La hostelería alimenta la fiesta ‘tapa a tapa’

N. VILLAMIL / Burgos

Domingo 27 de junio. La ciudad vive su tercera jornada de fiestas patronales y las 48 casetas de la feria de tapas se preparan para abrir al público a las doce del mediodía después de una noche ‘movidita’. El eco de la cabalgata que desfila por la calle Vitoria es el preludio de una lluvia de clientes sedientos que buscan cargar pilas después de más de dos horas bajo el sol. A la plaza de la Libertad empiezan a llegar los primeros al filo de la una de la tarde.

-Polvorilla. El chipirón relleno de morcilla es el rey indiscutible en esta caseta. Es la tapa caliente que somete a concurso este establecimiento y la fría, el mousse de yogur con foie, no se queda atrás. La elección se antoja difícil, porque las propuestas fuera de concurso «también son de lo más apetecible», comentan dos señoras en la barra. «La crisis empezará a partir de la semana que viene», bromea Gabi, el responsable del restaurante. Desde que empezaron las fiestas no ha conseguido acostarse ningún día antes de las tres de la madrugada. La masiva afluencia de público, sobre todo por las noches, mantiene a las siete personas que están atendiendo esta caseta permanentemente ocupadas, «aunque el partido del Mundial del viernes y las tormentas se han notado», apunta este hostelero.

-La Abadía. La brocheta Abadía está ganando la partida en esta caseta. En sólo dos días ha vendido más de 2.000. Pero nadie hace ascos tampoco a la tapa fría del concurso, la alpargata Monje. La responsable de este restaurante, Raquel, coincide en que la crisis se ha esfumado esta semana. El público apenas da un respiro a los seis camareros que atienden tras este mostrador a mediodía y por la noche el ritmo es aún mayor.

-Abadius. En la plaza de España esperan más tentaciones. En esta caseta arrasa el hojaldre con espárragos trigueros. Las dos tapas que somete a concurso, la tosta y ‘Abadius’ están haciendo las delicias de sus clientes y muchos se han consagrado a ellas, al menos hasta el próximo domingo. Según Daniel, una de las seis personas que atienden este mostrador, «este año está viniendo más gente que el anterior».

-Blue Gallery. La gominola de vieira que presenta a concurso este establecimiento es parada obligada en la calle del General Santocildes. La tortilla deconstruida también tiene su público. Aquí nadie pasa de largo. «Ni siquiera durante los fuegos artificiales nos dan un respiro» explica, satisfecho Fernando, un veterano de este local, que fue el ganador de la tapa caliente del concurso de San Lesmes en 2008 y en 2009; y el primer premio de la tapa caliente del concurso de las fiestas de San Pedro de 2008.

-Las Vegas. «A ver si recordáis que las casetas de la feria no son del Ayuntamiento, sino que las compramos los hosteleros», nos pide Pili, la responsable de este establecimiento, que por fiestas sale a la plaza de Santo Domingo. Aquí todas las tapas triunfan por igual, según asegura. «Ese pincho me está mirando», comenta una transeúnte a su acompañante. Se refiere al sugerente cucurucho refrescante de espuma de salmorejo y ensalada de pepinillos, verduritas y salsa de yogur con barquillo bicolor.

Pili no puede ocultar su satisfacción por el resultado, aunque le esté quitando horas de sueño. «No puedo irme a la cama antes de las tres y media de la madrugada y a las diez y media de la mañana vuelvo para atender a los proveedores», cuenta.

-Juarreño. Los postres esperan en la Plaza de España. El purito de chocolate y crema de avellanas es el más solicitado. «Aquí el mayor jaleo se registra cerca de la hora de cierre. Ayer- por el sábado- algunos se quedaron sin tapa porque ya teníamos que cerrar», lamenta Cristina.