El Correo de Burgos

Experiencias de vértigo en la puerta del aula

La segunda edición de Play en la UBU atrajo a centenares de jóvenes burgaleses. El túnel de viento causó sensación y los campeonatos deportivos y de videojuegos triplicaron los participantes del año pasado

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Burgos

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L. B. / Burgos

Daniel Gabriel está encantado. Seguro que aún le tiemblan las rodillas pero sonríe. A sus trece años acaba de experimentar la sensación de lanzarse en paracaídas. Para ser la primera vez demostró una gran soltura. Estaba decidido a repetir, pero después de darse un paseo en Fórmula 1. Antes había competido en moto de carreras, tras dominar un avión en pleno vuelo. Y todo sin moverse de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Burgos que ayer proponía estas y otras sorprendentes actividades a los jóvenes burgaleses.

Un buen puñado respondieron a la llamada de Play en la UBU, que así se llama esta propuesta. Bastaba echar un vistazo a los pasillos del edificio para comprobar que su segunda edición había logrado el imposible de convertir las aulas en el destino deseado. Eso sí, a golpe de Play Station. Las videoconsolas sirvieron de reclamo para que adolescentes pre-universitarios tomaran las instalaciones. Tanto, que las inscripciones registradas en los distintos juegos triplicaban las del año anterior, con 64 equipos de fútbol virtual y 16 en la versión real.

Pero había más: mesas de ping-pong o simuladores de vuelo y de carreras, aderezados con charlas sobre nutrición, campeonatos deportivos con mentores de prestigio y el exitoso túnel de viento, que entusiasmo a todos los valientes.

A tanto no llegaron, pero casi, las autoridades que a media tarde -la jornada arrancaba a las 15 horas y se prolongó hasta las 20.30 horas- recorrieron las dependencias para conocer de primera mano el desarrollo de la actividad. Un nutrido grupo de representantes de la UBU, con el rector Alfonso Murillo a la cabeza, Caja de Burgos, Ayuntamiento, Diputación y las empresas colaboradoras comprobaron el interés que la cita había suscitado. Algunos incluso se dejaron contagiar y demostraron sus habilidades a lomos de una moto GP. El vicerrector de Planificación Económica, José Luis Peña, incluso se ganó un aplauso.

Mientras todos disfrutaban, más de 60 alumnos de la UBU -y algún scout- compaginaban la diversión con la responsabilidad de supervisar el normal desarrollo de las actividades.

Enfundados en chalecos fluorescentes que no dejaban duda de su misión, los jóvenes explicaban el uso de los juegos, ponían orden si el revuelo superaba los límites permitidos y, de paso, repartían la merienda. «Hacemos un poco de todo», reconocían las alumnas de Educación Primaria Diana Sedano y Sonia Pascual, muy contentas con la experiencia. Ambas coincidían en valorar la iniciativa como «interesante, a la gente le gusta mucho, se divierte sin pasar frío en la calle» y destacaban la 'juventud' de los asistentes. «La mayoría son chavales de instituto», apuntaban y sin saberlo confirmaban que la campaña informativa realizada en los distintos centros educativos -a cuyos alumnos se les regalaba el billete de autobús para viajar a Humanidades- había surtido efecto.

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