El Correo de Burgos

MIGUEL ÁNGEL ORTIZ DE VALDIVIELSO Gerente del Complejo Asistencial de Burgos

«En el nuevo hospital podremos reducir las 'peonadas' y evitar un gasto importante»

Burgalés de nacimiento y ejercicio, llega desde Palencia dispuesto a «impulsar el trabajo en equipo». Está deseando 'cerrar' el Yagüe y estrenar complejo, todo un «reto profesional» para el que, según la Consejería de Sanidad, él es el candidato ideal

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Burgos

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L. B. / Burgos

Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso regresa a su tierra en un momento «clave». Este ginecólogo -labor que desempeño durante años en el centro que ahora dirige- y gestor vocacional asistirá al nacimiento más esperado en la ciudad, el del nuevo hospital. La gestación se ha prolongado más de lo previsto inicialmente pero, ahora sí que sí, el parto está a punto. No le temblará el pulso a la hora de dar las 'palmaditas' que hagan falta a la nueva criatura para que, cuanto antes, respire a pleno pulmón. Así lo asegura, con firmeza. Y eso que solo hace un mes que colocó esa planta que siempre preside su lugar de trabajo en el que, hasta principios del mes de agosto, era el despacho de Tomás Tenza. Allí, junto a su planta y decenas de cajas repletas de documentos que aún no le ha dado tiempo a desembalar, prepara reuniones, despacha llamadas, recibe visitas y responde a entrevistas.

Pregunta.- Cuando le proponen tomar las riendas del Yagüe, ¿en ningún momento se le pasa la palabra 'marrón' por la cabeza?

Respuesta.- Absolutamente no. En ningún momento.

P.- ¿Cómo acogió la invitación?

R.- Con prudencia y sentido de la responsabilidad, y como una gran oportunidad laboral. Llevo catorce años dirigiendo hospitales y hacerlo con el de Burgos es una posibilidad que, he de reconocer, había contemplado. Mi experiencia en otros lugares ha sido positiva y la aventura que inicio es un reto profesional. He de agradecer además que la Consejería de Sanidad confíe en mí para dirigir este proceso de cambio, de cierre del viejo Yagüe que ya no da más de sí y de inicio del trabajo y la organización del nuevo hospital, un centro de máximo nivel. Además todo irá bien porque, si a buenos profesionales les brindas buenas instalaciones y una tecnología de vanguardia, como debe ser, los resultados serán espectaculares y así lo deben notar todos los burgaleses en los próximos meses.

P.- ¿Qué cualidades como gestor han pesado para que el consejero de Sanidad le presentara como el candidato idóneo para dirigir este gran salto?

R.- No lo sé. Imagino que me avala la trayectoria, el compromiso y la coherencia. He trabajado hasta ahora en entornos donde hemos intentado crear climas amables y favorables de trabajo, que faciliten la labor profesional. Si algo me parece positivo es que haya una comunicación fluida con los mandos intermedios, con los jefes y con los profesionales de todos los servicios. La información debe moverse y todos debemos saber nuestras responsabilidades, obligaciones y competencias. Los buenos resultados de esa forma de trabajar en los hospitales donde he estado anteriormente pueden haber influido.

P.- Un mes escaso después de su aterrizaje en el Yagüe, ¿qué diagnóstico realiza del centro? ¿Es urgente el trasplante al nuevo hospital?

R.- Indudablemente. Las instalaciones son enormemente precarias,  lo puede ver cualquier paciente. Y eso que en los últimos años se han hecho fuertes inversiones para mejorar y adaptar zonas del hospital para que pudieran funcionar de forma normal. Pero aún así falta de todo: quirófanos, áreas de consulta, camas... Los espacios son pequeños y con una densidad enorme de aparatos y de personal. Desde luego no son las mejores condiciones, ni para los pacientes, ni para los profesionales. Todo eso mejorará sustancialmente con el traslado al nuevo hospital. Poco a poco nos iremos adaptando a las novedades y lograremos comodidad y fluidez para trabajar como todos queremos hacerlo, a gusto. No hay que olvidar que el trabajo del profesional sanitario es de por sí complejo porque trata con personas y con su salud, lo que obliga a tener un fuerte compromiso.

P.- Apuesta por el trabajo en equipo, ¿detecta un déficit en este sentido en el ámbito sanitario?

R.- Lo que quiere un profesional, en definitiva, es trabajar en equipo. Comunicarse con sus compañeros, con otros servicios, que su trabajo esté perfectamente integrado en el funcionamiento del centro. ¿Cómo va a ser fácil eso con la estructura que tenemos ahora, con varios espacios dispersados por toda la ciudad y otros como el Yagüe en condiciones precarias? Algunos ni siquiera caben por lo que no pueden tener un plan de trabajo adecuado. Eso ya debe formar parte del pasado. Por eso urge el traslado y trataremos de acortar los plazos en la medida de las posibilidades, teniendo la garantía y la seguridad de que el nuevo hospital va a cumplir con las expectativas y con la apuesta tan firme de la Junta de Castilla y León con Burgos para tener el mejor hospital.

P.- Apuesta por acortar los plazos en el traslado. Sin embargo, tanto su predecesor como el anterior consejero de Sanidad abogaban por la pausa. ¿Por qué este cambio de enfoque?

R.- Es cierto que no hay que precipitar las cosas, hay que ser muy prudentes y debemos acceder al nuevo hospital cuando esté todo perfectamente disponible. Eso está claro como también está clara la necesidad imperiosa de unas instalaciones a la altura de las necesidad. De ahí el empeño por acortar los plazos al máximo.

P.- Recuérdenos el calendario.

R.- En diciembre dispondremos ya de las instalaciones tras la entrega de la concesionaria. Ya entonces, de forma razonable, podríamos trasladar alguna zona administrativa, será cuando lleguen los primeros trabajadores. Aprovecharemos diciembre y enero para realizar adaptaciones funcionales que son necesarias y que han solicitado con muy buen criterio los profesionales responsables de las distintas áreas tras revisar las instalaciones. Serán obras menores y algunas afectarán a un par de quirófanos. Entre febrero y marzo podríamos iniciar el resto de traslado para finalizarlo y funcionar con normalidad a principios de primavera. Siempre y cuando se cumplan los plazos previstos, que así será, y el 1 de diciembre dispongamos del hospital para comenzar a planificar las adaptaciones citadas.

P.- ¿Se modificará el plan de traslado previsto?

R.- Efectivamente existe un plan de traslado pues se pensó que en abril podría iniciarse esa fase. Ahora lo estamos revisando para agilizarlo todo lo que podamos. Y es que hay que pensar que las condiciones que nos depara el nuevo hospital son infinitamente mejores.

P.- Para que nos entendamos. ¿Cuándo entrará el primer paciente en el nuevo hospital?

R.- Los primeros pacientes que verán el nuevo hospital serán aquellos que ahora acuden al Hospital Militar a consultas de Alergología, Endocrinología o Psiquiatría Infanto-Juvenil, por ejemplo. Esto podría ocurrir en febrero, a falta de cerrar el cronograma. En las próximas semanas de hecho podremos afinar aún más las fechas. En esa línea, los ingresos podrían comenzar a hacerse en el nuevo centro en el mes de marzo.

P.- ¿Será entonces cuando el Yagüe cierre sus puertas?

R.- Este es un tema clave. Tenemos que pensar muy bien como cerramos y como desmontamos el Yagüe. Hay que dejarlo vacío. En el momento que traslademos toda la actividad, en primavera, quizá haya que mantenerlo por si surge algún desajuste y necesitamos espacio de apoyo. Una vez que no quede ninguna actividad en él, iniciaremos un plan de desmontaje de las actuales dependencias. Ese plan nos obligará a poner todo el equipamiento y el mobiliario a disposición del sistema para su aprovechamiento en otros centros sanitarios del Sistema Regional de Salud. Lo que no tenga ese fin podrá destinarse a organizaciones de carácter social que trabajan por mejorar la atención sanitaria de otros países. De hecho algunas agrupaciones han manifestado su interés.

P.- ¿Algún ejemplo de las modificaciones que serán necesarias en un primer momento?

P.- Vamos a ver, por ejemplo, en el área de Neurología habrá que adaptar el espacio destinado a la Unidad de Ictus para que cuente con una distribución que les permita trabajar en las mejores condiciones. Ahora está tabicado y debemos instalar las cristaleras que posibiliten tener controlado al paciente. Otro ejemplo es la inclusión de una Unidad de Transfusión en la zona de Hematología que inexplicablemente no se completó en el plan funcional inicial. También el servicio de Digestivo requerirá un cambio de planteamiento. La atención ha cambiado en los últimos años y el diseño se ha hecho con planes de 2004, no lo olvidemos. Finalmente habrá que adaptar algún quirófano al equipamiento adquirido, lo que supondrá ampliar. Sin embargo, al tratarse de quirófanos modulares la operación será más sencilla. Luego hay obras menores que facilitarán la operatividad, cambios de tabiques o de puertas de acceso, por citar algunas.

P.- Sobre el Divino Valles sabemos que quedará como espacio complementario del nuevo centro pero, en concreto, ¿quién va a tener que acudir allí para recibir atención?

R.- Efectivamente hay que pensar en el Divino Valles como una planta más, para entendernos, del nuevo hospital, al que estará unido por una vía de comunicación que realizará la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Fomento. Estará plenamente integrado en la vida del complejo principal. Tendrá una zona de consultas comodín que servirá para expandir áreas del nuevo hospital. Eso ocurrirá por ejemplo desde un principio con Oftalmología. También estará en el Divino Valles una parte de Psiquiatría. Además habrá varias plantas de hospitalización dedicadas a atención geriátrica y cuidados paliativos, enfocadas estas a estancias más prolongadas.

P.- Así, en el nuevo hospital se podrá rebajar el actual tiempo medio de estancia.

R.- Eso es. Hay que recuperar el concepto de hospital de agudos y para ello generar prácticas que permitan evitar hospitalizar a los pacientes, tales como la atención ambulatoria, la cirugía sin ingreso o las áreas hospitalarias de día. El reto es reducir la media actual de entre 7 y 8 días a menos de 6 días. Esto implica un esfuerzo de coordinación y agilización que requiere un planteamiento muy integral.

P.- Ya se sabe que el traslado al nuevo hospital no va a suponer, de momento, un aumento del número de servicios. No obstante, ¿habrá posibilidad de responder a reivindicaciones específicas como la piscina para dilatar en el agua en los paritorios o la recuperación de una unidad de dolor?

R.- Tenemos que pulsar el criterio de los profesionales, invitarles a que generen ideas y buscar los medios para plasmarlas. Podemos, además, aprovechar modelos que están muy consolidados en otras zonas. Desde luego debemos estar en la vanguardia no solo en la actividad, también en la calidad y los ciudadanos deben percibirlos. Hay que pensar que cuando las cosas están aceptablemente bien siempre hay margen de mejora. En estas instalaciones el margen es amplio y en las nuevas habrá que seguir trabajando.

P.- ¿Cuál fue su primera impresión tras conocer las instalaciones?

R.- Quedé impactado. La luz, la amplitud, la organización... incluso estando vacío estás cómodo así que cuando cobre vida será una instalación de primera.

P.- Tampoco está claro si la plantilla va a aumentar. ¿Sería sostenible la actividad en el nuevo hospital con la actual?

R.- Este tema está encima de la mesa y lo tenemos que estudiar siendo conscientes del momento en el que vivimos. Debemos primero ajustar nuestros planes de trabajo a las nuevas dependencias. Se necesitará más personal, seguramente, pero sobre todo en el área de Enfermería, en el ámbito de los cuidados. Con todo, tendremos que analizar la situación y la realidad de cada servicio.

P.- ¿Este salto en tiempos de crisis es una operación de riesgo?

R.- Tenemos que pensar que si hay margen para mejorar la eficiencia y optimizar los recursos actuales, ese debe ser el primer paso. Todo lo demás habrá que justificarlo en función de las necesidades.

P.- ¿Ya ha mantenido contacto con la empresa concesionaria? ¿Cómo será su relación una vez que el nuevo hospital comience a funcionar?

R.- La empresa concesionaria se ha encargado de la construcción y una vez que dispongamos del hospital se encargará de gestionar varios servicios como lo hacen otras empresas en otros hospitales de España. Se trata de servicios de apoyo a la asistencia que prestará este hospital público. Las relaciones son fluidas y cómodas. Cada uno entendemos perfectamente nuestro papel y nos coordinaremos. Ellos nos deberán comunicar cuál es su plan de trabajo y de gestión para prestar ese apoyo. Espero que no se produzcan distorsiones importantes puesto que la externalización de determinados servicios es de hecho una práctica ya habitual.

P.- Se va a imponer la historia clínica informatizada. ¿Es segura?

R.- Es de hecho lo más seguro habida cuenta que los sistemas están suficientemente preparados para garantizarlo. Tenemos que caminar a un hospital sin papeles, sin archivos que pueden extraviarse, por ejemplo, eso sí que es inseguro. Además las plataformas informatizadas existentes permiten acceder a la información más completa de manera rápida. En consultas habrá suficientes ordenadores para trabajar en ese sentido y en hospitalización se está pensando en utilizar 'tabletas' o dispositivos similares que permitan manejar los datos necesarios en cada momento.

P.- ¿Cuánto tiempo de vida les queda a las 'peonadas', es decir, a las horas extra que cobran los sanitarios por operar fuera de su jornada ordinaria?

R.- Los programas de autoconcertación se instauraron para paliar problemas de exceso de demanda o de falta de profesionales o de espacio. Este problema existe en el viejo Yagüe y la activación del plan era necesaria. En el hospital nuevo tenemos que conseguir optimizar nuestra actividad, lo que significa que esta esté perfectamente organizada y programada en régimen normal de trabajo, esto es, dentro de la jornada ordinaria. Por lo tanto las peonadas se irán reduciendo poco a poco porque vamos a disponer de más quirófanos para ello.

P.- ¿Cuánto puede costar esta práctica actualmente?

R.- La verdad, la cantidad destinada es importante. Y a ella se suma la concertación de procedimientos en otros centros. Ahora, en el final de la vida de este hospital hay que mantener la respuesta pero en el nuevo hospital tendremos que pensar cómo dar una solución a esta situación.

P.- ¿Es partidario de concertar procedimientos con centros privados?

R.- Es perfectamente compatible y no hay que confundirlo con la autoconcertación. Tenemos que contar, por ejemplo, con el servicio que nos presta San Juan de Dios y también otros centros para realizar determinadas pruebas. Sin embargo, lo que más me preocupa ahora es poner a pleno rendimiento el nuevo hospital. Después habrá que estudiar otros asuntos.

P.- ¿Es partidario del tan traído y llevado copago sanitario?

R.- Creo que podemos aprovechar mejor los recursos y los profesionales y podemos defender el sistema actual con responsabilidad. Así puede ser perfectamente sostenible y viable sin que ahora mismo sea necesario entrar en copago, ni en consultas, ni en hospitalización.

P.- Listas de espera, falta de especialistas, exceso de demanda de la atención urgente... ¿Existe solución a alguno de los eternos problemas sanitarios?

R.- El primero de ellos es un mal endémico y para hacer frente a la espera, que por cierto se ha reducido notablemente en los últimos años, se requiere coordinación con Primaria y aprovechamiento de los recursos. En nuestra mesa de trabajo está la tarea de plantear medidas concretas. Ese es el reto que compartimos todos. Además hay que ser conscientes que al hospital debe llegar lo que debe llegar, la capacidad de resolución de Primaria es alta y su papel es decisivo para obtener resultados.

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