El Correo de Burgos

El Ayuntamiento prevé una factura energética similar a la de 2009, de 4,5 millones de euros

El contrato con Iberdrola logra contener el gasto pese al aumento de las instalaciones

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Burgos

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N. VILLAMIL / Burgos

El Ayuntamiento espera pagar prácticamente lo mismo que el año pasado en su factura energética de 2010, con unos 4,5 millones de euros. La adjudicación a Iberdrola del suministro de alta y baja tensión de todas las dependencias municipales para el presente ejercicio está ofreciendo sus frutos.

En los cinco primeros meses del año, el Consistorio burgalés ha pagado 2.175.000 euros en energía. Un importe similar al que había desembolsado en el mismo periodo de 2009, a pesar de los nuevos sectores y la ampliación del polígono industrial de Villalonquéjar, que este año se suman al recibo energético municipal.

En palabras del concejal de Ingeniería Industrial, Eduardo Villanueva, esta contención «es un logro» y lA facilitará el hecho de que el Gobierno haya dado marcha atrás en su intención de subir un 4% la tarifa eléctrica. De momento, afirma el edil, el Ayuntamiento ha alcanzado el objetivo que se fijó a finales de 2009, cuando decidió adjudicar a Iberdrola el suministro energético, dentro de un plan de ahorro municipal que, en términos «relativos» está ofreciendo buen resultado en la factura.

«Si la pregunta es cuánto se ha ahorrado el Ayuntamiento en términos absolutos con la facturación nueva, la respuesta es que nada. Pero hay que tener en cuenta que está gastando lo mismo que el año pasado, aunque ahora hay muchas más instalaciones municipales y tenemos más potencia», explica Villanueva. Según indica, el ahorro que ofreció Iberdrola en su licitación fue de un 15% en baja tensión y del 8% en alta tensión.

Gasto en alumbrado público

Buena parte del gasto energético del Ayuntamiento lo genera el alumbrado público, a pesar de las medidas para de eficiencia energética y reducción del consumo.

El concejal de Servicios, Santiago González, asegura que la factura engorda menos con el uso de un «reloj astronómico» en el sistema que calcula a qué hora sale y se pone el sol, para saber exactamente cuándo debe encenderse y apagarse la luz.

La otra medida a la que ha acudido el Consistorio para reducir el consumo energético es la utilización de lámparas de bajo consumo. «Sólo con el cambio que hemos hecho en los soportales de la Plaza Mayor ahorraremos entre 7.000 y 8.000 euros anuales, aunque dan mucha más luz que las anteriores bombillas», asegura González Braceras. Pero no sólo de alumbrado público se compone la factura energética. Los sistemas de calefacción y refrigeración de las dependencias municipales y colegios públicos también cuentan.

Algunos centros de enseñanza siguen dependiendo del gasóleo para calentar sus instalaciones, aunque en los planes del Ayuntamiento entra la sustitución progresiva de este combustible por el gas natural.

Les siguen superando en consumo los polideportivos y los centros cívicos y, en especial, el de San Agustín. La amplitud de sus instalaciones y la piscina climatizada lo convierten en el más caro en cuanto a consumo energético. «Mantener el agua a una temperatura de 30 grados supone un gasto importante», explica Villanueva.

Son minoría aún los casos de edificios que se climatizan mediante energías alternativas o algún pequeño campo solar, como piscinas o algún colegio pú- blico reciente, aunque el Consistorio seguirá trabajando en su implantación.

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