El Correo de Burgos

Burgos podría salir de la crisis a final de año pero el despoblamiento coarta la recuperación

Cae la natalidad, la inmigración se detiene, los jóvenes emigran y la actividad económica se resiente

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Burgos

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R. G. U. / Burgos

Buenas y malas noticias a la vez. El Boletín de Coyuntura Económica de Caja Rural y la Universidad de Burgos correspondiente a marzo de 2010 determina que a lo largo del segundo año completo de crisis, las fortalezas de la economía burgalesa siguen intactas al igual que sus potencialidades de las que podría servirse para remontar su crecimiento cuando se produzca el cambio de ciclo. Ese momento llegará probablemente al final de este mismo año con un ligero crecimiento positivo en la actividad económica del 0,5 por ciento.El problema está en que esos puntos fuertes de la economía burgalesa no se han puesto en movimiento antes para que la provincia diera los primeros pasos en la senda de la recuperación.

De hecho, el año 2009 ha ahondado la principal repercusión de la crisis en Burgos: el desempleo en todos los sectores productivos. Y, además, ha devuelto al primer plano uno de los problemas estructurales que más van a condicionar el desarrollo futuro: el riesgo poblacional, que no asomaba desde 1998.

«La población genera economía». Esta afirmación de José María Calzada, uno de los coordinadores universitarios de este estudio en el que han intervenido 17 profesionales de la Universidad resume en cuatro palabras el por qué la economía provincial se encuentra ante unos topes que difícilmente podrá romper y que tienden a empeorar y retroalimentar con ingredientes propios una situación de crisis que se origina fuera de la provincia. Burgos, desde hace décadas, presenta un crecimiento vegetativo negativo con caída de la natalidad al que se suma la inmigración interior, especialmente de jóvenes titulados en busca de empleo, y sólo la incorporación  de la emigración exterior había camuflado el problema.

Despoblamiento

Esta tendencia al despoblamiento se agravará en 2010, año que finalizará con un descenso poblacional del 0,6 por ciento, unas dos mil personas según los cálculos de Calzada. La evolución demográfica negativa tiene efectos económicos a medio y largo plazo porque al disminuir la población también decrecen los servicios, del tipo que sean, que se ofertan, desde el comercio a la sanidad o la educación. Consecuentemente, disminuyen también las oportunidades laborales, los reclamos para atraer a nueva población y las oportunidades para dinamizar la economía.

Los autores del Boletín no ofrecen una receta para mitigar este lastre de la economía burgalesa y regional, que tiene carácter estructural y, por tanto, difícilmente corregible pero sí avisan de las «repercusiones graves» que produce especialmente al agravar los desequilibrios territoriales existentes en una provincia en la que dos terceras partes de sus municipios suman tan sólo el 5 por ciento de la población y sólo los tres principales núcleos de población -Burgos, Miranda y Aranda- tienen verdaderas posibilidades de generar actividad económica.

Pese a su condición de primer motor económico de la provincia la capital burgalesa, con sus 200.000 habitantes de facto, no tiene «tamaño suficiente para genera un aumento de población» ya que no se produce el caldo de cultivo suficiente para que se dispare la actividad económica y para muchas empresas es más fácil instalarse en Madrid donde cuentan con un mercado más amplio que garantice el crecimiento a largo plazo, según explicó Calzada.

Recuperación en 2010

Con todo, Burgos saldrá antes de la crisis que el resto de la Comunidad y que el conjunto del Estado según las estimaciones del equipo de expertos de la Universidad de Burgos. Lo hará con una tasa de crecimiento muy reducida, de apenas el 0,5 por ciento, que ya se apunta con el aumento detectado de la actividad económica y la balanza exterior con un gran dinamismo en el último año en las exportaciones y las importaciones.

La consolidación de este ritmo de recuperación va a estar supeditada a la evolución de tres pilares fundamentales: el sistema financiero, la demanda privada y la tasa de desempleo. El desgaste en estos tres apartados ha sido, en todos los casos y según los datos analizados para este estudio, mejor en el caso de Burgos que en el conjunto de Castilla y León y España debido principalmente a la mayor diversificación de su estructura productiva, la menor dependencia del sector de la construcción y el peso mayor en el conjunto de la economía de las pymes. A ello hay que sumar la oportunidades que ofrece el sector primario aunque en el último año la malas cosechas y la especulación sobre el precio de las materias primas han invalidado en gran parte su contribución al crecimiento económico. De cara al futuro, el aprovechamiento del sector turístico, con el MEH, como primer atractivo puede ayudar a dar los primeros pasos de una recuperación inminente pero siempre frenada y lastrada por el despoblamiento.

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