El aeropuerto pone a prueba su capacidad de reacción con un nuevo simulacro

M.R. / Burgos

Ninguno de los cerca de 30 participantes en el ejercicio que se realizó ayer en el aeropuerto de Burgos querría verse en una situación así, pero todos estarían también de acuerdo en que es mejor qué hacer y cómo si la emergencia se presenta.

De esta forma, la infraestructura aeroportuaria burgalesa acogió ayer un simulacro de accidente aéreo para poner a prueba y a punto la capacidad de reacción de los equipos internos y externos. El objetivo es «salvar vidas humanas y recuperar la operatividad del aeropuerto», según explicó ayer el director, Ángel Otero.

En el ejercicio se simulaba el accidente de una aeronave Beechcraft 1900 D con diez pasajeros a bordo y dos miembros de la tripulación. Cuando el avión está realizando la maniobra de aproximación a la pista 22 comunica al centro de control que tiene problemas en el tren de aterrizaje, ya que no puede desplegarlo. En el momento de tomar tierra se sale de la pista y como consecuencia sufre graves daños estructurales que provocan el derrame de combustible y se declara un incendio. El resultado de accidente simulado de ayer fue de dos fallecidos, dos heridos graves y ocho leves. Desde el momento en el que la tripulación de la aeronave ha comunicado sus problemas ya se ha activado el plan de emergencias, que contempla una intervención secuenciada y coordinada que se inicia con la participación de los medios internos del aeropuerto como el centro de operaciones, el servicio de salvamento y seguridad. A ellos se sumarán miembros de Protección Civil, Bomberos, Emergencias de Sacyl, Cruz Roja, Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local.

En el simulacro de ayer participaron cerca de 30 personas y es el segundo que se realiza en el aeropuerto desde que se puso en marcha. El primero fue hace dos años. El ejercicio sirve para analizar los tiempos de activación de las actuaciones de los miembros de los equipos internos y externos, así como su capacidad de respuesta. Según informa Aena, todos los aeropuertos de su red cuentan con un plan de emergencias propio, que se elabora con el propósito de reducir las consecuencias que se puedan producir, en caso de accidente aéreo, dentro de la zona de influencia del aeropuerto y en las zonas de sobrevuelo de las aeronaves en sus operaciones de aterrizaje y despegue.