La Clínica Reyes Católicos traslada ingresos y operaciones a Recoletas
Cerrará en los próximos meses su área de hospitalización aunque se mantendrá la actividad quirúrgica ambulatoria. Los trabajadores desconocen como los afectará
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L. B. / Burgos
La clínica privada Reyes Católicos cerrará su área de hospitalización en los próximos meses. Así, los ingresos y las intervenciones que hasta ahora asumía se trasladarán al Hospital Recoletas -antiguas dependencias de la Cruz Roja- al formar parte del mismo grupo empresarial.
Con todo, la intención de la gerencia del centro es mantener las consultas y la actividad quirúrgica ambulatoria, tal y como lo ha manifestado a parte de los facultativos que ejercen en las instalaciones. La idea es convertir la clínica en un espacio de atención solamente diurna, según aseguran varias fuentes consultadas por este periódico.
Al parecer, la crisis económica ha propiciado esta decisión, ya que mantener ambas áreas de hospitalización -la de Reyes Católicos y la de Recoletas- supone duplicar recursos para la empresa propietaria de ambos centros. El traslado previsto perseguiría por tanto un ahorro.
La dirección de la clínica local ha mantenido en los últimos días varios encuentros con médicos que atienden en sus dependencias para dar cuenta de la nueva situación. Y continuará en los próximas semanas. Sin embargo, la plantilla no ha recibido aún comunicación formal del cierre ni de las consecuencias que éste puede tener para los trabajadores contratados, es decir, enfermeras, auxiliares, personal de limpieza, cocineros o recepcionistas.
Con todo, alertado por los rumores cada vez más insistentes que circulan por el centro, el comité de empresa solicitaba un encuentro con la gerencia. La reunión fue rechazada en un primer momento pero ante la insistencia de los representantes de los 60 trabajadores que integran la plantilla, la empresa accedía a dialogar y los ha citado en «un par de semanas», según aseguran en el propio centro.
Con todo, la dirección de Recursos Humanos del grupo empresarial, tras reconocer el plan de traslado, aseguraba a los integrantes del comité que tratarán de mantener el mayor número de puestos de trabajo y que negociarán las condiciones de los posibles despidos.
El temor de los profesionales es, no obstante, que éste sea el primer paso para un cierre definitivo propiciado por el mal momento económico y la finalización del contrato de alquiler del espacio ocupado en la avenida Reyes Católicos, cuyo importe, según ha podido saber este periódico, es bastante elevado.