Zapatero elude explicar los recortes con el pretexto de un viaje privado

J. MAIQUES / Burgos

Justo un día antes de que se cumpliera un mes desde que el ministro de Fomento, José Blanco, anunciara el mayor recorte de infraestructuras en la historia de la provincia de Burgos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegaba a Burgos en una visita privada en la que, si bien sí manifestó sus impresiones sobre el recién inaugurado Museo de la Evolución Humana (MEH), no entendió que tuviera que hacer lo mismo cuando se le preguntó por la cancelación de las obras de la circunvalación, la autovía Burgos-Aguilar, la Nacional I o la autovía del Duero. Zapatero se mostró esquivo ante la pregunta de los medios y se limitó a responder con un huidizo: «estamos a lo que estamos».

El líder del ejecutivo, que fue recibido a las puertas de los Yacimientos de Atapuerca por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, pasados 20 minutos de las once de la mañana, prefirió ignorar el mensaje que, un día antes, había lanzado el secretario regional de su propio partido en la región, Óscar López, en el que dejaba entrever que la A-11 se salvará del recorte de Fomento y que el Partido Popular «se va a llevar un disgusto».

Durante la visita del presidente, de unos cuarenta minutos en los Yacimientos y de algo más de hora y media en el caso del MEH, Zapatero no se separó de Herrera, con el que mantiene un relación cordial, en ningún momento. Una situación que encaja dentro de la lógica pero que choca por el hecho de que ningún representante del PSOE de Burgos se dejará ver, ni primero en Atapuerca, ni más tarde en la capital.

El ejemplo de la relación cercana que existe entre los dos líderes se escenificó en el momento en el que concluyó la visita al MEH. Entonces, Zapatero y Herrera compartieron el mismo vehículo y se trasladaron juntos a comer a un céntrico y prestigioso restaurante de la capital. Una oportunidad que, a buen seguro, aprovechó el presidente de la Junta para pedir explicaciones e intentar rebajar el tijeretazo de Fomento.

Mientras tanto, el PP de Burgos enviaba un duro comunicado en el que calificaba la visita de Zapatero como una «provocación», después del «ataque y ensañamiento con la provincia en las últimas semanas». Es más, los populares añaden a sus críticas el hecho de que la llegada de ZP se haya realizado en «secreto», para «evitar los abucheos y silbidos que, a buen seguro, hubiera tenido si el viaje se hubiera anunciado de forma oficial».