El comedor del centro de mayores de carretera Poza lleva cerrado 7 meses

R. TRAVESÍ / Burgos

El café de la mañana, el chato de vino a la hora de vermú, la partida de cartas a media tarde o el menú diario a un precio asequible al bolsillo de un jubilado no entienden de los plazos de la administración pública.Una tramitación que obliga a mantener cerrado el comedor del centro de día de personas mayores Burgos III, situado en la carretera Poza, desde noviembre del año pasado cuando se desprendieron unas bovedillas y unos techos de las instalaciones.

La previsión que maneja la Junta de Castilla y León, propiedataria del centro en el barrio de Gamonal, es que la reapertura se produzca a partir del mes de septiembre; es decir, cerca de un año para arreglar los desperfectos.

La Gerencia Regional de Servicios Sociales, dependiente de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, adjudicó el 30 de abril las obras a una empresa por 72.600 euros, que dispone -según el contrato que se firmó posteriormente- de un plazo de 70 días para la realización de los trabajos.

Pese a que la resolución daba un plazo máximo de quince días para que el adjudicatario presentara el Plan de Seguridad y Salud de la Obra, fuentes de la Delegación Territorial de la Junta aseguran que están pendientes de ese estudio, necesario antes de iniciar los trabajos de reparación, que podrían comenzar en dos semanas.

Otras actividades

En todo este tiempo, el centro ha reducido la actividad habitual puesto que sus usuarios ya no acuden a leer la prensa, a tomarse un café o ir a comer. Pese a ello, se prestan  otros servicios con normalidad que no están afectados por los falsos techos deteriorados como, por ejemplo, la peluquería, el callista o las dependencias donde se reúne el grupo de teatro y el coro, además de las destinadas para otros talleres de manualidades y pintura. También, continúa la trabajadora social. No en vano, hay dos unidades diferenciadas. Por un lado, la de estancias diurnas para las personas que padecen limitaciones en su capacidad funcional y, otra, para los mayores con un buen nivel de autonomía personal.

El salón del centro de día para personas mayores está parcialmente cubierto de redes para evitar más desprendimientos del techo y la barra del bar está tapada con un plástico. Desde el mes de noviembre, no se sirven comidas ni consumiciones en este lugar a los usuarios habituales de este centro -muchos de ellos de la Barriada Inmaculada por su proximidad-, al que acudían tanto jubilados, personas viudas como algún estudiante y trabajador de la zona. Los precios, que marca la Junta de Castilla y León para este tipo de establecimientos, son populares y se ajustan al poder adquisitivo de sus beneficiarios. Así por ejemplo, un café solo cuesta 60 céntimos; el chato de vino cosechero, 35 céntimos; una caña de cerveza, 75 céntimos y un refresco, 0,85 euros. El menú sin bebida está en cinco euros.

Desplazarse a Juan de Padilla

La única solución que se les plantea a estos usuarios es desplazarse al centro de día más cercano, también dependiente de la Junta y que está en la calle Juan de Padilla, que a la vez es el centro base para personas con discapacidad. Y es que tan sólo existen tres instalaciones de estas características -de titularidad de la Comunidad Autónoma- para las personas mayores de la capital. Junto al parcialmente cerrado de la carretera de Poza, está el del polígono residencial de Río Vena y el de la calle del Carmen, en la zona sur de la ciudad. Además, la Gerencia Territorial de Servicios Sociales cuenta con un centro en Aranda de Duero y otro en Miranda de Ebro.

El centro de Gamonal III fue inaugurado en febrero de 1993 por la entonces ministra socialista de Asuntos Sociales, Matilde Fernández y desde ese tiempo ha venido prestando los servicios hasta que en noviembre pasado comenzaron los desprendimientos de las bovedillas y los techos. La presidenta del Consejo de Barrio de Gamonal, Gloria Burgos, tiene conocimiento del cierre de parte de las instalaciones de la carretera Poza y apunta que en el mes de febrero, después de mostrar interés por esta situación, responsables del centro y de la Junta le anunciaron que se iba a arreglar. El colectivo vecinal colabora con el centro de día, sobre todo en la organización de las fiestas de Las Candelas, ya que sus instalaciones han acogido los últimos años campeonatos de cartas o actuaciones del grupo de teatro.