La familia define al acusado como violento y envidioso de su hermano

M. R. / Burgos

La familia del hermano atropellado mortalmente por Marcelino R.S. en La Parte de Bureba describió al acusado como un hombre violento que tenía envidia y manía a la víctima y que había protagonizado situaciones violentas con miembros de la familia. La acusación solicita una pena de 20 años de prisión por un supuesto delito de asesinato y una indemnización de 300.000 euros para la esposa y los hijos de la víctima. La Fiscalía pide una pena de 15 años de cárcel y que indemnice con 140.000 euros a la viuda y con 14.000 a cada hijo. Durante la segunda jornada del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial contra Marcelino R.S. prestaron declaración la viuda, los tres hijos y un hermano de la víctima, César R.S., entre otros testigos. La viuda señaló que el acusado y la víctima «alguna vez discutían» y que al acusado siempre «le hemos beneficiado». Sobre el día de los hechos, la mujer narró que vio al acusado tirando colchones por una ventana mientras gritaba «retirar los troncos que os voy a matar». Dijo que se asustó y fue a buscar a su marido al pabellón para contarle lo que pasó, pero no lo encontró y volvió a casa. Poco después, su primo le llama y le dice que ha encontrado a César tirado en el suelo. Ella fue allí y comprobó que estaba muerto. La viuda indicó que Marcelino ya les había amenazado antes. «Hace muchos años me llamaba puta por teléfono una noche entera». Respecto a los troncos frente a la cochera del acusado, la mujer afirmó que no impedían la entrada y añadió que la instalación estaba a nombre de su marido.

La hija de la víctima describió el temor que el acusado generaba entre la familia y cómo «mi padre le imponía respeto y le marcaba los límites». Sobre la afirmación del acusado de que la víctima le hacía la vida imposible, esta testigo aseguró que eso «puede ser no darle lo que él quiere», ya que el acusado, añadió, «es capaz de querer todo aunque no sea suyo. Para él eso es hacerle la vida imposible». Pero su padre, que era el mayor, «le decía que no». La hija señaló que los hermanos de Marcelino «le intentaban ayudar y él lo pagaba pegando, insultando». Según su opinión, la causa de esta actitud es «la envidia, ganaba suficiente para tener de todo».

Otro hijo de la víctima también habló de la manía y la envidia que le tenía el acusado. Aquel día había estado con su padre una hora antes del atropello mortal arreglando una rueda y comentaron la discusión previa con el acusado. Afirmó que tras ver las rodadas del todoterreno tuvo claro que «le estaba esperando porque al pabellón no se va campo a través».

El tercer hijo de César recordaba que Marcelino «siempre fue agresivo», que «intentaba imponerse por la fuerza» y temía sobre todo por «lo que pudiera hacer a mi padre y a mi madre». Este testigo narró que su padre siempre supo mantener a raya al acusado, pero que a raíz de sufrir un infarto estaba más débil y «pudo aprovecharlo y le amenazaba más». También habló de la posible envidia del acusado a su padre porque «mi padre tenía relaciones sociales amplias, hijos, esposa». En la jornada de ayer también declaró un hermano de la víctima y del acusado, de quien dijo que «siempre ha sido un poco atravesado». Recordó el enfrentamiento que tuvo con Marcelino el mismo día del atropello, cuando le amenazó con un tronco y él cogió un destornillador. Antes les había amenazado a él y César cuando estaban con otros dos vecinos. Desde el coche, dijo este testigo, gritó «hijos de puta, hijos de puta, os voy a matar». Una prima relató que el acusado le había dicho respecto a César que «le voy a matar con el Patrol». 

El juicio termina hoy con las declaraciones de peritos periciales y con los informes y conclusiones de las partes. A continuación, el jurado recibirá el objeto del veredicto, una lista de preguntas sobre lo visto en el juicio, para determinar el fallo.