El Correo de Burgos

>CURPILLOS / Cita con los pinchos

Fervor popular a prueba de lluvia

El mal tiempo no pudo con las ganas de fiesta de los burgaleses que, aunque en menor número que otros años, acudieron al Parral. Toldos y paraguas, protagonistas del día

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Burgos

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L. B. / Burgos

«Porque si los burgaleses nos quedáramos en casa por el mal tiempo no saldríamos nunca». «Porque es la mejor fiesta del año». «Porque yendo preparado no hay ningún problema». «Porque si se trata de 'menear el bigote' ahí estamos». «Porque qué más da mojarse un poco. Merece la pena». «Porque la tradición es la tradición y puede más que cualquier chaparrón». Miles de razones, miles de 'excusas', las mismas que burgaleses desafiaron ayer a la lluvia y al mal tiempo y abarrotaron contra todo pronóstico el parque del Parral.

¿Quién dijo miedo? Ni el moderado goteo de media mañana, ni el aguacero del mediodía minaron las ganas de festejar el Curpillos a golpe de pincho. Nadie parecía echar de menos al sol. Aunque su breve aparición a las 14.40 horas -el registro era obligado- motivó una oleada de aplausos y vítores.

Si antaño eran los pollitos de colores y más recientemente artilugios como guitarras y altavoces, ayer los protagonistas absolutos fueron los paraguas y los toldos. Los había de todas las formas, tamaños y calidades. Veraniegos, improvisados o sorprendentemente profesionales. Gracias a ellos los más jóvenes dieron rienda suelta a sus degustaciones etílicas y los peñistas, que miraban al cielo con gesto de súplica a primera hora de la jornada, empapados tras montar sus puestos bajo la intensa lluvia, pudieron 'dar salida' a parte del género y aliviar el varapalo económico que puede suponer una suspensión forzosa del evento.

«Esperábamos menos gente pero aún así, el balance final es más de pérdidas que de ganancias. En general, se habrán cubierto gastos y poco más», aseguraba al término de la jornada, que dadas las circunstancias se adelantó a media tarde, el presidente de la Agrupación de Fajas y Blusas, Felipe Miguel. Vamos, que ni de lejos recaudaron los entre 6.000 y 9.000 euros que suelen para financiar su actividad en las próximas fiestas de San Pedro.

«Lo bueno», reconocía Carlos, de la Peña Colón, «es que aún nos queda Fuentes Blancas», en referencia al Día del Burgalés Ausente. Allí tratarán de agotar lo que no vendieron ayer -que mantendrán hasta entonces guardado en cámaras refrigeradoras- de los 300 kilos de cada producto. A saber, chorizo, morcilla y morro, «más 150 kilos de patatas para las tortillas», detallaba Elena, integrante de la agrupación.

En total, 36 peñas poblaron el Parral. Sólo se registraban dos bajas. El resto ni siquiera se plantearon la posibilidad de no acampar. «Había que intentarlo. De aquí sale el trabajo de todo un año», relataba Julio Hernández, presidente de Aramburu Boscos, formación que «se caracteriza», asegura, «por el elevado número de actividades que organizamos». Indicaba, con todo, que no es el primer año que ocurre algo similar por lo que confían en capear el temporal.

Además del cielo encapotado, otra de las diferencias de la jornada de ayer en contraste con la típica estampa de esta festividad, era el escaso movimiento. La borrasca tuvo la culpa. En lugar de peregrinar de barra en barra, los burgaleses optaron por coger sitio, abarrotar todas por igual -más, las que mejor resguardo ofrecían- y repetir ronda a la espera de que escampase.

Por su parte, y aunque esquivaron las tradicionales insolaciones, los voluntarios de Protección Civil (50 por la mañana y 25 por la tarde) no se libraron -en colaboración con los efectivos de Cruz Roja- de las frecuentes intoxicaciones debidas al excesivo consumo de alcohol alentado, es de suponer, por el ímpetu adolescente de iniciar la cuenta atrás para las fiestas de la ciudad y por la falta de 'alternativas' en las que invertir las largas horas al abrigo de los toldos.

 

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