Lacalle abre el curso político con duras críticas al Gobierno sobre la depuradora

J. MAIQUES / Burgos

El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha dejado pasar cuatro meses y si la pasividad continúa durante los siguientes cuatro (hay elecciones generales el 20-N), el resultado puede ser fatídico para el futuro de la depuradora de Burgos. De ahí, que el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, abriera ayer el nuevo curso político con un tono reivindicativo, tildando la postura del Gobierno de «tomadura de pelo» y anunciando dos medidas urgentes para que, de una vez por todas, se proceda a la firma del convenio entre el Ayuntamiento y la sociedad pública Acuanorte.

Así, lo más inmediato, tal y como adelantó este periódico el pasado jueves y señaló ayer el propio alcalde tras su regreso vacacional, será el envío de una carta a la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, en la que le urgirá a que realice los deberes que tiene pendientes desde abril (fecha en la que el Ayuntamiento dejó hechos los suyos) y busque una fecha para dar carpetazo a la firma del convenio. La segunda medida, prosiguió Lacalle, será, «seguramente, pedir una reunión urgente con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD)», Antonio Gato, para que explique este retraso que, a juicio del primer edil, «no tiene ninguna justificación».

Con un hartazgo más que evidente, el regidor de la ciudad recordó que el Ministerio «ya nos dijo en abril que estaba todo culminado y el Ayuntamiento hizo sus deberes. Aprobó todo lo que tenía que aprobar en el Pleno, y desde entonces han pasado ya cuatro o cinco meses», reprochó.

Sin embargo, el alcalde no se quedó ahí, retrocedió aún más en el tiempo y recordó que «esto mismo ya lo dijo la anterior ministra, Cristina Narbona, hace tres veranos. Por parte del Ministerio parece que todo es inmediato pero nada llega», añadió.

Y es precisamente esa suma de promesas incumplidas lo que ha hecho sonar las alarmas en el número uno de la plaza Mayor, y lo que ha terminado por encender el ánimo del alcalde. «Yo creo que empieza a ser preocupante y, si me permiten la expresión de forma suave, empieza a ser una tomadura de pelo con la ciudad lo que está haciendo el Ministerio de Medio Ambiente», denunció con dureza.

La gran razón que explica las urgencias que se exigen ahora desde el Ayuntamiento se encuentra, fundamentalmente, en la proximidad de las elecciones generales. Y es que, si la firma del convenio para la ampliación de la depuradora no se produce antes de la cita con las urnas, la demora para el inicio de las obras se retrasará hasta fechas que ahora mismo son imposibles de predecir.

Llegado a este punto, el alcalde defendió que «cree que ya ha pasado un tiempo prudencial» y justificó su enfado en que la ampliación de la depuradora es, según señaló, es «algo realmente urgente para la ciudad». En este sentido, apuntó que la firma del convenio, además, no supondrá el punto final ya que aún quedará pendiente la redacción del proyecto y la ejecución de las obras. De ahí, que dar ese paso sea tan urgente como esencial y, de ahí también, que Lacalle anunciara que «no vamos a estar quietos de ninguna forma», en alusión a que no dejarán de ser reivindicativos con el Gobierno.

Por su parte, desde Acuanorte, tal y como ya público este periódico, sostienen la versión de que parece que aún está pendiente que la Dirección General Patrimonio del Estado (Ministerio de Economía y Hacienda) devuelva el convenio con el visto bueno. En cualquier caso, también añaden, de forma oficiosa, que este mes de septiembre podría haber novedades sobre el futuro de la depuradora y que se sacará a licitación antes de que finalice el año.

El proyecto de ampliación de la depuradora de Villalonquéjar tiene un presupuesto de alrededor de 55 millones de euros, de los que Aguas de Burgos pagará el 30%.El contenido de las cartasLa carta que enviará el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, este jueves a la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, para pedirle que desatasque el futuro de la depuradora no es el primer intercambio postal que se produce entre el Ayuntamiento de Burgos y el Ministerio durante los últimos meses.

Así, con Juan Carlos Aparicio aún como regidor de la ciudad, éste ya le hizo llegar una misiva a la ex alcaldesa de Córdoba, con la que guarda una relación estrecha, para agilizar el proceso de la depuradora (la firmó el 3 de mayo). Sin embargo, no parece que la ministra le hiciera demasiado caso porque su respuesta se hizo esperar y, además de no llegar al Ayuntamiento hasta el 6 de julio, tampoco ofrecía explicaciones convincentes.

Aguilar venía a decir en su escrito que la firma del convenio era inminente y que sólo se estaba pendiente de la modificación número cinco del convenio de ejecución directa, el que concreta los nuevos porcentajes que aportará cada administración (30% por parte del Ayuntamiento y 70% por cuenta del Ministerio de Medio Ambiente). Una circunstancia que, por otra parte, ya quedó cerrado meses antes al optar Burgos por pedir un crédito y, de este modo, controlar la gestión de la infraestructura cuando concluya su ampliación.

Así las cosas, y tras recibir en el Ayuntamiento una respuesta que no aportaba nada que no se supiera ya, el alcalde dejó lista a finales de julio la carta que enviará el próximo 1 de noviembre (no la quiso mandar en agosto por el temor de que, al ser un mes en el que la actividad política desciende drásticamente, quedara en el olvido).

En cualquier caso, la intención del Ayuntamiento en las dos misivas, lejos de ser informado por los detalles que la propia Sociedad Municipal Aguas de Burgos ya conoce, siempre ha sido la de solicitar que esa modificación  del convenio de ejecución se realice «a la mayor brevedad posible» ya que, de este modo, se podría proceder, casi de inmediato, a la firma del convenio y el Ayuntamiento podría terminar de cerrar el crédito que ya tiene comprometido con distintas entidades financieras.