El Correo de Burgos

CRISIS ECONÓMICA

La actividad en Villalonquéjar y Gamonal cae un 30% y fulmina 7.000 puestos de trabajo

De los 25.000 empleos de los dos principales polos industriales se ha pasado a 18.000. Los ERE, la extinción de contratos y los despidos son las principales causas de la caída

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Burgos

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J. MAIQUES / Burgos

Son el motor de la economía de la ciudad. Sin embargo, la crisis económica lo ha gripado y ya no funciona a pleno rendimiento. El polígono industrial de Villalonquéjar y el de Gamonal-Villayuda, símbolos de la capacidad emprendedora del empresariado burgalés, han sido, sobre todo en los que dependen de la construcción, los que más han notado el garrote de la crisis.  Aunque sus representantes confiesan que empiezan a percibir un «mínimo» síntoma de mejoría, lo cierto es que calculan, desde el inicio de la crisis, una caída de la actividad de entre un 35% y un 40% en el caso de Gamonal y de un 25% en Villalonquéjar. Un descenso que, como es lógico, también ha repercutido en el empleo. En total, se han perdido 7.000 puestos de trabajo y, en concreto, se ha pasado de 25.000 a cerca de 18.000.

El presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono Industrial de Gamonal-Villayuda (Aspigavi), Antonio Castro, explica que de los 12.000 o 14.000 burgaleses que trabajaban en el polígono hace un par de años, «la cifra puede estar ahora entre los 7.000 u 8.000». En cualquier caso, la voz de los emprendedores de esta zona industrial también añade que la merma no se corresponde, ni mucho menos, sólo a despidos. Y es que, la finalización de contratos que no se han renovado y los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) son los culpables de que las cifras hayan caído tanto. «Aunque las pérdidas de empleo hayan sido circunstanciales y luego se recuperen, lo cierto es que son puestos de trabajo perdidos», asegura.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar, Jesús Echevarrieta, cree que el descenso de empleados en este polo industrial podría haber bajado de 12.000 a 10.000 de trabajadores.

A pesar de todo, también hay datos que hablan del pundonor y el coraje de los empresarios burgaleses para sacar sus negocios adelante. Y es que, aunque son muchas las empresas que han sufrido y siguen padeciendo duros reveses, lo cierto es que han sido muy pocas las que han caído. «Haciendo memoria, creo que en Villalonquéjar sólo ha cerrado Coprusa Baños. A diferencia de Gamonal, aquí las empresas son grandes y no han llegado hasta ese punto», apunta Echevarrieta. Por su parte, en Gamonal-Villayuda «han cerrado muy poquitas, en torno a 25. La mayoría pequeñas, con menos de 20 trabajadores», añade Castro.

Otro de los síntomas que refleja de forma visual el parón en la actividad ha sido la disminución del tráfico de vehículos en los polígonos desde que se instalara la crisis. «Mi despacho da a la calle Alcalde Martín Cobos. Un lugar que antes era un ir y venir constante de vehículos, tanto de carga pesada, como de ligeros y turismos. Ahora pasan muy pocos, y el viernes por la tarde ya no se mueve casi nadie», ilustra Castro. En la misma línea se manifiesta Echevarrieta cuando afirma que «al bajar la producción, eso también se ha dejado notar en el tráfico. Se ven menos camiones y hay más fluidez. Habrá caído entre un 20% y un 25%», asegura.

Arrojo de cara al futuro

La situación en el presente y de cara al futuro exige que los empresarios sigan actuando con la valentía. De esa opinión es el presidente de Aspigavi que, consciente de la situación, afirma que «lo único que nos salva es pelear, salir hacia delante con muchas ganas y, aunque no podamos obviar la crisis, olvidarse de llorar y salir adelante como sea», defiende.

Para Castro, las sensaciones son cambiantes y «la mejoría es muy lenta. Cuando das dos pasos hacia delante, te empujan a dar otro paso y medio atrás. Cada semana surge una nueva noticia que nos obliga a retroceder», explica.

Sobre el panorama actual también se pronuncia el presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar y lo hace en el mismo sentido. «La reactivación no es la prevista y las pequeñas empresas son las que más están sufriendo. Es cierto que hay una tendencia al alza, pero «es mínima».

Más dramáticas son las cifras que desde Aspigavi se dan de la facturación. «Desde octubre de 2008 hasta ahora habrá caído entre un 40% y un 50%. Las que dependen de la construcción han sido las más castigadas. Son las que más han bajado», sostiene Castro. Por su parte, Echevarrieta no se aventura a dar unas cifras pero afirma que la situación en Villalonquéjar no ha sido tan negativa y, «para nada» se aproxima a esas cifras.

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