El Correo de Burgos

El 75% de los locales de la estación de tren continúan vacíos desde 2008

Adif confía en que la «consolidación urbanística y los futuros servicios ferroviarios» generen una mayor demanda

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Burgos

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C. VELASCO / Burgos

Una cafetería y un negocio de alquiler de vehículos. Éstos son los dos únicos espacios comerciales que los viajeros pueden encontrar en la estación Rosa de Lima, que comenzó a operar el 12 de diciembre de 2008. A pesar de que en unos meses las instalaciones cumplirán su tercer aniversario, aún no se ha conseguido dar salida a los seis locales comerciales disponibles en la actualidad.

La crisis económica ha hecho mella también en la estación de ferrocarril y el miedo a emprender nuevos negocios ha llegado incluso a estas modernas instalaciones. No obstante, desde Adif confían en que «con la paulatina consolidación urbanística de la zona en la que se ubica la nueva estación -actualmente en expansión- y con la futura llegada de nuevos servicios ferroviarios asociados a la extensión de la red de alta velocidad, se genere un incremento de la demanda por parte de los usuarios y con ello, se cree una mayor oferta comercial».

Cabe recordar que la nueva estación de tren -que nace tras las obras de la variante ferroviaria que consiguió eliminar los pasos a nivel que existían en pleno centro de la ciudad- se encuentra al norte de la capital, en la avenida Príncipes de Asturias, cerca de los barrios de Villímar y G-3; en concreto, a 5 kilómetros del centro. Una distancia suficiente como para que Rosa de Lima se convierta en lugar 'de paso' para los viajeros. Y es que, al contrario de lo que puede ocurrir en otras ciudades como Málaga -donde la estación María Zambrano se encuentra en pleno núcleo urbano y con ello hay un mayor flujo de personas- Rosa de Lima ofrece un aspecto vacío, sin el menor movimiento comercial aparente.

Tal y como subrayan desde Adif, con la llegada de la Línea de Alta Velocidad- prevista para el año 2015- la situación podría variar. Entonces, en poco más de media hora, un ciudadano podrá dejar atrás Valladolid y llegar a la capital burgalesa.

Solo queda esperar, ya que la nueva Línea de Alta Velocidad (LAV) que une Venta de Baños, Burgos y Vitoria con la frontera francesa, está incluida dentro de la red de altas prestaciones del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) del Ministerio de Fomento para el periodo 2005-2020. Solo en el tramo que discurre entre Venta de Baños y la capital- un total de 91,3 kilómetros- la ejecución de las obras supera ya el 30%. De igual modo que pasaron a formar parte de la historia el sonido del tren y los pasos a nivel por el centro de la ciudad, dentro de unos años los viajeros recordarán con una sonrisa que desplazarse hasta la capital vallisoletana obligaba a permanecer en el asiento de cualquier medio de transporte durante al menos una hora.

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