Lacalle busca el apoyo vecinal para el Plan Director de Gamonal

J. MAIQUES / Burgos

Gamonal es diferente. Eso es lo que se desprende del hecho de que el Ayuntamiento de Burgos, por primera vez en la historia, recurra a la fórmula de 'Contrato de Proyectos' (de la Ley de Contratos del Sector Público) para afrontar la actuación más ambiciosa y de más envergadura que se ha realizado en esta zona de la ciudad durante las últimas décadas. Se busca el consenso vecinal pero también, aunque no se confiese abiertamente, se quiere evitar la posibilidad de revivir una polémica como la surgida con el fallido aparcamiento subterráneo de Eladio Perlado en 2005.

El portavoz del equipo de Gobierno, Ángel Ibáñez, anunció ayer que el Plan Director de Gamonal y Capiscol no lo elegirá el Ayuntamiento por sí solo, sino que también participarán en la decisión los consejos de barrio de Gamonal, Capiscol y el G-9, la Asociación de Comerciantes Zona G, el Colegio de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos y el Colegio de Arquitectos de Burgos.

Cada uno de estos seis colectivos contará con una representación en un jurado en el que el Ayuntamiento, por su parte, colocará a otras seis personas (cuatro técnicos, el vicealcalde y el alcalde de Burgos). Y aunque todavía no está cerrado el documento en el que se explique cómo será su funcionamiento, la lógica indica que sea el alcalde el que disponga de ese voto de calidad en caso de empate.

En cualquier caso, en el Ayuntamiento no quieren pensar en esa posibilidad ya que si se ha optado por este modelo para el Plan Director es, precisamente, porque existe una vocación clara de alcanzar el consenso. Dicho en palabras de Ibáñez, la intención de fondo es «realizar un análisis conjunto para que, fruto de ese debate, se elija la mejor solución para la calidad de vida de los burgaleses afincados en este populoso barrio de Gamonal y Capiscol».

En este sentido, el también concejal del área de Fomento quiso poner de relieve lo novedoso de la iniciativa y dejar claro que lo que se va a hacer «no es un concurso de ideas». De hecho, el pliego, que se aprobará a lo largo de los próximos días, tendrá unas singularidades que no son muy comunes en los concursos públicos.

Lo que sí ha trascendido de ese pliego, dirigido a empresas o a Uniones Temporales de Empresas (UTE), son los cuatro pilares básicos sobre los que se apoyará el jurado para tomar una decisión.

El primero de los puntos a evaluar será la «funcionalidad que mejor resuelva los distintos modos de transporte dentro del barrio». Es aquí donde el abanico de posibilidades permitirá que algunos proyectos incluyan un carril de uso exclusivo para el transporte público, otro para bicicletas, crear una mediana...

En segundo lugar, «la calidad estética y su integración con la trama urbana existente en el barrio» será otro de los principios en los que se basará el jurado para tomar su decisión. En este sentido, y en lo que concierne a la calle Vitoria, el vicealcalde señaló que, al contrario de lo que se anunció inicialmente, el tramo renovado se reducirá al espacio comprendido entre la avenida de la Constitución Española y Esteban Sáez de Alvarado. De este modo,  en un principio, se pospone actuar en la zona comprendida entre la plaza del Rey y la avenida de la Constitución.

El tercer elemento clave estudiará «que las construcciones sean de calidad suficiente, sin entrar en presupuestos o proyectos desproporcionados». Dicho de otra forma, que no se incluya, por ejemplo, un tranvía que multiplique hasta la enésima el coste de las obras.

Y por último, aunque no por ello menos importante, «que incluya un exhaustivo análisis de todo el viario con el fin de aumentar el número de plazas de aparcamiento en superficie». Y que lo haga, «sin perjudicar la movilidad en la zona». Para ello, se puede jugar con «redefinir los carriles de circulación, con los sentidos del tráfico, la disposición de las plazas...».

Si se cumplen los plazos previstos inicialmente, las obras comenzarán en 2013 y se podrían prolongar durante unos quince meses.