Con el bulevar han vuelto a fijarse en el barrio, tras décadas de abandono»

Belén Talamillo es la actual presidenta en funciones del Consejo de Barrio de San Pedro y San Felices, desde que fuera escogida para el cargo hace ya cuatro años. Confiesa que a menudo se ve algo desbordada, por lo que no duda en pedir ayuda a sus convecinos. Voz que, por cierto, no siempre es escuchada.

Pregunta.-Vosotros, los responsable vecinales, sóis una especie única ya que además de vivir vuestras propias vidas tenéis que pegaros con vecinos y políticos para mejorar las de los demás. ¿Compensa el esfuerzo?

Respuesta.- Bueno (resopla y se ríe), a veces te dan ganas de mandarlo todo a paseo, pero luego echas un vistazo y ves que aquella mejora pedida, hoy la están disfrutando tus convecinos y decides continuar. Pero confieso que se echa de menos una ayudita.

P.-¿Del vecindario o de los responsables municipales?

R.-De ambos, porque todos piden sin acordarse de que lo que se hace es en bien de todos.

P.-¿Cuántas asociaciones componen actualmente el consejo?

R.-Lo forman el club de fútbol San Felices, el APA del colegio -aunque ésta son más bien colaboradores ya que según el reglamento no podrían ser miembros-, la parroquia, la peña Los Felices y una asociación nueva llamada Valdechoque. Pero entre todos ellos, parece que no hay nadie interesado en tomar el relevo así que aquí sigo, con la ayuda entre otros del secretario, José Fernández, quien también fue años atrás presidente y sabe bien de qué va todo esto. 

P.-Y en cuanto al Ayuntamiento, ¿también se echa de menos más ayuda y atención?

R.-Más aún, apenas hay relación porque nos tienen en cuenta muy poco, ya que deben pensar que los consejos de barrio están sólo para organizar las fiestas y ya está. Primero, porque así se olvidan de nosotros durante el resto del año, y segundo porque nos dejan el trabajo -y sobre todo la responsabilidad-, que supone organizar cualquier acto, por simple que éste sea, a cambio de darnos una mínima subvención.

P.-Sin embargo, hace unos años se creó la figura del concejal delegado de barrio. ¿Qué tal el vuestro?

R.-El nuestro es Javier Lacalle y sí es verdad que hemos mantenido alguna reunión con él. Pero como siempre, después de insistir mucho nosotros, no porque saliera del Consistorio el interesarse de verdad por saber cómo le va a esa parte de la ciudad que no es el centro. Por cierto Javier, hace dos años que nos prometiste pasos de cebra junto a las paradas del autobús, ésas que están colocadas en medio de la calle...

P.-Al menos, en vuestro caso, el bulevar ha servido para que muchos burgaleses supieran que 'hay vida' después de las vías y más allá de la vieja estación del tren...

R.-Pues sí, la verdad, el bulevar ha servido para que algunos ubiquen la zona sur en el mapa, y a las autoridades para redescubrir esa parte de la ciudad que siempre ha estado ahí y que durante décadas ha estado completamente olvidada. Pero bueno, nosotros nos lo volvimos a encontrar todo hecho y decidido. Los pocos que preguntaron lo hicieron como siempre, después. Pero si con todo, se va a lograr mejorar el barrio, bienvenido sea.

P.-Pero si de algo está presumiendo el actual equipo de gobierno municipal es de contar con la participación ciudadana...

R.- Si ellos lo dicen... Un ejemplo claro ha sido la actual redacción del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), donde los que de verdad se han portado muy bien con nosotros han sido los redactores, quienes no dudaron en venir a responder a nuestras dudas en una reunión que organizó el consejo donde sin embargo, lo que sí que echamos en falta fue la presencia de más vecinos.

P.-¿La escasa participación ciudadana sigue siendo entonces, la tónica general en Burgos?

R.-Según charlamos a veces con otros consejos, sí. A todos nos gusta ver mejoras en nuestro barrio pero, cuando hay que pelear un poco por ellas.... Aquí incluso, habrá mucha gente que ni siquiera sabe que existe un consejo de barrio que está ahí para ayudarle o para organizar cosas, que con su ayuda seguramente podrían ser más y mejores, pero... Y eso que no somos tantos, unos 10.000 habitantes, porque a pesar de que construir viviendas ha sido siempre lo primero, no son tantos los nuevos vecinos en el barrio.

P.-Lo de construir viviendas ha sido la prioridad en toda la ciudad, pero al menos aquí, con los años, han llegado nuevas dotaciones.

R.-Pero es que en la zona sur lo tenían muy fácil porque durante décadas no ha habido nada. Sólo había un viejo centro médico y un único colegio como dotaciones, y de eso hace apenas 15 años. Así que era normal que con el tiempo llegara otro colegio, un centro médico nuevo, un cívico o algunos parques, pero aún queda mucho por hacer.

P.-¿Como por ejemplo?

R.-Sobre todo que con el bulevar lleguen arreglos al resto del barrio que verdaderamente logren comunicarlo con el resto de la ciudad, una vez que ha desaparecido el tren que nos ha aislado durante décadas. Y a partir de ahí, insistir en que arreglen el problema del tráfico -que hace de la calle San Pedro y San Felices un horroroso cuello de botella-, y en pedir dotaciones deportivas, que son muy necesarias y urgentes. Igual que espacios para mayores, para lo que les hemos propuesto el viejo Ceas, cuyos locales se sortearon entre un montón de asociaciones y muchas no los usan por no querer hacerse cargo de los gastos o porque les pilla lejos. Ya verías que pronto le dábamos uso nosotros...

P.-Como con El Hangar, donde con apenas un año de vida, ya colaboran con sus responsables para actividades de verano.

R.-Claro, de eso se trata, de dar uso a los medios de que te dejan disponer. Con la gente de El Hangar hubo muy buena comunicación desde el principio, así que cuando les propusimos hacer alguna actividad infantil, ellos completaron la idea con talleres relacionados con la música. El resultado es un programa de talleres para todo el verano. Está claro que se necesita comunicación y ganas.