La Fábula recibe el Sol de Guía Repsol y la provincia suma cinco restaurantes

J. MAIQUES / Burgos

La gastronomía burgalesa está de enhorabuena. La Guía Repsol, una de las publicaciones culinarias más prestigiosas de este país, ha decidido que cinco restaurantes de la provincia de Burgos figuren entre los más destacados de todo Castilla y León. Casa Ojeda, El Rincón de la Merced, Landa y Mesón de la Villa (Aranda de Duero) repiten en un reconocimiento al que, en esta edición, se ha sumado el restaurante La Fábula.

Con este reconocimiento, Burgos comparte con Valladolid el privilegio de ser una de las provincias con más restaurantes premiados de la región (sólo las supera Segovia que tiene seis, uno más) y se consolida como un referente gastronómico de la Comunidad donde, en total, se han galardonado a 26 establecimientos.

El Teatro Principal de la capital fue el escenario escogido para acoger a los cocineros distinguidos con los Soles (así se denomina el premio) y reunió, entre otras personalidades, a la consejera de cultura de la Junta de Castilla y León, María José Salgueiro, al alcalde de Burgos, Juan Carlos Aparicio, o al presidente de la Real Academia Española de Gastronomía, Rafael Ansón.

Pero, los que sin duda fueron los verdaderos protagonistas de la gala fueron los propietarios del restaurante La Fábula que, a diferencia del resto de premiados de Burgos, no repetía premio y emergían en la lista de los elegidos como novedad. Un reconocimiento que coincide con el comienzo de una nueva etapa de este joven matrimonio que, en estas fechas, ultima el traslado de su establecimiento a la calle de La Merced (esperan poder abrirlo durante este mismo mes).

Álvaro Rivera, propietarios de La Fábula, se mostró muy feliz durante el día de ayer y destacó que el galardón supone «una palmada en las espalda estupenda por el trabajo, la dedicación, el cariño y la ilusión que hemos puesto siempre en este proyecto». En este sentido, el restaurador reconoció que, «aunque en nuestro trabajo es una esperanza que tienes, tampoco es lo más importante. Lo que queremos es que sean los comensales los que nos den ellos el premio», afirmó con modestia Rivera.

Los críticos, anónimos

Los propietarios quisieron, además, dar valor al hecho de no conocer el momento en que están siento puntuados por los críticos de la Guía Repsol. «Ahí es donde está el valor porque, por ejemplo, pueden venir en los momentos de mayor tensión, fines de semanas, etc. Así, el hecho de ser reconocidos de este modo tiene doble premio. Y es que, si sabes quién es y dónde está sentado... todo es más fácil. Lo bueno es que nunca se sepa», explicó convencido Rivera.