Mero, el rey de las fiestas menudas

L. B. / Burgos

Ignacio y Lucía sonríen. Acaban de pasar la 'caña' al siguiente, satisfechos con la tarea. Han cumplido la primera ilusión de la mañana, y todavía queda mucho por descubrir. Su aventura en el parque de Mero, el jardinero elevado a verdadero rey de las fiestas para los más pequeños, no ha hecho más que comenzar. Sus padres los guían -eso dicen ellos- por las distintas actividades que han transformado un año más, y van siete, el parque del Doctor Vara en un universo mágico. Tras la pesca en la fuente toca el circo, el Circo Magnífico, reza el cartel de la entrada. Lucía e Ignacio están deseosos de conocer todo lo que les depara. No en vano, han recorrido un puñado de kilómetros para ello. Llegan de Bilbao. Allí residen y cada mes de junio se dejan caer por las fiestas de San Pedro. A juzgar por el rostro alegre -el suyo y el de sus padres- debe merecer la pena.

Junto a ellos, decenas de niños de 0 a 12 años 'madrugaron' ayer para estrenar una nueva edición de tan singular espacio. Los había incluso que al filo de las 11.30 horas -momento de la inauguración oficial presidida por el alcalde, Juan Carlos Aparicio- tiraban con fuerza de sus familiares para llegar a tiempo. Era entonces cuando llegaba la hora de decidir a qué actividad se dedicarían primero. No sería fácil, la oferta, además de renovada, es muy extensa. Y vigilada, por cierto, por un nutrido grupo de monitores.

«Este año, además de las actividades que siempre encandilan, van a encontrarse más espacio destinado al circo, y también dedicado a la expresión dramática, relacionado con el teatro, los títeres o los disfraces y el maquillaje», relataba José Luis Manso, director artístico de la propuesta diseñada por la compañía Bambalúa Teatro, al tiempo que aparecían en escena el jardinero Mero, la cigarra Macarra y la abeja Zum Zum, causando sensación.

Entre las novedades destaca un espacio de estreno formado por 25 estructuras construidas con material reciclado que permitirán demostrar la destreza y la coordinación de los valientes que se atrevan. Apenas unos minutos bastaron ayer para que lucieran abarrotadas.

A las actividades habituales se suma una programación diaria de espectáculos teatrales o circenses que incluyen para la ocasión un match de improvisación infantil, en colaboración con La Parrala.

Aunque en la séptima edición del parque sus puertas abrirán un día menos de lo tradicional, siete en lugar de ocho, los promotores confían en alcanzar los 30.000 visitantes de años anteriores. Podría ser, pues aunque los patrocinadores privados sí han recortado su apoyo económico, la ilusión de los niños no entiende de crisis.