesmes: Escuela de camareros, soldadores...

La entidad se creó en 1995 y ha ofrecido cursos a más de 3.700 hombres y mujeres. Trabajan con las tres administraciones

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Burgos

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Quince años de vida pueden dar para mucho, como así lo muestran los datos que derivan de la labor del CEFE (Centro de Formación y Empleo) que gestiona Fundación Lesmes desde mediados de los años 90. Si se buscan las cifras, éstas son rápidas y claras: más de 3.700 hombres y mujeres han realizado centenares de cursos centrados en los sectores de la construcción y servicios sobre todo, desde el inicio de  los programas formativos de la entidad en 1996.

«Comenzamos con 4 cursos en colaboración con el Ayuntamiento y de programas europeos, de unas 500 horas de duración, y en la actualidad damos unos 30 anuales de unas 250 horas en colaboración con las tres administraciones», explicaba el presidente de la entidad, Miguel Santos. Sin embargo, una es la asignaturas pendientes que los propios responsables detectan es el bajo porcentaje de mujeres presentes en los cursos.

«Y no es porque no haya oferta, ya que los cursos son 'unisex', sino porque la mentalidad femenina las aleja aún de cursos de fontanería o soldadura, y las acerca a los del sector servicios», añadía. Otra tarea pendiente, ampliar el abanico de formación, ya que a los cursos del sector servicios ya en marcha -hostelería, movilidad del enfermo y cocina entre otros-, se quieren sumar otros más amplios de atención a domicilio.

Entre 40 y 60% de inserción

A pesar de todo y en conjunto, el balance es positivo ya que en la actualidad logran un 40% de inserción de los participantes, que se eleva hasta el 60% en el caso de los cursos del sector servicios, «algo destacable en un momento de crisis y parón general como el actual», destacó Maite Ruiz, coordinadora del centro.

Pero más importante que las cifras es el trato atento y profesional del equipo y sobre todo, ver los resultados prácticos que hoy en día se pueden comprobar in situ: uno puede aprender cosas tan variadas como cocinar exquisitas magdalenas y quesadas tan bien como lo hace Sandro, a soldar con mano firme y sin poros como Javier o a convertir un mantel pistacho en un elemento más de una bonita mesa de restaurante como lo hace Montse. Éstos son tres de los muchos ejemplos de aprendizaje en los que participan este año 250 alumnos de diversas edades, que acuden a los cursos de la Fundación Lesmes en su sede de las viejas escuelas de la barriada Yagüe.

La concejala de Asuntos Sociales, María José Abajo, remarca también la enorme variedad de éstos y su facilidad para complementarse con otras vías formativas como son escuelas taller, talleres de empleo y programas concretos de otras administraciones y entidades. Recuerda que el Consistorio dedica a los programas 320.000 euros anuales.

Sin embargo, destaca también la difícultad que entrañaría ampliarlos, «ya que las instalaciones son las que son y los profesores también», por lo que se ha reducido su duración pero ampliado el número para intentar llegar a más participantes. Asimismo, destacó que el volumen de los mismos ha ayudado a su consolidación y su reconocida calidad en el ámbito empresarial en el que luego se colocan los alumnos.

Este año, con lista de espera

En cuanto a los participantes, Ruiz explica que son un conjunto variado en edad y origen, al ser también diversas las entidades con las que se trabaja. Ruiz explica que la labor formativa de Fundación Lesmes comenzó en 1995 con los colectivos en riesgo de exclusión social de la mano del Ayuntamiento, con los que se continúa en la actualidad y que suponen el grueso formativo del CEFE.

Pero a ellos se suman cursos específicos -como el que acaba de concluir de soldadura financiado por el área de Empleo de la Junta (ECYL) y destinado a inmigrantes-, en los que se atiende a otros perfiles, como jóvenes menores con problemas de absentismo y exclusión, personas en paro e incluso con problemas de drogadicción o de necesidad de integración tras su paso por prisión.

Asimismo, Santos y Ruiz destacan que el CEFE lleva a cabo, además de la treintena de cursos, acciones de OPEA con más de 200 personas ( labores de Orientación Profesional para el Empleo en las que se facilita información detallada para que la búsqueda de trabajo resulte más fácil y efectiva), y programas estatales a través del porcentaje 0,052 del IRPF que deriva de la casilla de 'Otros'.

Incluso, un proyecto experimental con más de 100 personas, en colaboración con el ECYL y financiación europea, en el que se llevan a cabo un montón de acciones concentradas de información y formación de estas personas, «y donde el compromiso es insertar a un 30-35% de ellas».

Personas con 0 ingresos

Sin embargo, Ruiz destaca cómo la crisis ha generado la aparición de listas de espera en algunos de sus cursos, «cuando dos años atrás había cursos que nos era difícil llenar por no haber candidatos», recordó, «De hecho, el pasado año hicimos 800 entrevistas para las 250 plazas existentes este año, algo nada frecuente años atrás», añadió.

Hoy, la realidad es otra y el perfil del participante es, en su mayoría, personas en paro y con ingresos cero. «Buscan por un lado, formarse en otro campo distinto a su profesión porque lo que quieren es trabajar y ganarse la vida, así que no es extraño que se apunten a cualquier curso e incluso que haya varios miembros de una misma familia participando en distintos cursos», comentó Ruiz.

Santos recuerda que la labor del CEFE comenzó en las viejas escuelas de Yagüe al serles concedido el programa europeo Horizon I, tras el cual se formó la Fundación Lesmes y se buscó sede. «El Ayuntamiento llevó a cabo una permuta con el Ministerio de Sanidad, ya que este centro era de su propiedad, y los terrenos pedidos por Sanidad en las traseras del actual hospital General Yagüe, de propiedad municipal», recordó Santos.

La permuta y la continua renovación del convenio permitió a la Fundación Lesmes ir ampliando su oferta formativa, a la vez que sus miembros iban reparando las obsoletas instalaciones recibidas. Pero la recompensa acaba de llegar tras la firma hace apenas un mes de la cesión municipal de dicho edificio a Fundación Lesmes. «Esto significa menos incertidumbre sobre si llegarán o no las partidas para arreglos urgentes, ya que podremos detectarlos y repararlos, sin tener que sufrirlos en demasía», comenta irónico Santos, como una de las grandes ventajas de esta cesión.

Los resultados de esos trabajos son claramente visibles hoy, en que cuentan con cuatro aulas para la formación teórica y cinco grandes talleres en los que se realizan las prácticas de todos ellos. Pero como recuerda Maxi Rodríguez -vicepresidente de la Fundación y socio fundador-, «el edificio lleva toda su vida en obras, todas ellas realizadas por los alumnos».

Transformación continua

El fruto, la conversión de un despacho en baño adaptado o de la vieja lavandería -ya en marcha en Villalonquéjar-, en taller de soldadura, así como la fabricación de originales mesas y sillas para las aulas. La última en la que se encuentran hoy inmersos, la transformación del viejo taller de fontanería y soldadura en el mini restaurante-comedor en el que se realizarán las prácticas de hostelería y las de cocina.

«Con un poco de suerte todo ello estará concluido en verano», explica Maite Ruiz, «pero será el capítulo final de un arduo trabajo», tras la colocación de la calefacción por parte de los alumnos de fontanería, del suelo por parte de los de pladur y alicatado, y de puertas y ventanas por parte de los de carpintería, entre otras tareas, así que ahí les dejamos.

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