El Correo de Burgos

Aguirre repasa el vínculo entre Mónaco, la ciencia y los yacimientos españoles

Se cumple un siglo desde que un equipo científico patrocinado por el Príncipe Alberto de Mónaco visitó Cueva Mayor junto a investigadores españoles

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Burgos

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N.E. / Burgos

El profesor Emiliano Aguirre desveló ayer en una conferencia en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana el vínculo que existe entre el Príncipe Alberto I de Mónaco, los yacimientos de Atapuerca y las investigaciones en otras cuevas españolas como las de Altamira.

Son muchos los protagonistas de esta relación, entre ellos los primeros investigadores de cuevas de principios del siglo XX, y como testigos han quedado el Instituto de Paleontología Humana de París y el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

Precisamente, en 2010 se cumple un siglo desde que nació el vínculo y, por este motivo, se ha organizado una exposición en la sede de la Fundación Atapuerca y una conferencia en el salón de actos del CENIEH.

Emiliano Aguirre ha colaborado en los dos eventos ya que trabajó en el Museo de las Ciencias Naturales y conocía  el material documental que guardaban sus archivos sobre el Príncipe de Mónaco y las investigaciones en distintas cuevas del país. La muestra ha rescatado imágenes y trabajos de esos científicos de principios del siglo XX a quienes Aguirre quiso homenajear en su conferencia.

El profesor explicó que el Príncipe Alberto I fue un estudioso de la Biología Marina y además un gran navegante por aguas del Atlántico, Mediterráneo y Cantábrico. Durante sus viajes hizo importantes descubrimientos sobre zoología marina. Aguirre relató que este miembro de la monarquía europea estuvo en repetidas ocasiones en Cantabria donde visitó la Estación de Biología Marítima, que estaba a su vez relacionada con el Museo de las Ciencias Naturales de Madrid.

En 1910, el Príncipe fundó el Instituto de Paleontología Humana en París y en esa primera década del siglo XX se produjo el reconocimiento mundial de las pinturas rupestres de Altamira, que a pesar de haber sido descubiertas en 1880 en un principio no alcanzaron mucha repercusión. El interés de Alberto I por estas cuestiones científicas y su relación con Cantabria contribuyeron a que fuera mecenas de un importante número de investigaciones realizadas tanto por científicos franceses como españoles.

  El profesor Emiliano Aguirre recordó a esos científicos como  el sacerdote francés Enrique Breuil y los españoles Alcalde del Río, Lorenzo Sierra, Jesús Carballo y el padre Saturio. Estos dos últimos investigadores visitaron en el año 1910 Cueva Mayor en la sierra de Atapuerca donde encontraron pinturas rupestres y otros restos prehistóricos. Carballo publicó estos hallazgos en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, recordaba el considerado padre de los yacimientos de Atapuerca, que insistió en que en las siguientes décadas no se prestó mucha atención al descubrimiento de Carballo.

Aguirre señaló que fue en 1910 cuando un grupo de investigadores patrocinados por Alberto I de Mónaco visitó Cueva Mayor. También se cumple un siglo de ese acontecimiento que relaciona por primera vez a la monarquía Europea con los yacimientos de Atapuerca.

El paleontólogo repasó con brillantez este conjunto de acontecimientos. Recordó que después de la presencia de este equipo internacional en Atapuerca hubo que esperar hasta 1976 para que se diera continuidad a este trabajo con el grupo espeleológico y el equipo de investigadores que formó el mismo.

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